Author: gabtorar
•10:27
Mateo 15:35: “Y mandó a la multitud que se recostase en tierra”.

En el devocional de ayer compartía cómo el Señor alimentó una multitud con apenas un par de panes y algunos peces.

Sus discípulos, quienes al mirarse a sí mismos, vieron la imposibilidad de cumplir con la tarea, aprendieron que en ellos había “lo suficiente” para que Dios pudiera tomarlo y realizar el milagro.

Entre otras, la lección debiera ser: “aprender a no menospreciar lo que tenemos o somos”. Ello en las manos de Jesús, es más que suficiente.

La cosa es que Dios es un experto haciendo cosas de esa índole.

Él es capaz de frustrar un servicio fúnebre (y de paso a la muerte) levantando al muerto de camino al cementerio.

Pero no solo es un Dios de poder y milagros y multiplicación. Él es también un Dios que da descanso. Es el “Dios de paz”.

En Mateo versículo 35, el Señor da la siguiente instrucción: “Y mandó a la multitud que se recostase en tierra”.

Él estaba a punto de realizar el gran milagro de la multiplicación. Ellos ni siquiera lo sospechaban y Jesús estaba preocupado no solo de su salud física, o espiritual, también se preocupaba de su sustento.

Estaba a punto de alimentarlos HASTA la saciedad y como si lo anterior no hubiera sido suficiente Él también estaba preocupado de darles reposo.

Lo que el verso anterior nos indica es que Jesús esta interesado en darnos reposo.

Él sabe la clase de vida que nos toca vivir. Sabe de los problemas, de las luchas y de las tentaciones.

Sabe de los sacrificios para sostener a la familia. De la levantadas temprano y acostadas tarde. Sabe de los costos que tiene para nosotros mantenernos en Su palabra y en Su verdad.

Esta gente le había estado siguiendo por tres días, y entiendo de este versículo, que Él sabe que necesitan descanso y a Él le interesa dárselos.

Él sabe bien que no sólo de pan vivirá el hombre. El hombre necesita descanso también. Y Él les MANDÓ RECOSTARSE.

Fíjate que no fue una mera sugerencia, Él mandó a la gente recostarse. Ellos lo necesitaban. Quizá no se daban cuenta, pero Dios lo tenía bien presente, tanto como su necesidad de ser alimentados.

Muchos ven el descanso como algo opcional, pero no lo es.

Es vital descansar porque nuestro organismo lo necesita. Pero es también vital para poder avanzar. Descansar en el sentido físico y también espiritual.

El día de reposo (aunque nosotros no somos llamados a guardarlo religiosamente como hacen algunos creyentes) tenía su propósito para el pueblo de Dios. Dios no hace NADA sin sabiduría.

Jesús estaba dándoles alimento y reposo porque debían regresar en un camino de 3 días.

Dios es consciente y preocupado por nuestro bienestar.

Él es un Dios que se preocupa por nuestra total integridad.

Muchas personas hoy viven presas, esclavas del miedo, de las angustias.

Como esa gente que estaba siguiendo a Jesús, no se dan cuenta que NECESITAN reposo y Dios está dispuesto a dárselo.

Dios es un Dios de paz y es una gran bendición conocerlo en esta faceta.

Hay muchos que ven en Dios, un ser Todopoderoso abusivo, con el carácter de un dictador.

Pero Él no es así. Aunque tampoco es el debilucho que muchos pintan, con el que puedes hacer lo que te parezca.

Él es el Omnipotente Dios que aunque Su trono está arriba, en lo más alto de los cielos, todavía puede vivir en nuestros corazones.

Dios quiere darnos el sustento, pero también el descanso, el reposo que nuestras almas cansadas necesitan.
Author: gabtorar
•12:30
Mateo 15:33 “Entonces sus discípulos le dijeron: ¿De dónde tenemos nosotros tantos panes en el desierto, para saciar a una multitud tan grande?”

Es bastante usual que Dios nos presente desafíos que nos parecen imposibles de realizar.

Él hace esto porque quiere enseñarnos grandes lecciones como son obedecerle y aprender a depender de Él.

Cuando Dios te manda hacer algo que va más allá de tus fuerzas o posibilidades, no tienes ninguna chance de hacerlo por ti mismo.

¡¡Vaya qué oportunidades son esas para que Dios se revele en Grandeza y Majestad a nuestras vidas!!

Nuestro ambiente controlado es roto cuando Dios nos desafía a hacer cosas que son propias de las ligas mayores.

Hablar un poco, por aquí y por allá, de lo bueno que es Jesús no parece ser un desafío muy grande, pero alimentar a multitudes que siguen al Señor definitivamente lo es.

Miles de personas iban tras el maestro esperando recibir de Él, ya fuera una palabra, algún favor, una sanidad, un milagro o un acto de liberación.

Las personas veían en la persona de Jesús la oportunidad de salir de su condición de vida presente y estaban dispuestos a seguirle, como en el caso de nuestro versículo, incluso a áreas desérticas.

Jesús, por su parte, demostró de muchas formas su carácter amoroso y compasivo.

En este caso particular le preocupaba despedir a la gente en ayunas. Él sabe que el camino de regreso para ellos es largo y siente compasión por ellos.

Decide que lo conveniente es alimentarles ANTES de despedirlos y enviarles de regreso a sus aldeas.

Esa idea encaja perfectamente bien en la mente de Dios, pero en la mente de los discípulos no. Para ellos es un imposible, algo en extremo descabellado.

¿Cómo podrían ellos alimentar a tantos miles de personas? La respuesta al unísono es: ¿de dónde tenemos nosotros TANTOS panes en el desierto?

