Author: gabtorar
•12:06
Juan 1:26 “Juan les respondió: Yo bautizo con agua; mas en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis”

La afirmación de Juan es muy triste. Es definitivamente trágico no darse cuenta de lo que uno tiene alrededor.

Muchos vienen a descubrir el valor de lo que tenían cuando lo pierden. Se da mucho en el caso de hijos que recién comprenden cuan valioso era tener una madre o un padre cuando este ha partido.

Se da en el caso de muchos cónyuges que no valoran a la persona que tenían al lado hasta que esa persona ya no está más, ni tiene disposición de volver a estar.

Está claro que somos más exigentes de lo que deberíamos con los demás y que somos en extremo condescendientes con nosotros mismos.

En lo personal me ha tocado vivir experiencias con personas que fueron muy críticas conmigo.
Seguro en algunas de esas cosas por las que me criticaron estaban en lo correcto, pero es más seguro todavía que muchas de las cosas por las que yo fui criticado, ellos mismos las hacían, solo que les era más sencillo verlas en otros.

Esa es la raíz del fariseísmo que Cristo tanto despreciaba. A Él no le molestaba lo que enseñaban los fariseos, a Él le molestaba que los fariseos no vivieran para nada lo que enseñaban. Eso lo convertía en actores, en hipócritas.

La ceguera más terrible es la espiritual. Una persona que ha perdido la capacidad de ver ciertamente enfrenta una realidad terrible, pero una persona que teniendo sus ojos, es incapaz de ver la realidad, es todavía más digna de compasión, y así estaban en general los judíos en el tiempo del Mesías.

Juan lo dice abiertamente “en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis
La única forma de no ver a uno que está medio es estando ciego. Y esta ceguera espiritual es difícil de sanar porque los ciegos espirituales disputan su punto de vista, asegurando que ven.

Creo que la mayoría de los milagros físicos que Jesús realizó, eran una figura de los problemas espirituales que tenía la gente.

Ellos estaban ciegos (porque no veían a Dios en la persona de Jesús); estaban sordos (porque eran incapaces de escuchar y recibir la doctrina del Salvador); estaban paralíticos (detenidos e imposibilitados de avanzar con Dios porque eran en extremo religiosos y las muletas de la religión les impedía caminar debidamente).

Muchos derechamente estaban muertos en sus delitos y pecados y el Señor de la vida les resucitó, les dio una nueva oportunidad.

Pero con todo lo anterior, eran incapaces de ver al Cristo que estaba en medio de ellos. Ellos no conocían al Señor. No podían conocerlo porque la religión acomodada a su gusto, les impedía verlo.

Esto es igualmente común hoy en día. Hay personas que tienen una religión en extremo permisiva, cuyo “dios” es débil de carácter. El dios de esa religión (por supuesto no es el de la biblia), se llama eros, es el “dios del amor”.

Digo que se llama eros porque todo es movido por un amor terrenal, carnal, mundano, no es amor ágape (verdadero amor de Dios). Es un amor de conveniencia.

Es un dios que no pone reglas, que permite los excesos, porque para ese dios las personas son lo más importante.

Desde luego las personas siguen y sirven a ese dios porque les acomoda. Esas personas no se dan cuenta que “en medio de ellos hay uno a quien no conocen, Cristo”. Y que este es el único que realmente puede salvar.

Como puedes ver el problema no es que el Señor se encuentre a kilómetros de distancia. El problema es que nosotros no le conozcamos, aunque cuando Él pueda estar en medio nuestro.
Author: gabtorar
•12:45
Efesios 1:18 “alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos”

Ayer compartía que la vida de Jesús es luz para los hombres. Al considerar esto no es difícil entender porqué las sociedades viven en tal grado de oscuridad, siendo que Cristo no es considerado seriamente en muchos países que se denominan cristianos.

La verdad es que la luz no viene por hablar de ella, pero la luz es ciertamente sinónimo de conocimiento.

Es cierto que el conocimiento ilustra a las personas, las ilumina, pero sólo el conocimiento de Dios las eleva.

Gran parte del ministerio de Jesús consistió en enseñar acerca del reino.

Las personas de Su tiempo seguían las tradiciones religiosas porque esa era toda la luz de la que disponían, pero Jesús vino a hablarles del reino de los cielos y lo hizo con asombrosa autoridad.

No es curioso que al comenzar Su ministerio haya dicho “el reino de los cielos se ha acercado”.

¿Cómo se acercó el reino de los cielos? ¡¡En Su persona, no sólo en Sus enseñanzas!!

Tú puedes hablar con autoridad sólo de aquello que sabes que sabes. Él sabía que sabía lo que era el reino de los cielos porque venía de allá.

Sabía de qué hablaba cuando se refería al Padre, a los ángeles, a la vida eterna.

Jesús trajo la luz en Su persona, y esa luz fue vida para los que creyeron en Él entonces y sigue siéndolo hoy,

Pero al igual que en ese tiempo, hay personas que hoy rechazan la luz de Cristo. La rechazan cada vez que rechazan Su palabra.

Cada vez que rechazan Sus enseñanzas, rechazan también la vida que sale de ellas.

Nosotros somos en extremo selectivos. Los que estudian marketing saben esto y la razón por la que las multitiendas asocian productos y los venden enganchados en promociones, es para hacernos llevar lo que nosotros de otro modo no llevaríamos.

En lo que a Dios respecta, también somos así. Llevamos lo que nos gusta de Él, seleccionamos lo que nos gusta de Su palabra y rechazamos lo que sentimos que nos estorba (normalmente eso ocurre con las reglas de santidad y consagración que uno encuentra en la palabra de Dios).

En verdad a nadie le molesta oír las promesas que Dios tiene, pero no ocurre lo mismo cuando se trata de oír los preceptos que Dios tiene.

Pero la palabra de Dios es esa lámpara para nuestro andar. La luz es conocimiento, y el conocimiento viene por medio de la palabra de Dios.

Desde luego, no basta con sólo citar la palabra, es necesario ser luz

Cuando tú te hayas en necesidad de ayuda concreta, realmente no esperas que alguno cite la palabra de Dios, más bien esperas que alguno (que está en condición de hacerlo) haga la palabra de Dios contigo.

A menudo pasamos por alto cuestiones fundamentales de ser luz, como es el ser sensibles a las necesidades de los demás.

Pero la biblia dice que yo no debo despedir a quien viene a pedirme ayuda si tengo cómo ayudarlo.

Puedo hablar de ayudar (puedo citar la luz) pero es solo cuando ayudo, cuando en verdad soy luz

Pablo oraba que fuesen alumbrados los ojos del entendimiento para que pudieran comprobar lo que Dios tenía para ellos.

La luz es un bendito sinónimo de vida, de conocimiento.

Juan citó al Señor Jesús cuando dijo “y esta es la vida eterna, que te CONOZCAN a Ti”

El conocimiento nos ilumina, alumbra nuestras tinieblas.

La palabra de Dios es lumbrera a nuestro camino y luz para el alma que habita en oscuridad.
Author: gabtorar
•10:08
Juan 1:4 “En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres”.

¿Te has puesto a pensar cuánto daño nos hace desconocer la razón de ser de las cosas?

Cuando uno no tiene claro para qué es algo termina dándole usos indebidos y muchas veces arruinándolo.

Yo pienso esto con respecto a la iglesia. ¿Quién no ha asistido alguna vez a un sitio llamado iglesia?

Ya sea por acompañar a otro o por motivación personal, estoy seguro que alguna vez hemos pisado uno de esos lugares al que comúnmente llamamos iglesia.

