Author: gabtorar
•10:26
Juan 10:14 “yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas y las mías me conocen”

Pensar en esta figura de Cristo como pastor, es por decir lo menos interesante.

Cristo es el hijo de Dios. El Unigénito del Padre. A decir de los mismos demonios que expulsó de algunas personas Cristo es el Santo de Dios.

Teniendo en mente lo anterior, ¿no te parece hermoso que Jesús se refiera de sí mismo como un pastor de ovejas?

Las ovejas son animalitos muy especiales.

En general indefensos frente a los peligros que el entorno y otros animales pueden representar para ellos.

Las ovejas no tienen grandes garras, ni grandes dientes o poderosos colmillos.

No son de gran envergadura, no poseen destacadas habilidades físicas como correr rápido o dar grandes saltos.

En resumen, son animales bien indefensos. Y tal vez por eso mismo Cristo se identificó con ellos.

Jesús se presenta como el buen pastor de las ovejas

Él sabe que las ovejas requieren de atención y cuidado.

Sabe que las ovejas son anímales de bajo perfil y para nada agresivas.

Jesús sabe que el trabajo del pastor consiste en guiar a las ovejas a buenos pastos, a aguas que puedan beber y también a protegerles de las asechanzas de los depredadores.

Por cierto, la labor del pastor es más amplia que esto, pero esto es lo básico y fundamental para el bienestar de las ovejas.

Jesús dice algo muy notable concerniente a la relación que debe existir entre las ovejas y su pastor.

Dice que él conoce a sus ovejas y que ellas le conocen a Él, al menos a las suyas.

Jesús es el buen pastor.

En todo orden de cosas existen personas que hacen su trabajo bien y otras que lo hacen mal.

Al decir que él es el buen pastor, está afirmando que Él hace su trabajo bien, que guía a sus ovejas a los mejores pastos, a las mejores fuentes de agua, y que les brinda el mejor cuidado que ellas puedan necesitar.

Podemos y debemos sentirnos seguros si Jesús es nuestro pastor.

Pero Él habla de una relación. Habla de lo que él hace por sus ovejas y de lo que sus ovejas hacen en relación con él.

Para que cualquier relación pueda funcionar debe haber reciprocidad.

Las relaciones (aun las mejores) pueden llegar a desgastarse y terminar cuando no hay una actitud recíproca entre las partes involucradas.

En este caso las ovejas de Jesús, conocen a Jesús. Esto implica que confían en él. Nosotros decimos conocerlo pero ¿confiamos en Él?

¿Le permitimos a Él actuar soberanamente sobre las situaciones de nuestra vida?

Conocer en la biblia siempre tiene la implicancia de una relación íntima, profunda.

Jesús conoce perfectamente bien a sus ovejas.
Él sabe mejor que ninguno lo que cada una de sus ovejas necesita en el tiempo y situación particular que cada cual vive.

Es una maravilla que Jesús pueda ser nuestro pastor. ¡¡Qué gran confianza nos debe otorgar esto!!

Y aquellos que decimos ser sus ovejas deberíamos esforzarnos más por llegar a conocer correctamente la clase de pastor con la que contamos.

Muchas de nuestras angustias no serían tales si entendiéramos quien es Él y cuán bien nos cuida diariamente.

Podríamos encarar el siguiente día siempre con la tranquilidad de saber que estamos resguardados y protegidos, por el mejor de los pastores.

Nuestro pastor Jesús sabe todo. Sabe lo que necesitamos, sabe cómo concedérnoslo.

Nuestro mayor esfuerzo deberíamos hacerlo para conocerlo lo mejor que nos sea posible.

Esto redundaría en una vida que no se afana por el día de mañana porque sabe que hay UNO que se preocupa, que hace bien su trabajo.
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