El problema no era sólo no disponer del número suficiente de panes para tal cantidad de personas, sino además estar en el lugar más inapropiado (desierto) para conseguirlos. Ello, por supuesto, en caso de haber contado con los medios para hacerlo.

Definitivamente Jesús les puso una vara bien alta ese día. Representaba algo imposible de realizar.

La respuesta de sus discípulos ese día no fue distinta de la que nosotros ofrecemos hoy en día al Señor cuando nos mete en circunstancias similares.

Ellos vieron la imposibilidad porque no contaban con la intervención divina.

Alguien dijo una vez “Dios y yo somos multitud”. ¡¡Exacto!!

Cuando Dios está contigo tú no necesitas un ejército a tu lado. Él es todo lo que necesitas para vencer en cualquier situación y a cualquier enemigo.

Ello desde luego incluye las adversidades, los desafíos, las luchas, las pruebas, las tentaciones.

No digo lo anterior con la intención de emocionar a alguno sino con la decidida intención de hacernos ver lo ilimitado de los recursos que tenemos a disposición para hacer lo que Dios nos pide.

Dios conoce lo que somos y sabe también lo que tenemos.

Aun antes de encomendarnos algo, siempre sabe qué tenemos a nuestro alcance, y eso es todo lo que espera que ofrezcamos.

Nosotros aportamos con lo posible y Él hace lo imposible. Siempre es igual.

Dios no busca ni necesita personas perfectas, sino simplemente “personas” que deseen ser perfeccionadas por Él.

Él no necesita hombres fuertes. Le basta con encontrar una persona débil a quien no le importe que Dios haga notoria Su Fuerza a través suyo.

Solo quisiera decirte: “no menosprecies lo que tienes, ni lo que eres.

No eres tú sino Dios quien tiene la facultad de hacer la diferencia.

Nuestro mayor aporte es estar dispuestos a dejarlo actuar.

Cuando los discípulos trajeron al Señor lo poco que tenían, eso poco llegó a ser tan abundante que sobró aun después que todos hubieron comido hasta saciarse.

Ellos se preguntaban donde podían conseguir más. Mientras que Jesús les hizo ver que lo que ya tenían era exactamente lo que él necesitaba para hacer ese gran milagro.

Con seguridad, en lo que estés viviendo, tú te habrás preguntado ¿de dónde consigo lo que me falta?

Y con la misma seguridad pienso que Jesús está esperando que pongas ese poco (que ya tienes) en sus manos para que Él pueda hacer un gran milagro, una gran obra.

No menosprecies lo que tienes ni lo que eres. Eso + Jesús, es todo lo que necesitas.
Author: gabtorar
•20:46
Uno de los problemas con que frecuentemente lidiamos las personas es esa mala costumbre de comenzar algo y dejarlo a medias.

Pasamos por alto las palabras de Jesús en este sentido cuando dice: Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? (Lucas)

¿Cuántos proyectos personales han quedado truncados porque nos confundimos creyendo que eran “actos fe” cuando en realidad fueron “actos de irresponsabilidad y de falta de planificación”?

Jesús es muy claro en este verso. Él está diciendo que a menos que hagamos los cálculos correctos no llegaremos a terminar lo que empezamos.

Lo siguiente será tener que asumir el costo de la burla que vendrá como consecuencia de no haber planificado seriamente.

Para embarcarnos en un proyecto necesitamos más que entusiasmo. Y eso es básicamente lo único que tienen algunas personas que persiguen grandes metas.

Es vital saber que nos estamos moviendo CON DIOS, porque Su ayuda y respaldo siempre hacen TODA la diferencia.

Es esencialmente importante tener la convicción que lo uno hace ES la voluntad de Dios.

Muchas personas se embarcan en cosas desconociendo que siempre habrá alguna cuota de resistencia u oposición, especialmente cuando lo que uno hace ES tan trascendental como servir a Dios.

¿Puede haber algo más delicioso y gratificante para el alma que servir al Señor? No lo creo.

Pero del mismo modo, pocas cosas de las muchas que uno hace, tendrán tanta oposición como hacer la obra de Dios.

Sin embargo, esa oposición no está exclusivamente ligada a hacer algo relacionado con la iglesia, sino con cualquier cosa que represente los intereses de Dios, Sus principios o valores.

Después de todo, lo que el diablo detesta e intenta destruir siempre es el orden de Dios.

No planificar o planear debidamente, ofrece un mayor margen de error y fracaso a lo que hacemos.

Hay cosas que la escritura dice y que nosotros (la gente que cree en Dios y en la biblia) deberíamos tener muy presente al momento de iniciar algo.

Permíteme ejemplificar con el tema de las relaciones.

La palabra de Dios dice que no debemos unirnos en yugo desigual. Esto quiere decir que no debemos involucrarnos voluntariamente en relaciones, con personas que no comparten nuestra fe o principios cristianos.

Desafortunadamente, es bastante común ver cristianos y cristianas “SUFRIENDO” por tener una pareja que les hace problemas cuando quieren seguir a Dios y ser consecuentes con su fe.

Les hacen dificultades o derechamente les prohíben congregarse y cumplir con sus compromisos en sus respectivas congregaciones.

Les recriminan el tiempo que emplean en la oración, en el estudio de la palabra de Dios o congregándose.

¿Cuál es el resultado de unirse en yugo desigual? Angustia, tristeza, pesar, frustración, sentimiento de culpa, entre otros

Ello pudo haberse evitado de haber acatado los principios bíblicos.

Pero ignorar esos principios, es decir, no haber calculado el costo (como dijera Jesús), les ha traído a ese punto de dificultad.

Si una persona honestamente calculara el costo de emprender una relación de este tipo, evitaría muchos malos ratos, dolores y quebrantos de corazón.