Quisiera aprovechar la oportunidad para aclarar que contrariamente a lo que el común de las personas piensa, la iglesia no es lugar al que asistimos. Ese es el sitio de reunión, el salón. Creo que llamarlo “templo” se ajustaría mejor, pero la iglesia no es el lugar, la iglesia son las personas.

Ahora bien ¿Qué concepto tenemos de la iglesia? ¿Qué es la iglesia para ti? ¿Cómo la definirías? ¿Cómo definirías su razón de ser?

Estoy seguro que hallaremos tantas definiciones como personas existen. Pero debe haber algo que sea especialmente característico de la iglesia y de lo que esta representa. Algo que sobresalga y nos diga lo que esta es en realidad.

Y por cierto la iglesia tiene muchas características por las cuales uno la puede identificar de modo único, pero modestamente pienso que una de las cosas que mejor define lo que la iglesia es, lo encontramos en relación con el concepto que “la iglesia es luz”.

Juan dice en su evangelio que en Él (Jesús) estaba la vida y la vida era la luz de los hombres. Posteriormente Jesús dijo de la iglesia “vosotros sois la luz del mundo”.

La continua pugna existente entre el bien y el mal, se genera en esta dicotomía que hay entre la luz y las tinieblas. A decir verdad, la luz no tiene pugna con las tinieblas, fueron las tinieblas las que se levantaron contra la luz.

Pero en el versículo 5 dice que la luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra la luz.

Nuestro mundo (hablo de lo social) está en problemas. Hay nebulosas que entenebrecen todo lo concerniente al quehacer humano.

Por cada avance que registramos en lo científico, retrocedemos todavía más en lo humano y eso se debe a que este mundo está permeado por la acción de las tinieblas.

Las tinieblas producen un solo fruto: ceguera.

Seguramente has transitado por algún lugar en que la neblina era tan densa que no lograbas ver a un metro de distancia ¿Qué difícil es manejar en esas condiciones?

Lamento tener que decir que muchísimas personas viven así. Esa densa neblina está ahí cada vez que se despiertan, cada vez que salen a trabajar. Para muchos la luz que tienen no es más que tinieblas, pero no se dan cuenta.

El trabajo del enemigo es engañar, y hay que reconocer que tiene una sorprendente capacidad para lograrlo, especialmente con aquellas personas que voluntariamente rechazan el amor de la verdad divina.

De ahí la importancia que la iglesia cumpla esta función de ser luz, puesto que lo único que efectivamente tiene poder para contrarrestar las tinieblas, es la luz.

Las tinieblas no se disipan por hablar de la luz, la luz debe estar presente. Donde sea que está la luz, las tinieblas se disipan, y se mantienen así en tanto haya luz allí.

Vuelvo al principio ahora y pienso en las muchas personas que tienen un concepto equivocado de lo que es la iglesia, de lo que debiera su función en esta tierra.

Nosotros fuimos puestos para ser luz. Cristo, nuestro Señor, es la luz, pero Juan dijo algo más, él dijo que esa luz era la vida de los hombres.

Tenemos entonces una relación estrecha entre ser luz y tener vida.

El sepulcro es oscuro, allí no hay vida, pero la luz, es la vida de Dios para los que moran en tinieblas, y donde sea que llega la luz las tinieblas simplemente se van.

¿Cuál debiera ser nuestro mayor objetivo? Que esa luz alumbre. El Señor dijo: “así alumbre vuestra luz delante de los hombres”.

La iglesia a veces predica el mensaje equivocado. Ella intenta adoctrinar al mundo, cuando lo que el mundo necesita es ver la luz de Cristo en nosotros Sus discípulos.

Sin lugar a dudas la doctrina es útil y muy necesaria, pero la luz no viene por hablar de ella solamente, la luz debe manifestarse para hacer que las tinieblas puedan retroceder.

Esa luz (que como ya dijimos es la vida de los hombres) será efectiva en el Señor para hacer Su trabajo en quienes corresponda.

No es raro que la creación espere la manifestación de los hijos de Dios, ¡¡si ellos son la luz del mundo!! Y vaya como el mundo necesita de esa luz.
Author: gabtorar
•6:37
MArcos 7:28 "Respondió ella y le dijo: si, Señor; pero aun los perrillos debajo de la mesa, comen de las migajas de los hijos"

Es maravilloso saber que Dios tiene control absoluto sobre todas las variables de la vida de los hombres. Esto lo pone a Él en un lugar de privilegio y a nosotros en uno de mucha conveniencia.

Piensa en esto por un momento. Él tiene todo poder y capacidad para hacer lo que Él desee (estime necesario o apropiado).

Nosotros somos seres muy necesitados de esa ayuda superior. Si Dios fuera un malvado estaríamos en verdaderos aprietos, pero sabemos que Él es bueno. Jesús dijo “solo uno hay bueno, el Padre”.

Ese Padre es también nuestro padre si aceptamos ponernos bajo su soberanía y si lo hacemos, hemos ganado el mejor aliado que alguno podría soñar tener.

Indudablemente las relaciones nunca deben basarse únicamente en cuestiones de conveniencia. Esa clase de relaciones se vicia y por tanto, es de corta duración o al menos intrascendente en lo que a permanencia eterna se refiere.

Nosotros no debemos buscar a Dios por Sus beneficios, pero podemos dar gracias a Dos que si lo buscamos, recibiremos Sus beneficios.

¡¡Que buena noticia para empezar la semana!! ¿No?

Hace un par de días compartía de la mujer sirofenicia que tenía un problema con su hija, la cual era atormentada por un demonio. Ella vino a Jesús porque había oído de él.

La fama de Jesús era incuestionable. Sus obras eran portentosas: Milagros, sanidades, liberaciones se contaban entre las muchas obras con las que él demostraba el amor de Dios hacia una humanidad necesitada.

Jesús era movido por una profunda compasión, pero también era movido por una todavía más profunda dirección de parte del Padre.

Jesús vino a lo suyo, esto es, al pueblo judío. Ellos eran por derecho los beneficiarios de las obras de Dios.

Sin embargo, esta mujer griega viene a Jesús porque sabe que él tiene lo que su hija necesita.

A ella no le mueve el amor por Dios, no le mueve admiración por Jesús, nada de eso, a ella le mueve sencillamente una profunda necesidad de madre.

Cualquier madre que ama a sus hijos se aflige al ver que alguno de sus hijos sufre, por la causa que sea. De modo que ella viene al Señor porque necesita del Señor.
El Señor le responde que aún no es el tiempo de los gentiles, que no está bien dar el pan de los hijos a los perrillos.

En cierto modo esto pudo resultar ofensivo a la mujer, pero ella no estaba dispuesta a ser persuadida por cualquier argumento, su necesidad era urgente, su necesidad estaba por encima de los apelativos que le pudieran descalificar por no ser judía (estos son los perrillos, los gentiles)

Veo en esta mujer características, que nosotros debiéramos imitar si hemos de recibir algo del Señor.

Ella se humilló, vino postrándose a los pies de Jesús, y una vez que Jesús le dijo que no era tiempo para ella de recibir algo del Señor, ella continuó humillándose.

Lo que me impacta de esta escena es que muchas personas al oír una aparente negativa de parte del Señor se hubieran levantado (rostro enardecido) para encarar a Dios y decirle que es un mal Dios, que no merece nada de los hombres y (seguramente) para amenazarle que se iría a buscar ayuda “en otra parte”.

Esta mujer en cambio, entendió que el camino para recibir del Señor era hacia abajo, es decir, humillándose. ¿No dice la palabra de Dios que al que se humilla Dios le exalta?
Al parecer esta mujer entendía la palabra de Dios mejor que muchos de los mismos judíos. ¡¡Y cuan útil le resultó!!

