Author: gabtorar
•9:20
Romanos 12:2 “… transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento para que comprobéis cual sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”

La mentalidad es esencial en la vida de las personas porque nunca iremos más allá de lo que nuestra mentalidad nos permita.

¡¡Es que la mentalidad puede ser una gran motivadora!!

Con sorpresa me enteré hace algunos años que los pacientes sometidos a delicadas cirugías con alto riesgo vital, se recuperaban con mayor rapidez dependiendo de cómo enfrentaban la operación y aquellos que obtenían mejores resultados en su recuperación eran precisamente los que tenían una mentalidad positiva, una mentalidad que les permitía enfrentar con esperanza de buenos resultados dicha operación.

Sabemos que en última instancia todo depende del Señor, pero no
es menos cierto, que Dios nos da una cuota de responsabilidad y pensaremos como determinemos pensar: positiva o negativamente.

El potencial está allí para enfrentar los desafíos en fe o con angustia, para sonreir a las circunstancias o para llorar delante de ellas, nuestra actitud no cambia nuestras circunstancias, pero si cambia nuestra manera de hacer frente a las mismas.

La mujer con flujo de sangre vivió largos 12 años de padecimiento pero me sorprende descubrir que ella tenía una mentalidad positiva a toda prueba.

Ella creía que su problema tenía solución. Intento en los médicos y ellos no pudieron ayudarle. Lo que es más, añadieron más dolor e incluso una cuota extra de padecimiento, porque gastó todo lo que tenía y le fue peor.

Estando en el lugar de esta mujer, muchas personas que conozco se hubieran echado a llorar por su lamentable condición, y ¿que hubieran cambiado con eso? ¡Nada!

En cambio esta mujer oyó de Jesús y se dijo “si tocare su manto seré sana”. ¡Vaya que mentalidad positiva!
No me extraña por qué el Señor la sanó. Con tal clase de actitud positiva.

¿Sabías que gastamos más energía enojándonos que riendo? Y el enojo solo carga nuestros corazones en tanto que la risa los libera de tales cargas.

Reir en medio de circunstancias adversas es una locura, ¿y qué tiene de raro, Si que el santo Hijo de Dios estuviera dispuesto a morir por pecadores que lo odiaban fue todavía más descabellado?

Atrevámonos a hacer locuras, a romper los esquemas, a doblarle la mano a las circunstancias, no dando lugar a que el diablo nos siga robando el gozo de estar vivos (más allá de las circunstancias que nos puedan rodear), agradeciendo por el milagro de oír, de ver, de poder hablar, agradeciendo por la comida que hay sobre nuestra mesa, por la ropa que cubre nuestros cuerpos, teniendo una mentalidad que promueve un estilo de vida de gratitud hacia todo lo bueno que Dios nos concede antes que fijarnos en los aspectos negativos solamente.

Un problema deja de tener solución cuando me auto-convenzo que no tiene solución. Nos ahogamos en nuestro pequeño mundo.

Abre la puerta de tu casa, asómate por la ventana. Levanta los ojos al cielo y descubre que tu Dios creó todo eso que ves y también lo que nuestros tus no son capaces de divisar.

La mentalidad de los hombres fue seriamente confrontada por Jesús. El reprendió a algunos por la dureza de sus corazones, por tener una mentalidad estrecha, negativa, crítica y condenatoria.

Aprendamos de los pájaros, de los lirios del campo que no se angustian por el día de mañana, que no juntan en graneros, de alguna manera ellos saben que Dios estará allí para ellos.

¿Cuánto más por tí?
Author: gabtorar
•14:43
Efesios 1:18 “alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos…”

Siguiendo con el tema de la mentalidad, no se puede dejar de enfatizar la relevancia que esta tiene en la vida de las personas. De hecho la mentalidad es tremendamente determinante.

Como educador he aprendido que contribuimos u obstaculizamos el proceso de enseñanza-aprendizaje de nuestros alumnos, básicamente en función de la mentalidad con que nosotros les tratamos.

Algunos educadores en vez de estimular a sus alumnos para hacerles sentir que pueden lograrlo, tienen un enfoque negativo y con antelacíón a los desafíos propios de la tarea de educar, les “anulan o apocan”, con una mentalidad negativa que suele decir “no creo que lo logres” o “es que no tienes lo que se necesita para tener éxito en esto” y frases de ese estilo.

Los alumnos al igual que los hijos requieren de padres que les alienten a tener una mentalidad que les diga que se puede.

La vida presenta en ocasiones desafíos inesperados para nosotros situaciones que aparentemente van más allá de nuestras posibilidades y es crucial tener una mentalidad que enfrenta desafíos con la idea de vencer en esos desafíos para avanzar a la siguiente etapa.

Muchos jóvenes que se sienten “incapaces de”, no tienen esa mentalidad gratuitamente sino como algo adquirido muy presumiblemente de sus padres, de su entono más inmediato.

Hacer tropezar a las personas no cuesta nada, edificarles para que alcancen su máximo en Dios, es tarea de toda una vida, por ello no podemos darnos el lujo de hacer caer a alguno deliberadamente.