Lo peor es que a menudo preferimos “confiar que Dios hará algo al respecto”, como por ejemplo, convertir a la pareja inconversa.

Primero, decir que eso no es lo que suele suceder. Segundo, uno debe preguntarse ¿Por qué Dios debería hacer tal cosa (convertirlo)? ¿Por qué yo lo quiero? ¿Por qué tendría Dios que bendecir (premiar) mi desobediencia a su Palabra?

Esto mismo es aplicable a otras áreas de la vida.

En lo concerniente al dinero, por ejemplo, gastamos lo que no tenemos, y la consiguiente aflicción financiera es como una soga que aprieta en el cuello y muchas veces asfixia no solo a los individuos sino también a sus relaciones.

Mientras tanto, esperamos un milagro financiero de parte de Dios. ¿Por qué tendría que venir? ¿Por haber desobedecido la palabra de Dios?

Sé que alguno dirá: “pero pastor Gabriel, usted olvida que Dios es MUY misericordioso”.

Esa es la pura verdad, pero es justamente LO QUE NO ESTA EN ENTREDICHO.

El problema no es la fidelidad o misericordia de Dios sino NUESTRA porfía, testarudez y desobediencia.

Hasta donde sé, Dios honra a los que le honran, y no hay mejor manera de honrarle que obedeciéndole.

Sé que mensajes como este no son muy populares que digamos, pero… ¡¡por Dios que son necesarios!!

Especialmente cuando la realidad que vivimos recalca con tanta fuerza, que estamos cosechando los desastres de no tener presente en nuestras decisiones y proyectos las palabras del Señor.

Su Palabra nos guarda de muchos peligros, incluyendo la mala costumbre de no poder terminar lo que empezamos y quedarnos al final con torres construidas a medias, por no sacar bien las cuentas, ANTES de empezar.
Author: gabtorar
•18:22
Marcos 10:18: Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas BUENO? Ninguno hay bueno, sino sólo UNO, Dios.

Permítame comenzar aclarando el encabezado anterior y decir que a mí, la bondad de Dios, no me merece ninguna duda.

En mi propia vida, tengo la plena certeza de esa bondad del Señor. Tengo aun el testimonio vivo de esa bondad.

Pero este escrito no es por causa de mí, sino por causa de las muchas personas que conozco y aprecio que no tienen la misma claridad.

Nunca deberíamos dudar de la bondad de Dios. Pero ese es el negocio del diablo. Su trabajo consiste precisamente en poner en tela de juicio la bondad divina y ese trabajo él lo hace muy bien.

La estrategia que suele usar para ello es: “Si Dios es bueno, ¿por qué permite esto?

Con frecuencia nos lleva a cuestionar tanto lo que Dios hace, como lo que decide no hacer.

El diablo encuentra razones en casi todas las cosas para hacernos estar en desacuerdo con Dios y quejarnos contra Él.

Debes saber que mientras el propósito del Señor es que estemos en unidad con Él (para eso es la fe que Él nos da, y no para que Él haga lo que YO QUIERO como muchos piensan) la idea del maligno es llevarnos a estar en desacuerdo con Dios.

Desde el principio la estrategia es la misma.

A Eva logró hacerla dudar de la bondad de Dios. Logró convencerla que Dios no tenía buenas razones para negarle comer de ese árbol. Le convenció que Dios era egoísta. Que podía estar celoso de que hubiera otros como Él (“seréis como Dios”, le dijo)

Sedujo a Eva con su palabrería. Ella ingenuamente siguió sus mentiras y el resultado todos los conocemos.

Satanás es hábil para hacernos discrepar con Dios a causa de Sus “NO”. Me refiero a los mandamientos y principios de Dios los cuales el diablo hace parecer como restrictivos, prohibitivos negativos y egoístas.

El maligno nos lleva a este razonamiento: “Dios es malo contigo porque te priva de disfrutar de aquello que es mejor en esta vida”. “Dios te hace negarte a ciertos placeres. ¿Qué clase de buen Dios haría eso?” Ese es su predicamento.

¿Cuánto de cierto hay en esas ideas del diablo? ¡¡NADA!!

Los NO del Señor no son una prueba Su carácter negativo sino de Su gran amor por nosotros.

Los NO del Señor están ahí para protegernos. Hacer lo que Dios dice NOS GUARDA. ¿Lo sabías?

Dios le dijo a Adán que NO coma del árbol que estaba en medio del huerto porque de hacerlo moriría. NO dijo que Él (Dios mismo) lo mataría, sino que comer del árbol lo haría.

Dios podía ver el resultado de tomar tal acción. Algo que Adán era incapaz de ver.

¿Cuántas veces deseamos los detalles específicos antes de hacer lo que Dios pide? Queremos entender los POR QUÉ del Señor.

Uno pierde un ser querido y de inmediato la pregunta que surge es: ¿por qué él? (o ella). A esa pregunta el enemigo le añade su cuota de duda sobre la bondad de Dios. Viene a tu oído a susurrar que ningún buen Dios PERMITIRÍA algo así.

Así descubrimos que el enemigo SIEMPRE intenta persuadirnos de dudar sobre la bondad de Dios en base a dos cosas. Una, ¿Por qué Dios “HACE” o “NO HACE”, y dos, ¿Por qué Dios “PERMITE” o “NO PERMITE”.

Lo concreto es que el enemigo SIEMPRE encuentra la responsabilidad de todo EN Dios.

Eso no es atípico, tratándose del enemigo. Él tiene contra Dios un odio que no admite límites. Y es exactamente lo que trata de reproducir en nosotros cuando le damos cabida.