Ella entendía que Jesús le podía ayudar. Ella creyó que Jesús le quería ayudar, pero por sobre eso, entendió que para que Jesús pudiera hacer cualquier cosa por ella, era imprescindible humillarse.

Dios es bueno siempre. Él es bueno incluso cuando dice NO a lo que desearíamos que diga SI. Él es bueno cuando aparentemente nos pone las cosas difíciles.

Esta mujer fue perseverante no solo en creer que Dios le podía ayudar, sino especialmente en su humillación ante ÉL.

Finalmente recibió lo que pedía. Su hija fue libertada de esa opresión demoniaca.

Hay muchas lecciones que aprender de aquí, pero me quedo con esto: el camino a la victoria es primero hacia abajo.

Si en la ley de Newton: “todo lo que sube baja”, me parece que no sería un error decir, que en la ley de Dios la regla es: “todo lo que baja, sube”.

Esta mujer griega y muchos otros hemos comprobado que es así.
Author: gabtorar
•8:35
Proverbios 10:17 “Camino a la vida es guardar la instrucción; pero quien desecha la reprensión, yerra”.

Uno yerra desechando la instrucción, pero uno desecha la instrucción porque se justifica.

Una de las más frecuentes dificultades con las que tratamos las personas, es esa terrible y destructiva disposición para justificarnos.

Por alguna razón nos resulta más fácil excusarnos que reconocer nuestras falencias.

Justificarse es una poderosa y común tentación. Desde luego, resulta más fácil justificarse, que asumir las responsabilidades.

La justificación siempre tiene que ver con la evasión de alguna responsabilidad.

Vivimos en una era de irresponsabilidad en que los compromisos no tienen validez. Se hacen promesas que no se cumplen y a algunas personas ni siquiera les produce un poco de vergüenza el no hacerse cargo de sus compromisos.

La palabra empeñada cada día tiene menos valor. Claramente Vivimos en otra era, una era en que todo se ha vuelto desechable.

Pensar de esa forma nos está costando muy caro

Hemos incluso llevado esa mentalidad desechable al área de los compromisos y lamentablemente también al de las relaciones.

Si las cosas no funcionan entre nosotros, cada uno sigue su camino y se acabó.

La frase “hasta que la muerte los separe”, ha sido reemplazada por un “hasta que las cosas dejen de funcionar como pensábamos”.

La verdad es que la falta de compromiso de alguna manera ha llevado a las personas a volverse expertos en el arte de la justificación

El Señor dijo que nuestra palabra debía significar algo. Él dijo “que tu si, sea si, que tu no, sea no”. O sea, que lo que prometí tenga cumplimiento, tenga validez

Guardando las proporciones y entendiendo que siempre hay excepciones a las reglas, creo que los jóvenes en su mayoría se caracterizan por esta forma de vida. Son irresponsables e inestables (un día sí, otro día no), poco confiables con sus compromisos.

Muchos hombres se mantienen en sus pecados porque en vez de dejar que Dios actúe en ellos, se justifican y tratan de tapar sus errores.

La razón por la que los falsos maestros son tan populares en este tiempo es porque ellos no confrontan el mal que hay en las personas.

Los estilos de vida de quienes les oyen no son incomodados en absoluto.

Pero cuando tú eres expuesto a la verdad, una reacción bien común es la justificación. “yo haría esto, pero”, “es que no sabía”, “es que no sé cómo”, “es que me cuesta”, “es que …”

Intentamos liberarnos de nuestra responsabilidad personal derivándola hacia otros. Como Adán que se trató de justificar con Dios culpando a Eva.

La persona promedio se justifica excusándose en la debilidad de su humana naturaleza. Muchos cristianos culpamos a satanás.

Lo concreto es que debemos dejar de lado las justificaciones y asumir ¿Asumir qué?

Asumir nuestras falencias, en lugar de justificarnos por ellas. Asumir nuestras malas decisiones en lugar de culpar a otros por ellas.

Cristo asumió, incluso lo que no le correspondía. Asumió nuestros pecados en la cruz. Si él hizo esto por otros, ¿cómo no hacerlo nosotros, por nosotros mismos?

¿Hay cosas de las cuáles nos hemos estado justificando delante de Dios?

Si se trata de justificarse, todos encontraremos motivos para ello. Pero el asunto es afrontar nuestra real condición.

Muchas personas se justifican para no buscar a Dios. Para no comprometerse con alguna congregación.

Encuentran razones en el mal proceder de algunos líderes, en los fraudes, en las malas prácticas, etcétera. Pero ¿no hay malos líderes en los trabajos? ¿No nos defraudan también en las tiendas donde compramos cosas que no funcionan? ¿No vemos malas prácticas alrededor nuestro?

¡¡Claro que sí!! Y la verdad es que somos muy severos juzgando lo de Dios, pero no aplicamos la misma regla con lo demás.

A mi juicio esa no es más que otra manera de justificarnos para no hacer lo que sabemos es la voluntad de Dios.

No hay nada más importante en la vida que hacer la voluntad de Dios.

Tú primero buscas a Dios y en esa comunión Él te mostrará cuál es Su voluntad.

El día que tengas que dar cuentas a Dios por tú vida, te aseguro que entenderás que nada de lo que hiciste en esta vida debió ser más importante que haber hecho la voluntad de Dios.

Por último, dos preguntas importantes que sería bueno intentar responder:

¿En qué cosas me justifico?
Responder a esto arrojará luz sobre algunas áreas que no andan bien en mi vida.

Luego ¿Por qué me justifico? Lo cual arrojará información de los motivos que tengo para actuar de ese modo.

Justificarse no ayuda en nada.

Lo único que trae cambios es tener la disposición de reconocer y aceptar nuestra verdadera condición.

Puedes contar con el hecho que Dios siempre va a estar dispuesto a decirnos lo que realmente somos, lo que ve en nosotros.

Antes que justificarnos, lo que necesitamos es arrepentirnos, y así poder alcanzar la gracia y favor del Señor.
Author: gabtorar
•11:50
Marcos 16:17 -18 “Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán”.

Hay mucho sufrimiento en el mundo hoy y ese sufrimiento viene de todas partes.

Viene de personas que mueren de hambre, de personas que tienen enfermedades incurables, de personas que están sumergidas en estilos de vida perniciosos, de personas que se sienten solas, en fin, de muchas fuentes.

He escrito con antelación que el sufrimiento es algo inevitable. Podemos invertir mucho tratando de evitar el sufrimiento, pero es una estación obligada en la vida de cada ser que está en esta tierra.

¿Cuántas personas están ansiosas por una solución a los problemas que les causan sufrimiento y recibirían con gusto una solución sin importar de dónde viniera? La respuesta es muchas.

Muchísimas personas se sentirían dichosas que alguien le diera solución a los conflictos que causan sus sufrimientos, y la verdad, no les importaría mucho quien fuera, con tal que el sufrimiento acabara, aunque fuera de manera temporal.
Esa desesperada condición que viven muchas personas, les sitúa en un escenario en extremo peligroso, mucho más cuando consideramos las palabras de Jesús en relación al engaño del que serían víctimas las personas en el tiempo postrero.

Hay muchas gentes que esperan recibir un milagro. Les da lo mismo quien esté detrás, Dios, el diablo, les da igual. Lo único importante para ellos es el resultado y eso es algo de temer.

Jesús ciertamente hizo milagros e incluso agregó que ciertas señales seguirían a los que creyesen en Él. Pero si, milagros o señales, es todo lo que buscamos, seremos presa fácil de los múltiples engañadores que ya hay en el mundo y de los que habrá en un futuro muy cercano.

