Author: gabtorar
•12:15
Juan 11:37 Y algunos de ellos dijeron: ¿No podía éste, que abrió los ojos al ciego, haber hecho también que Lázaro no muriera?

Cuando se trata de criticar cualquier cosa, siempre son muchas las voces que se levantan para decir algo.

Las multitudes siempre tienen algo que aportar cuando se trata de quejarse por lo que sea que alguno haya dicho o hecho..

Hallamos frecuentemente en nosotros esa humana debilidad que nos mueve a opinar, incluso cuando nuestra opinión no ha sido requerida.

Y claro, si ocupamos un lugar en este mundo (pensamos), nuestro parecer debe tener algún grado de importancia.

Ahora bien, debemos reconocer que de la opinión a la queja hay un pequeño trecho de distancia y nuestras opiniones suelen ser más bien de orden crítico.

Por lo general, nos ofende que las persona nos critiquen aunque hay, por cierto, unos pocos que están curtidos en este asunto, ya sea, porque “han endurecido el cuero” (después de años de circo recibiendo críticas y teniendo detractores), o bien, porque definitivamente son unos desvergonzados y caraduras.

Sabemos bien, de cualquier modo, que hay de todo en la viña del Señor.

Jesús no estuvo libre de este tipo de comentarios. Él contó con gran cantidad de seguidores pero también de detractores.

Sus actos no estuvieron exentos de crítica y polémica.

Y encontramos que en el episodio de la muerte de Lázaro su accionar también fue objeto de comentarios.

“Algunos”, de acuerdo a lo que se infiere del texto, culpaban a Jesús por la muerte de Lázaro.

El argumento que esgrimían era que Jesús pudo haber evitado lo sucedido… ¡¡y no lo hizo!!

¿Te has encontrado en esa situación? Quiero decir ¿culpando a Dios por no haber actuado?

Creo que ninguno escapa a esta verdad. En algún momento de la vida hemos arremetido contra el Señor responsabilizándolo por no haber hecho algo que evitara la situación vivida.

Pero aunque Él PUEDA hacer algo, eso no significa que DEBA hacerlo.

Por otra parte, hay ocasiones en las que Dios no actúa en el preciso momento que esperábamos porque no es el tiempo correcto para actuar.

Él sabe bien cuando es el mejor momento para todo.

Y si bien en cierto que no hizo nada para impedir que Lázaro muriera, debemos ser justos en decir que Él no lo hizo porque pensaba hacer algo mejor.

¡¡Cuán cierto es que Dios no puede ni debe andar detrás de nosotros, apagando cada incendio que empezamos!!

Es cómodo vivir así ¿n0? Yo hago algo, y luego espero que Él se haga cargo.

Dios muchas veces nos permite enfrentar los costos de nuestros actos.

En el caso de Lázaro, él no estaba pagando ningún precio, solo estaba siendo un instrumento para que la grandeza del poder de Dios fueran manifiestos a los ojos de muchos, incluidos los críticos.

Hay ocasiones en que Dios no se mueve para actuar hasta que humanamente todo está perdido.

Además, los procesos como he señalado en reflexiones anteriores, producen en nosotros un acercamiento a Cristo, a la vez que un moldeamiento espiritual a la semejanza del Señor.

Sabemos que Lázaro fue vuelto a la vida por el Señor y me imagino como habrán quedado boquiabiertos aquellos que habían criticado Su aparente demora en actuar.

Si Jesús sólo le hubiera sanado, habría sido plausible pero ¿devolverle a la vida de entre los muertos? ¡¡Esas son las ligas mayores!!

De modo que la próxima vez que vayamos a hablar contra lo que Dios está (o no está) haciendo, recordemos esta enseñanza y pensemos que Su demora para entrar en la arena de juego es porque Él está pensando hacer algo mejor.
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