Si logra convencernos que Dios es malo, también logrará llevarnos a hacer lo opuesto a lo que deberíamos: en vez de AMAR a Dios, ABORRECEREMOS. Eso es lo que el diablo busca.

No te sorprenda descubrir que el enemigo tratará de hacerte dudar de la bondad de Dios. Pero ya sabes que es otra de sus mentiras.

¿Qué si Dios es bueno? ¡¡Claro!! En Palabras de Jesús mismo: ninguno hay bueno, sino sólo UNO, Dios.
Author: gabtorar
•14:22
Juan 13:7 “Respondió Jesús y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después”.

En muchas ocasiones me ha ocurrido y estoy muy seguro que a ti también) que he estado decido a hacer algo y Dios me ha salido al camino.

Al decir Dios me ha salido al camino me refiero que Él ha puesto obstáculos para lo que pensaba hacer.

Con mucha honestidad dedo reconocer que cuando uno se ha proyectado para hacer algo y aparecen inconvenientes unas de las primeras y más típicas reacciones es la de frustración.

No poder salirnos con la nuestra nos produce impotencia, frustración y en algunos casos molestia, mucha molestia.

Sintiéndonos de ese modo iniciamos la sesión de las descargas, y nuestros dardos bien frecuentemente se perfilan hacia el Señor.

Nos quejamos contra Él de no contar con Su ayuda, de no querer colaborar con nosotros para que nuestro proyecto se ejecute.

Obviamente no nos damos cuenta que si hay algo que Dios está haciendo es colaborar con nosotros, solo que no de la forma en que pensábamos.

He descubierto que las veces que Dios me obstruyó de entrar por una puerta en particular no fue por no querer colaborar conmigo o por no querer ayudarme, ¡¡todo lo contrario!! Él estaba ayudándome, librándome de pesares, de dolores y consecuencias que no eran parte mi proyecto. Que yo no podía ver.

¡¡Cuan cierta es la escritura que dice que “a quienes amamos a Dios, a los que CONFORME A SU PROPÓSITO hemos sido llamados, TODAS LAS COSAS nos ayudan para bien”!!

Hay tantas cosas que uno es incapaz de ver o entender. Qué bueno es tenerlo a Él que todo lo ve, que todo lo sabe, para ayudarnos incluso cuando esa ayuda se traduzca en impedirnos avanzar por esos caminos que no nos convienen.

Sinn embargo, es bien cierto que el entendimiento no viene de inmediato.

La mayoría de las veces debe pasar un tiempo razonable ANTES que podamos comprender y darla a Dios las gracias (en lugar de enojarnos con Él) por no habernos ayudado a tener éxito en lo que no nos convenía.

Aprendí hace muchos años que uno nunca entiende todo lo que debe entender cuando está viviendo los procesos.

Que aunque hay aprendizajes inmediatos, hay otros que toman mucho tiempo de análisis, meditación y reflexión antes de llegar a internalizarlos.

Aprendí que uno no saca ningún provecho en limpiar algo cuando el polvo esta aun en suspensión.

Aquello que subió, tendrá que bajar y volverá a ensuciar lo que tú te esmeraste por limpiar.

El tiempo en ese sentido es muy necesario, muy útil, indispensable.

Hay que aprender el arte de actuar cuando es oportuno. Hay cirugías, por ejemplo, que pueden salvarle la vida a una persona, siempre y cuando sean realizadas en el tiempo oportuno. Intervenir cuando ya no es prudente solo puede acelerar el desarrollo de la enfermedad y traer el efecto contrario.

He aprendido que Dios siempre tiene buenas razones para hacer lo que hace y que siempre tiene buenas razones para no hacer lo que uno quiere que Él haga.

He aprendido que no es una cuestión de mala voluntad de parte del Señor, sino que, precisamente por Su buena voluntad, Él decide no apoyar aquello que terminaría resultando ser dañino para nosotros.

Es definitivo: Dios siempre tiene buenas razones para todo.

Es una lástima que no seamos capaces de entenderlo, especialmente cuando más útil nos sería ese entendimiento, pero ¿qué se le puede hacer? Los seres humanos somos así, irascibles, obstinados, testarudos…

De cualquier modo, sé que Dios seguirá actuado en consecuencia con Su carácter, con Su plan y no en función de nuestros berrinches y niñerías. Eso nos librará ahora de muchos dolores.

Jesús sabía que hay cosas que no entendemos en un momento dado, pero Él tiene la responsabilidad de hacerlas de todas formas.

¿Y qué del entendimiento?

De eso no te preocupes. El entendimiento, como Él mismo dijo, vendrá después.
Author: gabtorar
•19:30
1 Samuel 26:23: “Y Jehová pague a cada uno su justicia y su LEALTAD; pues Jehová te había entregado hoy en mi mano, mas yo no quise extender mi mano contra el ungido de Jehová”.

Sin duda alguna Jesús vino a cambiar radicalmente la manera de vivir de las personas. Hay muchos líderes y entidades hoy en día, que persiguen el mismo objetivo.

Los métodos que usan para conseguirlo son igualmente múltiples.

Mientras que a nosotros nos acomoda la idea de “hacer un par de ajustes a la vida que tenemos”, la idea de Cristo es, EN ESENCIA, radical: “cambiar de plano una vida por otra”.

En este caso, entiéndase, cambiar la nuestra por la Suya.

Y aunque esa vida de Jesús viene a nosotros por un acto de fe, el MANTENERNOS en esa vida requiere de CONTINUOS actos de obediencia.

Desligarse de la naturaleza desleal e infiel, que nos lleva a traicionar a las personas que apreciamos, es una tarea ardua que requiere de mucha perseverancia y aplicación.

Uno se pregunta ¿cómo es que las personas que adhieren al cristianismo, pueden resultar ser tan desleales?