Entre las señales, se cuentan 2, que a mi juicio, son especial motivo de confusión para algunos: estas son echar fuera demonios y sanar enfermos.

Jesús habló de estas dos importantes señales, en relación con un tema todavía más importante: “la predicación del evangelio”.

Lo que Él estaba diciendo era que a la predicación del evangelio le seguirían (en algunos casos) estas señales como una manera de autenticar que dicha predicación es la obra de Dios y que cuenta con el respaldo de Dios.
Visto de este modo, el echar fuera demonios o sanar enfermos, no es lo fundamental. La predicación del evangelio lo es.

Jesús efectivamente sanó a muchos, pero fue categórico en decir que Él había venido a buscar lo que se había perdido.

Las sanidades y milagros no eran el mensaje principal, de ningún modo.

En efecto, muchas personas le siguieron cuando vieron que Él hacía señales, pero no capturaron Su mensaje.

No eran las señales del Señor las que traían salvación sino el mensaje del Señor, y debemos recordar que Dios siempre apunta a lo medular.

Yo creo firmemente que Dios puede sanar a los enfermos (testimonios los corroboran) y a veces lo hace, pero estoy más seguro todavía que Él desea salvar a los perdidos más que solamente sanarlos.

El interés del Señor es por lo eterno, y a esa luz, lo temporal puede ser sacrificado.

Muchos que fueron sanados por Jesús, no fueron salvos, y el problema del hombre no es si tiene o no salud, el verdadero problema, es si tiene o no salvación.

Muchos milagreros andan entre nosotros hoy. El problema es que no tienen el mensaje de la salvación.

A Jesús le preocupaba solucionar el problema eterno del hombre, el problema de su alma, de su salvación. Jesús no tranzaba la verdad con tal de ganar a alguno. Al contrario, la verdad era la única medida posible para ganarlos.

Los milagreros seducen a los neófitos con falsas promesas. A futuro verás a muchos hacer prodigiosos milagros. El problema es que ellos no te darán la verdad.

Sus milagros serán parte de un montaje engañoso cuya finalidad será diametralmente opuesta al propósito de Jesús.

Jesús vino a salvar, estos vendrán para llevar a la perdición.

Las personas que están hambrientas de señales pero que no tienen hambre por la verdad, caerán en la trampa de estos falsos cristos, de estos engañadores y usurpadores.

Debemos abrir muy bien los ojos, porque el engaño está más cerca de lo que pensamos.

Por tanto, amado lector, ten cuidado de ir tras lo espectacular. El evangelio que trae vida y salvación es sencillo, no requiere de luces de colores ni de afiches luminosos.

Más bien, su principal fuente de atracción es un hombre santo, azotado, quebrantado, clavado en una cruz que destila sangre carmesí.
Author: gabtorar
•12:25
Daniel 7:25: “Y hablará palabras contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo quebrantará, y pensará en cambiar los tiempos y la ley; y serán entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo”.

Muchas de las profecías de la palabra de Dios hasta hace algún tiempo no parecían muy claras.

El avance tecnológico indudablemente ha sido un instrumento porque ha generado las condiciones para que muchas de dichas profecías puedan tener cumplimiento.

Cuando Jesús habló del tiempo del fin, específicamente de lo que él llamó principio de dolores, se refirió al hecho que oirían de guerras y rumores de guerras, de pestes y terremetos en diversos lugares..

Antes de las comunicaciones globalizadas era imposible que esta profecía tuviera un acertado cumplimiento, dado que en el tiempo de Jesús, era imposible saber (en el corto plazo) lo que podía ocurrir en otros continentes.

Pero eso es posible hoy gracias a las redes sociales, al satélite, al avance de la tecnología.

Pero con todo, hay profecías que aun no se han cumplido, y
a mi juicio, hoy se están generando las condiciones para que tengan un muy pronto cumplimiento.

Una de ellas es la relativa al surgimiento de un líder mundial que se levantará en lo postrero del tiempo. Este líder tendrá ciertas características distintivas.

Algunas de ellas se citan en nuestro versículo: “Hablará palabras contra el Altísimo”, esto es, blasfemará contra Dios; “a los santos del Altísimo quebrantará, lo que habla de una terrible persecución a causa de la fe.

Luego, añade algo que es motivo de la reflexión de hoy: “pensará en cambiar los tiempos y la ley”.

No sería sencillo interpretar lo que significa esto, si no fuera porque hoy vemos, a través de los mismos medios de comunicación, un esfuerzo mundial desesperado, (el cual provine de los principales gobernantes del mundo) por establecer lo que han denominado un Nuevo Orden Mundial, en inglés New World Order.

El hombre que se describe aquí, no es otro que el Anticristo.

Hay mayores referencias al carácter de este personaje. De acuerdo a Daniel 8:23, será un hombre altivo de rostro (soberbio a la vista) y entendido enigmas (esotérico), su poder se fortalecerá (le seguirán muchos), causará grandes ruinas (destrucción, muerte), será sagaz (maestro del engaño) y prosperará en lo que debe hacer.

Su osadía será tal, que tendrá la osadía de levantarse contra el mismísimo Hijo de Dios, nuestro Señor Jesucristo, quien al final le destruirá en su Segunda Venida a la tierra cuando aparezca para salvar a Israel y a los que se negaron a recibir la marca de la bestia.

Sé que para muchos este no será la clase de devocional ameno que uno esperaría, pero me parece que es el mensaje justo de mencionar dada la inminencia de estos acontecimientos.

El nuevo orden mundial es el escenario que este líder necesita para hacer operativa su misión de subyugar a las naciones del mundo bajo un liderazgo único y tiránico.

No es algo que podamos tomar a la ligera, especialmente cuando vemos que los esfuerzos por crear este nuevo orden mundial (esta unificación del mundo) se está logrando a pasos agigantados bajo el concepto de globalización.

Este nuevo orden supone cambios en todas las áreas: social, económica, política y religiosa.

Este nuevo orden se presentará como la gran solución a los problemas que aquejan a nuestra humanidad. No obstante, este es el caso en que el remedio va a salir mucho más caro que la enfermedad.

De hecho, Jesús predijo que cuando llegara ese tiempo, sería el de mayor aflicción y angustia que la humanidad jamás hubo experimentado, y que jamás nunca, volvería a experimentar.

La marca de la bestia es parte importante de ese nuevo orden mundial. A nivel económico y social, la marca (el tantas veces manoseado 666) será el único medio aceptable para las transacciones financieras, la atención de salud, etcétera.

Te sorprendería descubrir que ya se trabaja en esa marca, y que dentro de no mucho tiempo estará lista para ser aplicada a todos.

Esa marca será mucho más que un sistema seguro de transacción financiera, será la gran señal que manifestará quién está con el anticristo y quién no.

El nuevo orden mundial es promovido y buscado por gran parte de los gobernantes de nuestro tiempo.

Parece inevitable impedirlo, pero habrá que considerar cuidadosamente los costos de volverse parte de él, especialmente sabiendo que recibir la marca significará destitución automática del reino de Dios.
Author: gabtorar
•13:23
Lucas 15:17 Y volviendo en sí, dijo: ¡¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!!

Hace algunos días mientras estábamos en nuestro tiempo congregacional de intercesión, el Señor me tocó respecto a una fuerte verdad.

Lo que recibí del Señor fue simple y claro: “en la casa del Padre no hay necesidad”

Mientras orábamos esa noche por las muchas personas que se alejan de las congregaciones (mayoritariamente seducidas por el mundo), el Señor traía a mi corazón lo que Jesús enseñó sobre el hijo pródigo

Dice la escritura que este hombre se fue lejos a vivir perdidamente, y que en este vivir malgastó su herencia.