La mentalidad juega un rol fundamental en todo lo que hacemos. El fútbol chileno ha mejorado en función de que la mentalidad de los futbolistas ha ido cambiando.

Debemos esperar mejores resultados a futuro, la idea de perfeccionar es parte integral del propósito de Dios para el hombre, llevarlo a la estatura de Cristo. ¡Vaya, que desafío!

Pero la mentalidad de Dios nos dice que Él cree que se puede y eso nos da la posibilidad de lograrlo.

Frente a cualquier plan de acción siempre se debe considerar los aspectos positivos y negativos pero por alguna mala tradición terminamos enfocándonos en los negativos.

Muchas veces, nuestro temor a fracasar en algo nos limita a “no intentarlo siquiera”.

¿Cuántos proyectos de Dios se habrán abortado en la historia de la iglesia por una mentalidad derrotista o negativa?

Para romper estructuras hay que atreverse a hacer cosas que van más allá de esas estructuras y en ese ámbito Jesús es el Maestro por excelencia. La razón de que fuera tan perseguido radicaba en lo revolucionario de su vida, de su obra y ministerio.

Es imprescindible que haya una renovación de entendimiento, un cambio de mentalidad que nos permita ver las cosas desde Su perspectiva. Y en Dios las cosas son: “Si” y “Amén”.

Las grandes obras comienzan con pequeños pasos y para dar ciertos pasos se requiere un cambio de mentalidad.

Deja de lado los miedos y atrévete a hacer lo que Dios te está mandando hacer. Serás bendecido, y conocerás a Dios en una faceta que el diablo te había estado tratando de ocultar hasta hoy.
Author: gabtorar
•15:55
Sal 84:6 Atravesando el valle de lágrimas lo cambian en fuente, cuando la lluvia llena los estanques.

Por razones que Dios conoce mejor que nadie, somos muy dados a buscar “estabilidad”.

La mayor aspiración de muchas personas es hallar el trabajo estable, la casa propia que es sinónimo de estabilidad, deseamos hallar el trabajo estable que nos provea del salario que nos permita vivir en un grado de estabilidad.

Concretamente el concepto estabilidad es muy codiciado por nosotros.

La estabilidad produce una atmosfera que nos permite descansar, soñar y proyectarnos. Pero cuidado. Hay un momento en que la estabilidad se convierte en una enemiga de los planes de Dios.

Es bastante frecuente encontrarse con personas que son incapaces de responder a ciertas peticiones del Señor (planes que Dios tiene con ellos) porque seguir a Dios en ESE plan significaría tener que sacrificar la estabilidad que poseen. Así muchos prefieren decir no al Señor.

Nos cuesta movernos de un lugar a otro especialmente cuando sentimos que tenemos todo lo necesario para vivir una buena vida en las condiciones actuales.

La obre de Dios sufre cuando el hombre se acomoda. La estabilidad promueve comodidad, y la comodidad impide que hagamos ciertos sacrificios que Cristo nos demanda hacer por causa Suya.

¿Cuántas personas no serian capaces de responder a un llamado misionero, por ejemplo, porque eso significaría tener que abandonar aquello que representa estabilidad para mí?

¿Cuántas personas no están de hecho dispuestas a hacer pequeños cambios en sus vidas porque no desean perder la estabilidad que tienen?

Este es un tema que vale la pena meditar.

Dios desea cambiar nuestras circunstancias, pero para que eso suceda debe haber en nosotros “disposición”.

El salmista compartía que atravesando el valle de lágrimas lo cambian en fuente. ¡Date cuenta!

¡Qué transformación más fantástica puede ocurrir cuando nos atrevemos a ATRAVESAR, lo que sea que Dios desee que atrevesemos, si nos disponemos, producirá cambios transformaciones gloriosas que Dios puede y quiere hacer.

Pero para lo cual necesita nuestra abierta disposición.

Si hay algo que en este tiempo se necesita urgentemente es gente que se atreva.

Ester en tiempos de angustia se atrevió, Daniel en tiempos de cautiverio se atrevió, Elías en tiempos de apostasía se atrevió. Y hoy día en la iglesia son pocos los que se atreven porque tienen miedo al costo que aquello pueda tener para sus vidas, para su estabilidad.

Los grandes milagros y transformaciones vienen como producto de atreverse a pasar por los valles de lágrimas.

David decía que aunque anduviera en valle de sombra y de muerte
no temería mal.

Había disposición, había voluntad y Dios la usó para glorificarse.

Deseamos que Dios haga grandes obras pero nos escondemos tímidamente detrás de trincheras que para nosotros representan seguridad. ¿Qué seguridad puede haber fuera de Dios?

Queremos ver la gloria de Dios pero no estamos dispuestos a pagar ningún precio que represente incomodidad o sacrificar nuestra tan codiciada estabilidad.

He entendido que no hay estabilidad verdadera fuera de Dios.