Cuando observas el compromiso que personas de otras religiones tienen con sus dogmas, te das cuenta que contra el cristianismo se hace una gran injusticia y es injusticia viene principalmente de sus mismos adherentes.

Cuando uno piensa más detenidamente cómo es que la fe cristiana permanece a través de las edades, se da cuenta que es por una obra básicamente sobrenatural.

La fe cristiana es en verdad admirable.

Mientras que otros cultos y dogmas IMPONEN, (algunos incluso por la fuerza, tanto psicológica como física), el mandato del Señor es sencillamente A EVANGELIZAR. Es decir, a COMPARTIR las buenas nuevas de SU palabra.

Queda a total discreción de cada individuo acoger tal invitación de abrazar la fe de Cristo o hacer caso omiso de ella.

Lo mismo ocurre con los mandatos del Señor.

Él nos los da y nosotros tenemos la opción de aceptar vivir por ellos o ignorarlos.

Está absolutamente claro que en su momento tendremos que asumir los costos o beneficios de estas decisiones, pero lo que me maravilla, es que estos mandatos no tienen un carácter impositivo.

No son: “lo haces o lo haces” sino más bien “si lo haces, te irá bien” o “te conviene hacerlo”.

Precisamente por no tener este carácter de obligatoriedad, muchos escogen pasarlos por encima.

¿Cuántos creyentes viven como incrédulos?

¿Cuantas personas que dicen abrazar la fe cristiana viven más bien apegados a costumbres y prácticas ANTI cristianas?

Realmente Dios nos concede una libertad que nadie más ofrece ¡¡Y muchos abusan de esa libertad!!

Personalmente me siento muy privilegiado, no solo de tener la oportunidad de oír la palabra de Dios sino de tener la disposición de responder afirmativamente a lo que Dios me enseña.

Es una doble bendición, porque después de todo ¿quién necesita a quién?

Dios es, fue y será Dios aún mucho después que nosotros hayamos acabado de descomponernos bajo tierra.

Aun si yo me negase a adorarlo, hay legiones de ángeles que le adoran y sirven INCONDICIONALMENTE.

Está muy claro, ¡¡yo le necesito!! Aquí en esta vida y para la vida eterna también.

Sería muy provechoso, por tanto, que aprendiéramos a ser leales con quien debemos, comenzando por ser leales con Dios y con todo lo que Él ha estipulado en Su palabra.

La lealtad es un asunto de mucha importancia en el reino de Dios.

Jesús lo demostró. Ahora nos toca a nosotros.
Author: gabtorar
•10:40
1 Tesalonicenses 3:12: “Y el Señor os haga CRECER y abundar en amor unos para con otros y para con todos, como también lo hacemos nosotros para con vosotros”,

El crecimiento es algo deseable e importante sin lugar a dudas.

Para muchas personas, no obstante, la consigna es CRECER “a cualquier costo”.

Pero no estoy muy seguro que Dios comparta ESA opinión.

Eso equivaldría a decir que “el fin justifica los medios” y sabemos que eso no es lo que Dios piensa. Más bien esa es la manera en que el diablo piensa.

¿Cuántas personas hay que son admiradas, por ejemplo, debido a su gran musculatura y esta es el resultado del uso de esteroides anabólicos?

¡¡Oh que gran “falsa” musculatura!!

Es la misma historia con los implantes

Realmente las apariencias pueden ser muy engañosas. Detrás de ciertas cosas que nos dejan con la boca abierta, puede haber verdades que si las descubriésemos nos dejarían todavía más perplejos.

Pero sé que Dios desea que crezcamos y el crecimiento es una consecuencia natural para aquello que está sano, que está correctamente encaminado.

En términos espirituales esto es igualmente cierto, y dado que la iglesia del Señor es la luz del mundo, ¡¡qué gran responsabilidad ha puesto Dios sobre nuestros hombros!!

La única posibilidad de que este mundo no tropiece por culpa de la oscuridad se encuentra ligada a la luz que la iglesia pueda proyectar. Si nosotros no hacemos nuestra parte, este mundo estará en tinieblas.

Y sabemos que hay luces de distintas intensidades.

De cualquier modo, una luz, grande o pequeña, potente o tenue, es incuestionablemente útil en un escenario de oscuridad.

Pero dadas las condiciones actuales del mundo, la iglesia necesita entender el valor de iluminar potentemente su entorno.

Hay una gran necesidad, por tanto, de parte de la iglesia por estar a la altura de las demandas que el mundo actual plantea.

La vida contemporánea es compleja. Eso ha permeado las sociedades volviendo a las personas de este tiempo más complejas también.

Ello pone a la iglesia del Señor frente al desafío de contar con lo que se requiere para responder a las necesidades de este tipo de personas y situaciones.

Pleitos, rencores, deudas y otros males han habido desde el principio, pero que esas cosas son cada vez más densas en este tiempo, no es ningún secreto.

Es imprescindible, por tanto, crecer, alcanzar madurez. Permitir a Dios desarrollar esa luz que ÉL ha puesto en nosotros y dejarla brillar hasta su máxima capacidad.

Hablo de la gran necesidad que existe en este tiempo de contar con una iglesia MADURA, que esté bien plantada en las verdades de Dios, que conozca el camino de salida para las problemáticas del mundo.

Y el factor tiempo es muy relevante porque el crecimiento es el resultado de un proceso. NO se trata de que tú te hagas crecer a ti mismo.

El Señor planteó que “aunque nos afanásemos, no podríamos añadir (por nuestra propia cuenta) a nuestra estatura un codo”.

Ello, entre muchas otras cosas, quiere decir que no podemos saltarnos los procesos. Debemos atravesar por ellos, vivirlos, y dejar que tengan su efecto en nosotros.