Después de algún tiempo, y cuando ya no le quedaban reservas económicas, vino hambre a aquella provincia y él deseaba llenarse con las algarrobas de los cerdos.

El Señor me hacía pensar en tantas personas que hoy están en tremenda necesidad, hambrientas espiritualmente, personas que un día estuvieron en la casa del Padre, pero que se sintieron atraídas por el mundo.

Personas que fueron engañadas con la idea que había algo ahí afuera que era mejor que lo tenían adentro.

Pero la aventura duro poco. Tan rápido como vino la soberbia vino el abatimiento. En menos de lo tiempo de lo que hubiera podido imaginar, este hombre se halló sin reservas financieras.

Para colmo de males una gran hambre azotó esa provincia y en lugar de una vida maravillosa vino como hombre armado la necesidad.

“En la casa del Padre, dijo este varón quebrantado por su deplorable condición, hay jornaleros que tienen suficiente alimento, y yo aquí perezco de hambre”

Una potente verdad que él no vio y que a menudo tampoco vemos hasta que vivimos las consecuencias, es que nuestros deseos desordenados se convierten en causal de mucho dolor.

Nos viene el impulso de querer hacer cosas, y nos dejamos seducir por esos impulsos sin someterlos al escrutinio de Dios o de Su palabra. Nos dejamos mover creyendo que poseemos lo suficiente para arreglárnoslas solos. ¡¡Qué gran mentira!!

Piensa en los muchos dolores que has vivido en la vida y hallarás como factor común que fueron ideas tuyas, cosas de las cuales estabas convencido que eran así, y luego comprobaste que no eran lo que pensabas.

El hijo pródigo salió en busca de un bienestar que no pensaba tener junto al padre. Paradójicamente al final de su desastrosa travesía, se dio cuenta que el único bienestar que había conocido era el que el padre le concedía.

En esa aventura alocada efectivamente descubrió una vida que no conocía pero que no era lo que él tenía en mente.

Conoció la necesidad, vivió el hambre, y sólo entonces pudo valorar lo que había en la casa del Padre.

Entonces valoró que aun los jornaleros tenían abundancia de pan en ese lugar, mientras que fuera de casa él tenía necesidad.

Hay tantas consideraciones que no incluiré aquí porque sería largo de comentar, pero debo precisar que fuera del Padre no hay propósito, no hay vida realmente.

El hijo pródigo fue en busca de una vida, y término apenas sobreviviendo.
La casa del Padre representa cobertura espiritual. Representa asimismo propósito. Dios como nuestro Padre, tiene propósitos con nosotros pero es bien difícil que lleguen a cumplirse si estamos fuera de su voluntad.

Nos posicionamos a nosotros mismos en un lugar de peligro cada vez que salimos de la cobertura del Padre.

“El que habita al abrigo del Altísimo, dice la escritura, morará bajo la sombra del Omnipotente” ¿De qué habla esto? Habla de protección, de cobertura.

El vivir bajo la voluntad de Dios nos abriga, nos cubre nos protege.

Realmente no hay necesidad en la casa del Padre. La vida dentro de Su casa, en Su voluntad, está llena de propósito, llena de la provisión que necesitamos para avanzar en Sus planes.

No solo hay pan en la casa del Padre. En Él encontramos vestido, calzado y anillo.

El hijo, arrepentido, volvió sin ambiciones. Las circunstancias fueron una excelente escuela para su soberbia y regresó no exigiendo un lugar como hijo, sino ser admitido tan solo como un jornalero más.

El Padre movido a misericordia le dio lo que no merecía. En efecto le restauró como hijo, pero eso no ocurrió antes de que este hombre pudiera comprender, que en la casa del Padre era donde le convenía estar.
Author: gabtorar
•11:36
Hechos 13:5 “Y los discípulos estaban llenos de gozo y del Espíritu Santo”

Yo sé que en medio de las muchas tragedias que están golpeando al mundo entero, suena raro que alguno quiera hablar de gozo.

Es difícil pensar que las personas puedan tener motivos para gozar (regocijarse) cuando todo alrededor parece ir tan mal.

La verdad es que las cosas en el mundo van derechamente de mal en peor.

A los problemas ya existentes se van sumando otras problemáticas.

Vivimos en un mundo tan globalizado que podemos estar seguros, que el terremoto (principalmente el maremoto) de Japón, tendrá repercusiones económicas, por ejemplo, en el resto del mundo.

Lo que ocurre de manera local tiene un efecto a nivel general que puede no ser definitivamente gravitante en el curso de las cosas, pero que desde luego incide en el “cómo” vayan las cosas.

Por eso digo que con un panorama como el que se vive es complicado hablar de gozo. Las gentes más bien sufren hoy día.
Hay una condición de desesperanza generalizada en el fondo de los corazones de muchos seres humanos

En este tiempo postrero se ha levantado una tremenda ola de informaciones que hacen que el corazón de las personas se desaliente, y en no pocos casos, desfallezca.

Basta con echar un vistazo en la web por algunos minutos para encontrar videos de toda clase y credo que hablan de catástrofes habidas (y por haber).

Se sindica el año 2012 como el año del fin del mundo (cosa que por supuesto no es cierta porque en estricto rigor el mundo AUN no se va a terminar).

Se atribuye tal destrucción a un planeta que se acerca a la tierra, o a la caída de algunos meteoritos, a la invasión alienígena. En fin, motivos no faltan.

Para validar estas ideas se cita a personajes como Nostradamus, a los mayas, aztecas, a algunos de los “maestros iluminados” (gurúes de muchos).

Concretamente, se echa mano a muchos argumentos y personajes para explicar estas posturas.
Pero en medio de todo este debate ideológico hallamos en la palabra de Dios que los discípulos del Señor están llenos de gozo.

Cito a los discípulos del Señor porque ellos fueron hombres que de hecho atravesaron por muchas situaciones angustiantes.

Los terribles quebrantos que experimentaron fueron por causa de su fe en el Salvador Jesucristo, en su inquebrantable compromiso con Él.

Vivieron privaciones de toda clase y lo hicieron sin chistar porque en ellos había alguien más que el hombre no llega a tener por casualidad, me refiero al Espíritu Santo de Dios.

Dice el verso que estaban llenos del Espíritu Santo. Esa presencia extra producía en sus vidas un gozo inefable, incomprensible para la mente natural.

Encararon cárceles, azotes, maltratos, apedreamientos, sufrieron la pérdida de sus bienes, la pérdida de sus seres más amados, no a causa de un terremoto, o huracán, o temporal, o inundación, sino por ser consecuentes con su fe, ¡¡y todavía se mantuvieron gozosos!!

Ellos pudieron atravesar por todo eso y todavía estar gozosos porque estaban llenos del Espíritu de Dios, estaban llenos de la paz de Dios, de la esperanza que viene de Dios, de las promesas que habían recibido de Dios.

El mismo apóstol Pablo lo publicaba: “todo lo puedo en Cristo que me fortalece”

El gozo de Dios es algo incomprensible para la mente humana no regenerada.

Ese gozo nos permite enfrentar el dolor con otra mirada, con otro sentir. Los episodios más grises de la vida se iluminan cuando ese gozo está presente.

La desesperanza que abruma los corazones no sería tal si nos diéramos la oportunidad de conocer lo que Dios tiene para nosotros en la persona de Cristo y por medio de la operación del Espíritu Santo.