No podemos saltarnos o adelantar los procesos, pero si podemos RETARDARLOS.

Aquello que debía tomar sólo un tiempo, puede prolongarse si no colaboramos con ello.

Si nos colocamos DEL LADO correcto las circunstancias pueden catapultarnos (de modo insospechado) hacia el cumplimiento de nuestro más grande y glorioso destino en Dios. Pero si nos ponemos CONTRA las circunstancias, ellas pueden detenernos de avanzar (obstruirnos) de modo indefinido.

Por cierto, bajo tales condiciones no hay ninguna evolución o progreso en el proceso de crecimiento.

Saulo de Tarso estaba afrentando a Jesús, esto le traía dolor (Jesús lo comparó a dar coces CONTRA el aguijón). Pero desde el momento en que entendió y se dispuso, aquel mismo aguijón (Jesús) se convirtió en su más grande fuerza e impulso.

Saulo indudablemente creció, y del modo correcto que es DE ADENTRO hacia AFUERA.

Los aparentes logros que uno puede conseguir en las propias fuerzas no son de mucha utilidad cuando se exponen delante de Dios.

He dicho antes que lo que Dios hace tiene un sello de garantía. Lo que Él hace perdura. De ahí la importancia que el crecimiento o progreso en nuestra vida sea el producto de Su trabajo (Su acción o trato) en nosotros y no de un mero esfuerzo humano.

Colaboramos y aportamos con el Señor cada vez que andamos en obediencia a Él. Esa obediencia es la mejor contribución que puedo hacer al plan de Dios, porque obedecer es equivalente a pararse del lado correcto, lo que se traduce en avanzar con el plan.

La desobediencia produce lo efectos contrarios. La desobediencia SIEMPRE tiene un efecto paralizador.

Piensa en los incontables ejemplos bíblicos en que hubo desobediencia y observarás como patrón común que el resultado en esa personas (si no definitivamente, al menos de modo parcial) fue un estancamiento espiritual.

No hay nada que contribuya más ricamente al crecimiento en términos espirituales que la obediencia.

Dios precisa contar con una iglesia madura. Y una iglesia madura es aquella que se deja mover por Su Señor, que ha aprendido a obedecer, que ha dejado a Dios templarle en su carácter, y que ha aprendido sabiduría.

Una iglesia madura es una iglesia CRECIDA, que alumbra potentemente con su vivir y proceder.

Una iglesia madura es lo que Dios quiere y es lo que mundo necesita.

Negarnos a la posibilidad de convertirnos en esa clase de iglesia sería un verdadero pecado. Y solo lo haremos si dejamos que Dios nos haga crecer en esta compleja disciplina que es OBEDECER.
Author: gabtorar
•9:46
Deuteronomio 11:31: “Porque vosotros pasáis el Jordán para ir a POSEER LA TIERRA que os da Jehová vuestro Dios; y la tomaréis, y habitaréis en ella”.

De las muchas cosa que uno aprende del Señor y Su palabra, una tremendamente relevante es aquella que dice relación con la tierra prometida.

Históricamente Dios liberó a los israelitas de los pesados trabajos que tenían como esclavos en la tierra de Egipto, sirviendo bajo el yugo de faraón.

Mediante extraordinarias y (hasta entonces) únicas demostraciones de poder, Dios les sacó de esa tierra de servidumbre y aflicción, con el propósito de llevarles a una tierra que fluía leche y miel.

Esa tierra, es la que llamamos la prometida.

Y efectivamente era una tierra soñada. Ella representaba el polo opuesto de lo que israelitas tenían en Egipto.

Recuerda, ellos eran esclavos en Egipto ¿Te has detenido a pensar lo trágico que es llevar una vida de esclavitud? ¿Cuántos planes o proyecciones pueden tener un esclavo para su vida?

¿Qué tan lejano puede estar el horizonte para una persona que no tiene derecho a usar su voluntad propia, puesto que vive para servir los intereses de otros? ¡¡Trágico!! ¿No?

La historia del éxodo de Israel es en verdad única, así como lo es el Dios de Israel, quien es también Dios y Padre de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

Esos pobres esclavos que no tenían más norte que nacer en esclavos, vivir en ese estado y morir como tales, hallaron en el favor del Señor y en su constante clamor, auxilio de parte de Él. Y en respuesta, Él los liberó.

No solo los liberó, les regaló la posibilidad de empezar de nuevo, ya no como esclavos sino como siervos del Dios viviente.

¡¡Que tal privilegio les concedió el Señor!! ¡¡Es que Su gracia es excedente, abundante, sin par!!

Para empezar de nuevo les dio una promesa de un atierra nueva, la tierra prometida, una tierra cuyos sarmientos debían ser llevados (cargados) por dos hombres y en un palo, por lo grande que eran.

La tierra ciertamente fluía leche y miel, y para poseerla solo debían creer a Dios, seguir sus instrucciones y obedecer Su palabra. ¿Era mucho pedir obediencia?

Recuerda, ellos habían sido esclavos TODA LA VIDA.

¿Cuál era su razón de ser como esclavos? ¿No era obedecer instrucciones?

Seguir la palabra de Dios dada Moisés no debía ser un gran problema para ellos.

El mismo Dios que les había libertado de su opresor de toda la vida ¿no podría hacer cualquier otra cosa también?

Dios les estaba entregando esa tierra extraordinaria en promesa. Sería de ellos si ellos se atrevían a entrar y tomarla.

Imagínate el cambio de vida: de esclavos a libres, de gente necesitada a ser gente saciada, de ser gente que vivía solo con lo justo a tener a disposición una tierra generosa que daba fruto abundante.

Todo eso sería suyo, si ellos CREIAN al Señor, (que también los había rescatado) y entraban y poseían esa tierra.

Pero sólo había una (no tan pequeña) dificultad. Esa tierra estaba habitada por los hijos de Anac, RAZA de los gigantes.

El corazón de los israelitas desfalleció cuando se enteraron de esta realidad.

El tamaño del adversario hizo lo suyo en el corazón del pueblo escogido y se amedrentaron. Perdieron la batalla aun sin siquiera pelearla.

Eso es lo que llamaríamos un triunfo sicológico de parte del adversario. Que fácil le hacemos el trabajo al diablo cuando nos dejamos impresionar por el tamaño, el porte, la fuerza o lo que sea.

Que malo es que los seres humanos midamos todo por el tamaño.

¡¡Cómo nos engañamos pensamos que mientras más grande, más difícil!!

Hay tanto que agregar a esto, pero mi reflexión final es la siguiente:

En primer lugar: ¿Estás consciente que hay una tierra prometida para ti?

Y luego, ¿confías en Aquel que te ha prometido esa herencia, esa tierra?

Debemos entender de corazón, que para el más grande no hay gigantes. Que para el más fuerte no hay fuertes. Que para el Dios de los imposibles NO HAY IMPOSIBLES.

Dios nos quiere dar la tierra que nos ha prometido (tú sabrás cuál es en tu caso personal)

Pero para ello deberemos quitar las mirada de los gigantes que encontraremos en el camino y centrar nuestra mirada es Aquel que en verdad es GRANDE en todo sentido.

Él nos dará la victoria si descansamos en Él, si confiamos en Él.

Si Él dijo “entra y posee la tierra” es porque ya tiene todo arreglado para que así suceda.

Con Dios de nuestro lado no hay razón para temer.
Author: gabtorar
•17:27
Salmos 55:12-13 “Porque no me afrentó un enemigo, lo cual habría soportado; ni se alzó contra mí el que me aborrecía, porque me hubiera ocultado de él; sino tú, hombre, al parecer íntimo mío, mi guía, y mi familiar”

Este es un escrito que, si no ahora, en algún momento, tendrá mucho sentido para tu vida.

Hay paradas inevitables en la vida de todo cristiano.

Todo cristiano pasará por desiertos en su vida. Todo cristiano tendrá su Judas y por lo tanto, vivirá la traición.

El conflicto que existe en torno a la persona de Dios se resume en la idea de la adoración.

El diablo codicia recibir la adoración que le pertenece a Dios. Él intenta re-direccionar esta adoración y atraerla hacia Él.

Cuando no lo consigue, intenta al menos obstruirnos (digamos distraernos) para privarnos de darle al Señor la adoración que merece.

Este es un tema mortalmente serio, quiero decir, la vida está en juego, física y espiritual, sin exagerar.

Adoración es justamente lo que el anticristo demandará y ninguno podrá comprar o vender sin declarar su abierta adhesión y adoración a él.

No debe caber en nosotros ninguna duda que la adoración es un tema muy importante en lo relacionado con la divinidad.

Cuando el apóstol Juan hubo recibido la revelación del Apocalipsis se iba a postrar para adorar a los pies del ángel que le mostró estas cosas y el ángel le dijo: “No lo hagas, adora a Dios”.

Mientras que el ángel direccionó la adoración a quien es debido, el enemigo busca atraerla hacia él mismo.

Pero el enemigo no sólo busca adoración, también busca entorpecer nuestro andar con Dios.

Busca estorbar nuestra comunión, nuestro servicio. ¿Por qué? Porque todas esas son FORMAS de adorar a Dios.

Servir al Señor es una forma de adorarle. El diablo entiende que servimos al Señor en gratitud, en amor. Y eso, por supuesto, no le gusta al maligno.

Así que el enemigo usa estrategias para entorpecernos. Normalmente trata de llevarnos a algún pecado por medio de las tentaciones,

Cuando uno peca de cualquier modo, la adoración se ve obstruida.

Para muchos el asunto es “darle algo a Dios”. Para Dios, es darle algo de lo cual Él sea digno.

La palabra enseña que si voy a ofrecer y en el camino me acuerdo que tengo algo contra alguien, debo dejar la ofrenda, arreglarme con esa persona y luego venir a ofrecer PARA que ello sea acepto. Es lo que dice el evangelio.

De modo que a Dios no solo le interesa que le ofrezcamos algo, sino que aquello esté a la altura Suya, que sea sin defecto, como Él merece, como Él manda.

Lo que quiero decir, es que Satanás siempre buscará algún modo de impedir que adoremos o sirvamos a Dios (esto incluye seguirlo).

Y cuando no logra hacernos caer en algo pecaminoso, intenta otra estrategia. Una muy usada y que le da muchos resultados es herirnos.

Busca la manera de herirnos, y la traición es una de las heridas que causan más dolor, especialmente cuando viene de cerca.

Jesús fue traicionado por uno de sus íntimos.

Sabemos que Judas era contado con los doce. Ese grupo lo integraban sus íntimos. Y sabemos que Judas vendió al Señor.

El diablo puso precio a la cabeza de Jesús y Judas estuvo dispuesto a quedarse con ese dinero.

¿Por qué la traición? Porque Jesús no le dio lugar a ninguna de sus tentaciones, a ningún pecado.

Y una herida debilita y desalienta, especialmente cuando es directa al corazón.

Pero no es el único caso.

David, que es una figura de Jesús, también fue traicionado por un íntimo suyo. Me refiero a su hijo Absalón.

¡¡Que tremenda es el hambre de adoración que tiene el diablo!! ¡¡Y que maquiavélicamente definido su propósito para detenernos de avanzar en el plan de Dios!!