La misma biblia dice que “Cristo, por el gozo puesto delante de él, sufrió la cruz”. Esa es una manera muy distinta de ver la vida, pero uno no llega a ver la vida de esa manera hasta que no recibe esa llenura del Espíritu de Dios.

Tratar de vencer en la vida sobre la base de nuestras fuerzas humanas solamente tarde o temprano nos pasa la cuenta, dado que nuestras fuerzas son limitadas. Podemos ser vigorosos pero eso dura hasta que llega la fatiga.

Las fuerzas del Señor son extraordinarias e ilimitadas.

Un buen ejemplo de ello es la zarza que vio Moisés, la cual ardía sin consumirse.

Estoy convencido que esa zarza es simbólica de una vida y un ministerio llenos del Espíritu Santo.

Esa zarza ardía por la Presencia de Dios allí.

Cuando Dios está presente hay fuego, hay calor, hay vida, hay fuerzas de sobra.

No me extraña que los discípulos, aun teniendo tantas razones para llorar y lamentar, estuvieran gozosos.

¿Cómo no estarlo si lo que hacía arder la zarza, ardía en ellos también?
Author: gabtorar
•9:46
Hechos 9:8 “Entonces Saulo se levantó de tierra y abriendo los ojos no veía nadie; así que llevándole por la mano, le metieron en Damasco”

Dios nunca deja de sorprendernos. Mientras más le conocemos, más nos damos cuenta de lo grande que Él es, de la maravillosa y única manera que Él tiene para hacer las cosas.

En nuestro relato hablamos de un hombre llamado Saulo. Este varón era un judío celoso de la ley que había hecho de la persecución de los cristianos un asunto personal. Él pensaba que servía a Dios de esa forma.

¡¡Qué equivocados podemos llegar a estar a veces, al hacer ciertas cosas y creer que por medio de ellas servimos al Señor!!

Sin darse cuenta, este varón estaba yendo en dirección opuesta a su verdadero deseo de ser útil a Jehová.

El Señor Jesucristo le apareció en el camino a Damasco, y allí tuvo un trato personal con Él. La vida de Saulo nunca fue la misma. Esa visión divina el transformó para siempre.

De perseguidor de la fe de Cristo, pasó a ser un fiel y efectivo ministro propagador de esta fe.
Su ministerio traspasó no sólo las fronteras geográficas sino también las temporales. Su ministerio (o los efectos de él) se han extendido hasta hoy.

Pero eso no ocurrió por casualidad. Este varón tuvo que atravesar por un fuerte trato de Dios para que llegase a tener tal transformación, y es en este punto, donde la sabiduría de Dios resalta de modo único y singular.

¿Quién hubiera pensado que para que Saulo pudiera ver, Dios tuvo que quitarle la vista? ¿A quién, fuera de Dios, se le hubiera ocurrido que la forma de dar vista verdadera a este hombre, era cegándole?

Queda nuevamente claro que la lógica de Dios (por llamarlo de algún modo) opera muy distinto a la nuestra.

En vano tratamos de adivinar los pensamientos del Señor, o de marcarle al Señor un plan de acción, cuando pensamos que Él actuará desde la izquierda, Él viene por la derecha.

Nos fatigamos y frustramos tratando de predecir lo que Dios hará.

Él simplemente nos sorprende día a día, ¡¡y lo seguirá haciendo!!

Saulo era un hombre de decisión, tenaz, apasionado. Nada iba a detenerlo de hacer desaparecer a los del camino (cristianos), pero Saulo no contaba con que el fundador del camino le saldría a él mismo al camino para hacerlo parte del Camino.

Alabado sea el Señor por su grandeza y por sus múltiples proezas.
Saulo fue sorprendido ese día. Tú puedes serlo de hoy.
Author: gabtorar
•11:24
Mateo 24:8 “y todo esto será principio de dolores” (Leer verso 7)

Nuevamente la realidad supera la ficción. Nos despertamos con un gran terremoto y un todavía más feroz tsunami que azota a Japón causando incalculables daños y cuantiosas pérdidas de vidas que aún no es posible precisar con exactitud.

Ni hablar de lo lamentable que resulta saber que la vida de millares de personas hoy cambiará irreversiblemente. Personalmente ruego a Dios que Su Paz pueda alcanzar a quienes están viviendo esta dolorosa experiencia.

No obstante, no puedo negar que mi mayor pesar no es por la pérdida de vidas, sino por la pérdida de almas.

Una vez más, Dios nos da contundente testimonio de lo fútil de nuestros esfuerzos por tratar de controlar lo incontrolable.

Oía el testimonio de un experto chileno que acababa de regresar de Japón y él comentaba a un medio de noticias local que los japoneses estaban preparándose para un terremoto en la zona contraria del país.

Lo mismo pasó en Chile un año atrás, todos los hombres de ciencia tenían cifradas sus expectativas en un evento sísmico mayor que golpearía el norte. Sin embargo, el terremoto vino en pleno sur de Chile.

Esta misma mentalidad es la que nos ha llevado al punto en el estamos hoy.

Confiamos en nuestras tecnologías, en nuestros conocimientos, en nuestros cálculos, pero Dios nos muestra aunque “el caballo se puede alistar para la batalla, la victoria la da Él”.

Desde luego, no puede haber victoria en la muerte de tantas personas, pero tampoco la hay en la obstinación de los hombres por querer vivir independientes de Dios y seguir confiando sus fuerzas en lugar de las del Señor.

Con poderosa exactitud se cumplen las palabras de Cristo registradas en Mateo 24, capitulo imprescindible de estudiar en este tiempo, porque en él, se encuentra un claro registro del mensaje de Cristo para quienes hemos llegado a esta era.

No me sorprende la magnitud del terremoto, de este y de otros que han ocurrido y de aquellos que aún están por venir, no me sorprende lo destructivo y voraz de este tsunami y de los que aún están por venir.

No me sorprende oír de las crisis financieras, de las enfermedades aparentemente nuevas que extrañamente surgen cada año, no me sorprende que las personas cada vez estén más desconcertadas al ver que sus instrumentos científicos son incapaces de dar respuesta categórica a todos estos fenómenos naturales. Digo naturales del Señor de la creación, naturales de una creación que está dando claras señales de fatiga, de colapso.

Lo que si me sorprende es que todavía no seamos capaces de ver la realidad que hay detrás de todo esto. Dios lo advirtió en Su palabra.

Vivimos el principio de dolores del que Jesús habló en el mencionado capítulo de Mateo. El Señor dijo que los terremotos en diferentes lugares serían una señal inequívoca de que el tiempo había llegado. Me refiero al tiempo de su venida.

La gran pregunta entonces no es si estamos preparados para un terremoto o tsunami. La gran pregunta es: ¿estanos preparados para las otras cosas que el Señor habló?

Así como éstas van cumpliéndose delante de nuestros ojos, con toda seguridad digo que las demás cosas también se cumplirán.

Cada vez las intensidades de estos movimientos es mayor, la gente cada vez se sorprende más de lo impredeciblemente rudos que se han vuelto los terremotos en intensidad, frecuencia y duración.

Con todo eso, ¿estamos preparados para encarar al Señor? Vivimos en condiciones aceptables delante de Sus ojos.

Sin querer ser sensacionalista, es preciso decir en honor a la verdad de las escrituras, que vienen a futuro terremotos de mayor intensidad todavía.

Basta con leer el libro de apocalipsis para encontrar al menos un par de referencias con relación a terremotos que causarán terribles destrozos y gran pánico en el mundo entero.

Pero no es justo perder el punto: los terremotos son solo una señal del asunto que debiera producir en nosotros verdadera preocupación. Jesús dijo que eso sería señal que avisaría la inminencia de Su Segunda Venida.