De modo que cuando al enemigo no le funciona engancharnos en algún pecado, trata de herirnos por medio de la traición. Usando para ello a alguno de los que él sabe que puede mover.

Cuando uno está herido no logra hacer las cosas del mismo modo. Hay una merma en las fuerzas, incluyendo el ánimo.

Un brazo sano puede hacer muchas cosas, pero uno herido se limita, por causa del dolor.

Qué bueno es para nosotros que Jesús haya dejado el Consolador para asistirnos siempre y especialmente en aquellos momentos.

Si has propuesto de corazón caminar con Dios, no te sorprendas querido lector, que el enemigo no se cansará de intentar obstruir en ti el propósito de adorar Dios, de seguirlo y servirlo.

Y si no te puede hacer tropezar en alguna forma de pecado, intentará lastimarte, solo para que decidas no querer seguir adelante.

Debemos dar infinitas gracias a Dios, por tener con nosotros al que sana todas nuestras dolencias.
Author: gabtorar
•12:29
Mateo 24:4 “Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe”.

Este tema trata con responsabilidades.

Con todas las advertencias que Cristo dejó TODAVÍA, mucha gente será engañada. ¿Por qué?

Porque si bien, él dejó las advertencias pero no se puede dejar en manos de otros, considerar lo que se nos advirtió.

Vivimos en un mundo en que todos apelan por derechos pero muy pocos son justos para aceptar sus responsabilidades.

Si se trata de pedir ¿quién no quiere algo? Especialmente si es gratis.

Lamentablemente a la hora de cumplir con las exigencias son pocos los que responden.

La vida cristiana no escapa a esta regla. Como cristianos tenemos múltiples beneficios del Señor pero también responsabilidades que Él nos ha impuesto, y es ahí donde fallamos, o donde necesitamos avanzar.

Dejar las cosas en manos de otros significa evadir nuestra responsabilidad.

Hay claros ejemplos de esto en la escritura. Uno muy usado es el de Adán y Eva

Génesis 3:12: “Y el hombre respondió: LA MUJER QUE ME DISTE por compañera ME DIO del árbol, y yo comí”.

Pobre Adán, ¿no le quedo más remedio que comer?

¡¡Cómo nos victimizamos con tratando de justificarnos por de no asumir nuestros roles!!

¿Y la responsabilidad personal? ¿Y el libre albedrío?

¡¡Qué gran regalo divino es el libre albedrío!!

Él pone a Eva como el problema: diciendo “la mujer me dio del fruto”

Pone a Dios como el problema: diciendo “Dios, Tú me la diste”

Cuando en realidad ÉL MISMO es el problema.

No haberse hech0 cargo de la responsabilidad recibida.

¿Te das cuenta que Dios le estaba entregando una profundísima bendición? ¡¡Lo estaba librando de la muerte!!

¿Cuántas veces ÉL ha hecho lo mismo con nosotros y hemos hecho oídos sordos?

Cuando Dios le dijo “no comas de ese árbol” le estaba haciendo responsable por los resultados de tomar LA decisión de comer de Él.

Dios le advirtió CLARAMENTE que la muerte seria la consecuencia. Podía comer del árbol, pero no evitar las consecuencias de hacerlo.

He visto repetirse esto una y otra vez: personas que buscan excusas en otros para justificar sus acciones: “tanto lo que hacen, como aquello que no hacen”.

Esta es una forma sutil de engaño. Y ya sabemos que el engaño viene del diablo.

Muchas personas terminan convenciéndose que están bien aunque en realidad están mal.

Me engaño cuando creo correcto justificar mis faltas, culpando a otros por ellas.

El engaño viene a uno como cualquier tentación, pero uno puede terminar abrazándolo.

Conozco personas que dicen haber sido libertadas por el Señor pero viven esclavas de muchos engaños.

Yo he dicho a la congregación en tono humorístico: “el pastor siempre tiene la culpa”.

¡¡Y es una gran verdad!! No que el pastor SIEMPRE tenga la culpa (a veces sí la tiene), sino que para la persona engañada el pastor siempre tiene la culpa. Siempre encuentra en él la RAZÓN PARA JUSTIFICARSE.

Son muy pocas las personas que ASUMEN honestamente su verdad, su responsabilidad.

Dios no quiere que vivamos esclavos de ninguna clase de engaño.

Él nos ha dado la potestad de ser Sus hijos, y con ello, de ser libres de toda maldad y engaño.

Si Dios te muestra alguna área de tu vida, no dejes de tratar con ello. No lo sueltes hasta que esté bajo las plantas del Señor.

La obediencia al Señor hace que Dios ponga al enemigo bajo nuestras plantas.

El enemigo no puede llevar a uno que ama a Dios a darle el espalda a Dios así nada más.

Necesita engañarlo. Convencerlo de que hacer tal cosa no estará mal. Necesita poner cosas entre él y Dios. Poner en tela de juicio la importancia de la palabra de Dios, etcétera

Debemos poner muros de protección y la obediencia a la verdad de Dios es el mejor vallado. Es una cerca difícil de traspasar.

Ponemos estos muros cada vez que damos a la verdad de Dios prioridad en nuestras vidas y hogares.

Cada acto de obediencia a la palabra de Dios es un golpe certero contra el engaño.

Y así como ser obediente me hace más sensible a la obediencia, el no ser obediente me deja más expuesto al engaño.

Y esto no lo podemos dejar en las manos de otros. Nosotros somos llamados a hacerlo.

Toda la oración del mundo, no logra lo que un acto simple de obediencia al Señor puede lograr.

Esa es la verdadera guerra espiritual, y estamos inmersos en ella.

NO dejes que NADIE TE ENGAÑE.