Y antes de su venida (manifestación gloriosa) en que todo ojo le vería, el Señor advirtió que como ladrón en la noche antes sacaría del mundo a Su Esposa, Su iglesia.

Ese evento sí que va a estremecer al mundo entero. ¿Estamos preparándonos para ello?

No lo digo despectivamente, pero los terremotos (como las demás señales) son francamente algo secundario. Lo central es que Cristo, tal como predijo los terremotos, predijo que tomaría a Su pueblo a Si mismo.

Sucesos como el de hoy sólo nos recuerdan que eso es algo que está a punto de suceder.
Author: gabtorar
•7:28
Mateo 18:11 “Porque el hijo del hombre ha venido para salvar lo que se había perdido”

¡Con qué claridad el Señor declara aquí cual fue el motivo de su venida a este mundo! Con estas palabras el declaró cual era el propósito de su vivir, lo que debía ser

¿Tenemos la misma certeza de cuál es el propósito de nuestra vida?

Cuando uno no tiene claro hacia donde va, comete muchos errores. Lo mismo ocurre cuando no tiene claro quién es.

Las personas vivimos vidas muy egocéntricas, como consecuencia entramos en caminos y deambulamos por veredas que no aportan en lo más mínimo a la verdadera razón de nuestro existir…¡¡y esta vida es tan corta!!

Vivir un promedio de 70 años es insignificante comparado con la gran promesa de vida eterna que Dios nos ha concedido en su palabra.

La eternidad y todo lo relacionado con ella (siempre lo digo) es demasiado tiempo como para descuidarla.

Pero aunque esta vida es corta, es suficiente para poder resolver los asuntos necesarios relacionados con esa vida eterna superior.

Cristo vino con una misión y se dedicó a ella. El éxito siempre depende de cuánto estemos dispuestos a invertir en lo que hacemos.

Es preciso mencionar que las personas tenemos una definición de éxito que no precisamente encaja con la de Dios.

Para los hombres ser exitoso significa alcanzar metas personales terrenales. Esas metas normalmente tienen que ver con deseos egoístas, aunque a veces también con la satisfacción de ciertas necesidades.

Dios ha prometido que si nosotros buscamos PRIMERO Su reino y Su Justicia, entonces, Él se encargará de respondernos (de la manera que Él estime conveniente) respecto a los temas de necesidades terrenales básicas.

Muchas personas se sienten frustradas porque las cosas no resultan como quieren, y no se dan cuenta que Dios usa las circunstancias para disciplinarnos en nuestro vivir para hacernos exitosos en lo que tiene real valor para Él.

NO hay nada más terrible que tener éxito en las cosas equivocadas.
He aprendido que muchas personas no pueden ser promovidas de su estado actual porque no tiene la madurez para afrontar esa promoción. Dios nos hace un gran favor cuando nos permite atravesar situaciones difíciles que nos llevan a replantearnos si estamos o no haciendo SU voluntad.

La obediencia selectiva (como decía en el devocional de ayer), es otra manera de ser desobedientes y Dios necesita enseñarnos la obediencia.

Si no le obedecemos en este reino terreno ¿por qué lo haríamos en la eternidad? Y si no estamos dispuestos a sujetarnos a Él aquí, ¿por qué tendría que premiarnos llevándonos a su Reino?

Son cosas que a veces no consideramos porque tenemos la mirada demasiado puesta en nosotros mismos y esa es la raíz de nuestros males.

No es casualidad que Jesús dijera que para poder seguirle debíamos negarnos a nosotros mismos. Este negarnos significa responder con tranquilidad y confianza en Dios frente a esas cosas que nos ponen el mundo de cabeza.

Piensa en esto ¿qué es lo que te entristece más, no es el no lograr lo que deseas (en cualquier ámbito)?
Leemos que Jesús vino a salvar lo perdido, que esa era su misión. Indudablemente se refiere al hombre, a reconciliarle con Dios mediante su muerte en la cruz, a abrir un camino nuevo y vivo para que la humanidad pudiera volver a relacionarse con Dios.

Pero eso no es todo. El hombre se alejó de Dios como consecuencia de que otras cosas se perdieron, por ejemplo, el temor de Dios.

Jesús vino a salvar al hombre de la condenación eterna, del infierno pero también de su egoísmo. Ese enemigo invisible que se las arregla para vivir en la mente y corazón de las personas. Que por no verle, no le damos el trato que merece.

Cuando las cosas no salen como esperamos levantamos artillería contra Dios, damos amplio lugar en la mente para que el enemigo la use como un campo de entrenamiento militar y arroje cuanto armamento tenga a mano.

Comienzan las quejas, los miramientos, perdemos la perspectiva, se nos nubla el entendimiento. En resumen, dejamos de ver a Dios.

Y si hay que el hombre no se puede dar el lujo de hacer es dejar de ver a Dios.

Una vez que tú dejas de mirar al Señor tu vista se fija en cualquier cosa y eso nos lleva, por cualquier camino, lejos de Él.

Pregunta a un conductor si podría conducir mirando el costado del camino sin tener accidentes y te aseguro que la respuesta será: “No, no es posible”.

Dios quiere que entendamos que el mayor éxito que tenemos a nuestra disposición es poner siempre la mirada en Él como lo hizo Jesucristo. Llegar al final de nuestra existencia, sea larga o corta, y poder decir: “caminé con Dios, hice Su voluntad. Tuve mucho o poco, logré grandes cosas o cosas aparentemente insignificantes pero caminé con Dios, guardé la fe, fui fiel en lo que me mandó y agradecido con lo que Él me dio”

¿Puede haber éxito mayor?
Author: gabtorar
•11:27
Romanos 2:4 ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?

El Señor ha puesto una gran inquietud en mí con respecto a esas áreas que aún no le pertenecen, que no hemos querido rendir a Él.

Superficialmente decimos: “yo creo en Cristo, de modo que mi problema con relación a la eternidad está resuelto”, pero en el fondo sabemos que nuestra obediencia a Cristo no ha sido total sino parcial. Que aún nos hemos reservado “áreas” de desobediencia. Si esas áreas no las gobierna Cristo ¿quién las gobierna entonces?

Dios nos está llamando a un compromiso total con Él. Que dejemos de ser estremecidos al leer lo que Pablo y otros apóstoles decían o hacían, al ver su gran compromiso e identificación con Cristo, y hagamos del “para mí el vivir es Cristo” nuestro propio lema de vida.

El asunto de la obediencia es vital para una relación con Dios. Cristo siendo hijo, obedeció, nos dio ejemplo.

De ahí que lo siguiente es cierto: Los cristianos obedecen a Cristo, Como evangélicos obedecemos al evangelio.
No somos cristianos por hablar de Cristo sino porque lo imitamos. No somos evangélicos porque asistimos a un templo llamado evangélico, sino porque vivimos el evangelio, porque lo obedecemos.

Me temo que de alguna manera el enemigo nos ha engañado haciéndonos pensar que no necesitamos entregar “todo al Señor”.

Nos ha hecho creer que todavía podemos reservarnos el derecho de administrar “a nuestro gusto” ciertas áreas. Ese es un grave error.

Esa es la razón por la cual conservamos “pecados regalones”, con los que tenemos mucha condescendencia. Los tratamos delicadamente, para no hacerles sentir mal pero Cristo dice que deben salir de nosotros.

Dios en Su paciencia nos habla de estas cosas, nos recuerda, nos insiste, pero nosotros no llegamos a ver lo destructiva que es la obediencia selectiva para un cristiano.

Esta clase de obediencia nos hace pensar que somos obedientes cuando en realidad no lo somos completamente.

La obediencia selectiva no es otra cosa que decidir a qué quiero obedecer y a qué no.
Nos pone muy mal cuando vemos esta actitud en nuestros hijos, y somos severos con ellos sobre este tema, pero no logramos ver que como hijos actuamos del mismo modo con Dios.

Decidimos que haremos ciertas cosas que la palabra de Dios nos ordena, pero selectivamente decidimos que otras no las haremos.

¿Cómo esperar que el evangelio de resultados completos en una vida que lo vive de manera parcial?

Imagina lo que habría ocurrido si Cristo hubiera decidido obedecer al Padre en algunas cosas y en otras no. Su sacrifico en la cruz hubiera sido vano, un chiste, porque no haber sido un sacrificio perfecto y acepto al Padre

Obedecer a Dios a medias es el equivalente a sacrificar un animal defectuoso en el tiempo de la ley mosaica.

Si Dios nos llama a algo debemos trabajar en ello. No hay nada peor que saber hacia donde debemos ir y salir en otra dirección.

En Romanos 2:5 dice: “Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios,
Hace 2 mil años el Espíritu Santo decía a Pedro “es tiempo que el juicio comience”. Hoy vivimos en el tiempo en que el juicio está a punto de ejecutarse y pienso que no podemos ser descuidados con algo tan delicado..

De alguna manera el juicio comienza cuando las personas deciden de plano rechazar u obedecer parcialmente el evangelio, que es una forma sutil de desobedecerlo.

Dios ha tratado mucho conmigo en este aspecto: “aquellas cosas que ÉL sabe que uno sabe que están mal y que siguen mal, porque uno no hace nada por cambiarlas o simplemente lo que hace es insuficiente”.

La obediencia no es algo opcional para Dios

El sacrificio de Cristo en la cruz puede significar muchas cosas, pero puedes tener la seguridad que no significa libertad para vivir a nuestro antojo o para desobedecer Su Palabra.

Me consuela saber que de acuerdo a 1Tesalonicences 5:9, Dios no nos ha puesto para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo, pero sé muy bien que sin obediencia al Señor, esa salvación no será posible
NO querer romper con cosas que uno sabe que están mal le concede al diablo una puerta abierta por la que puede destruir tu vida.

Por otro lado, nuestra obediencia al Señor hace que Dios aplaste al maligno bajo nuestro pies.

Hay bendiciones que vienen a causa de la obediencia e indudablemente la desobediencia nos acarreará muchos dolores.
Author: gabtorar
•3:54
Filipenses 4:13 “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”

Pablo era un hombre que sabia de lo que hablaba cuando decía que todo lo podía en Cristo.

Pocas personas han vivido lo que este varón de Dios tuvo que atravesar. Lo más destacable es que todo eso lo vivió por causa de su fe, por amor a Cristo, por amor a otros.

Este hombre fue apedreado, azotado y vivió naufragios. Fue atacado física y espiritualmente.

Decía que había aprendido a vivir teniendo abundancia o padeciendo necesidad, estando saciado o teniendo hambre, lo que desde luego nos hace partícipe de las fases por las que indudablemente atravesó.

Este hombre piadoso experimentó todas esas cosas por la causa de Cristo. Es igualmente loable que tú no lo vas a encontrar lamentándose por su situación.

Pienso que Pablo nos debería hacer pensar respecto a nuestros propios problemas.

Primero, el hecho que a diferencia suya, la mayoría de nuestras dificultades vienen como consecuencia de vivir para nosotros mismos. Tomamos decisiones egoístas que traen consecuencias (sufrimiento, dolor) y luego queremos (de nuevo egoístamente) que Dios corra a socorrernos. Rara vez nuestro sufrimiento es por otros.

Segundo, Pablo no se quejaba por lo que le pasaba.

¿Qué poseía este hombre que frente a situaciones muy parecidas a las nuestras y en las que nosotros no cesamos de lamentarnos, él no hacía nada de esto?

A simple vista parece un hombre venido de otro mundo, y la verdad es que en alguna medida lo es.

Pablo vivía en esta tierra pero con la mirada puesta en el cielo. Él vivía esta vida con la mirada puesta en la otra, en la que Cristo le ofrecía.

Como puedes ver, la clave de esta clase de vida victoriosa es el intercambio.

Creo que una marca común a todos los santos (entiéndase “santos” como los hombres y mujeres nacidos de nuevo, que son parte de la familia de Dios, de la iglesia universal de Jesucristo) de la historia es que ellos estuvieron dispuestos a cambiar “esta vida” por la “venidera”. Estuvieron dispuestos a atravesar por lo que fuera necesario (siguiendo su fe en Jesucristo) sabiendo que esta vida no era la estación definitiva, que el viaje no llegaba al fin en esta tierra.

Pablo era capaz de ver a Dios, Su Mano, Influencia y Perfecta Voluntad en las cosas que le ocurrían.

Él no discutía con Dios (como acostumbramos a hacer) sobre el porqué de las cosas.

Pablo daba a gracias a Dios por la manera en que Él soberanamente permitía que las cosas sucedieran.

Ya sea estando preso por predicar a Cristo, o viviendo un tiempo glorioso de milagros y sanidades, Pablo sabia que lo uno como lo otro eran parte del plan de Dios y si Dios lo había decidió así, entonces debía estar bien.

¡¡Esto es verdadera fe!!

Como hombre muchas veces me he visto enfrentado a dificultades que van más allá de capacidad de resolución. Créeme que entiendo perfectamente cuando alguien me dice que siente que no puede más.

¡¡Yo también he pensado que no podría seguir ni siquiera un paso más!! Pero Dios se ha encargado de enseñarme que Él ordena los pasos de sus hijos. Él nos fortalece para que todo lo podamos en Cristo.

Una gran lección de la vida cristiana es que todo lo podemos en Cristo.

Nuestras quejas y murmuraciones vienen de poner la mirada (confianza) en nosotros, en nuestras fuerzas o capacidades, pero todo cambia cuando la confianza es depositada en Aquel que todo lo puede y que nos capacita para poder con todo lo que

El nos ponga por delante.

Derechamente Dios quiere enseñarnos a mirarlo a Él sobre toda aflicción, conflicto o circunstancia. Sin duda Él desea que quitemos la mirada de nosotros mismos y la pongamos sobre Él.

Pablo, al igual que otros santos de la historia, lo entendieron así, y tu ya sabes cuales fueron los resultados de tal fe en Dios: “las cosas mas increíbles ocurrieron porque hubo gente que se atrevió a confiar en Dios plenamente”.

Fueron llevados más allá de sus humanas posibilidades por Aquel que es capaz de hacer lo imposible.

Enfrentaron las necesidades (carencias) mas grandes, los dolores mas terribles, las pérdidas mas dolorosas y todavía lograron estar en pie porque había UNO que los sostenía en medio de toda esa adversidad.

Muchos creyentes, en un momento de alta emoción, han gritado a los cuatros vientos que todo lo pueden en Cristo que les fortalece, y no mucho después, al fragor de la batalla, los vi tirar la toalla y retirarse derrotados y desanimados.

El verso en cuestión es más que una bonita frase que se dice en momentos de emocionalismo. Es Palabra de Dios, es la promesa de que caminando junto al Señor PODREMOS LOGRAR Y SOPORTAR TODO LO QUE EL QUIERA, PORQUE EL MISMO NOS DA LA FUERZA NECESARIA PARA HACERLO.

Por último, sólo puedo agregar que se que Pablo no mentía cuando decía estas palabras. Dios también me lo ha demostrado a mí.