Ese trabajo que me parece tan estable, puedo perderlo sin previo aviso, esa casa por la que tanto nos esmeramos, podemos perderla en un par de minutos, pero aquellos que se atreven a atravesar los valles de lágrimas, podremos experimentar la poderosa transformación que el Señor produce en y a través de aquellos que le creen y se atreven.
Author: gabtorar
•12:11
2 Samuel 12:20 “Entonces David se levantó de la tierra, y se lavó y se ungió, y cambió sus ropas y entró a la casa de Jehová, y adoró. Después vino a su casa, y pidió, y le pusieron pan y comió”

Prosiguiendo con la idea de ayer, es fundamental quemar etapas para poder avanzar en la vida cristiana.

Nuestro mismo Señor vivió etapas que nos son comunes a todos. El fue bebé, luego niño, adolescente, joven y adulto.

Debió atravesar las etapas propias del crecimiento y con toda seguridad en cada una de esas etapas contó con la ayuda del Padre.

Nuestras vidas están siempre marcadas por ciclos. La vida en si es de carácter cíclico. Los ciclos se repiten una y otra vez, pero a pesar de existir patrones, siempre hay novedades que tienen lugar dentro de esos patrones.

La vida sería monótona si todo fuera simplemente plano o igual pero hay etapas que quemar, hay tareas que realizar y en la obra de Dios, en Su plan para nosotros, esto también se aplica.

Jesús anunciaba que desde lo días de Juan hasta AHORA (es decir, el minuto en que Jesús estaba hablando) ciertas etapas estaban cumpliéndose.

Particularmente, el Señor decía que el reino de los cielos estaba sufriendo violencia.

Anteriormente a eso, habían transcurrido unos 400 años en que Dios había guardado silencio.

Esa era una etapa y ahora Jesús anunciaba que estaban en otra diferente, una de violencia.

David vivió un mal ciclo en el que el pecado trajo malos y desastrosos frutos para su vida y los suyos.

Pero aun en medio de esto hubo una virtud en David: él supo reconocer cuando un ciclo debía terminar.

En vez de seguir llorando al niño, se levantó para continuar, para seguir andando en Dios.

Por cierto las consecuencias de sus hechos seguirían, pero ERA INDISPENSABLE seguir adelante, por él, y también por los demás.

No podemos darnos el lujo de quedarnos pegados en ciertos ciclos de nuestra vida.

NO importa si estos son muy buenos o muy malos.

Pablo hablaba de “seguir adelante” al premio del Supremo llamamiento. Y el mismo apóstol decía “olvidando lo que queda atrás, prosigo”.

Es que esa es la voluntad de Dios.

¿Cuántos ciclos de tristeza y dolor, de amargura y temor te están impidiendo ver lo que Dios tiene preparado un poco más adelante tu camino con Él?

Jesús por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz.

¿Te das cuenta? La cruz era una etapa dolorosa y muy real pero Jesús no se quedó pegado en esa etapa, él atravesó todo eso con la mirada puesta en la etapa siguiente.

Nuestra vida indudablemente está en las manos de Dios, pero eso no significa que todo lo que vivimos es por causa de Dios.

Muchas de las cosas que vivimos son parte de nuestra incapacidad para movernos hacia adelante.

Y es así como al igual que Israel, en vez de avanzar, solamente “rodeamos” el propósito de Dios.

Dios en su grandeza y poder es capaz de intervenir en nuestras vidas y cambiar nuestro lamento en alabanza y nuestro lloro en gozo. ¿Te das cuenta? ¡¡ciclos nuevos, nuevas etapas!!

David lo comprendió y se levantó, se lavó, se ungió, adoró a Dios comió y se dispuso a experimentar las cosas que Dios, en esa nueva etapa, tenia para él.
Author: gabtorar
•11:00
2 Samuel 12:20 “Entonces David se levantó de la tierra, y se lavó y se ungió, y cambió sus ropas y entró a la casa de Jehová, y adoró. Después vino a su casa, y pidió, y le pusieron pan y comió” Una gran verdad de la vida cristiana es que Dios siempre sigue adelante. ¡La obra de Dios en nuestras vidas jamás se detiene!

No importando si se trata de un Pedro que acaba de negar al maestro (aunque se le había advertido sobre el asunto), o de un pastor hecho rey como David (que había adulterado haciendo que lo enemigos del Señor blasfemaran su Nombre), el plan de Dios para con nosotros sigue adelante.

¡¡Que maravilloso contraste!! Entender que si bien Dios no cambia, no muda, su plan para nosotros no se detiene, con tal de llevarnos adelante al cumplimiento perfecto de Su buena voluntad.

Pero para “llegar a puerto” en Cristo “debe haber un cambio de ropas”.

David, el otrora dulce cantor de Israel, un líder que ha llevado a Israel a un punto nuevo de desarrollo, crecimiento, prosperidad, y unidad nacional, está enfrentando un duro momento: ha pecado CONTRA Dios.

Ha tomado la mujer de su prójimo, ha dormido con ella y la ha embarazado. Tratando de maquillar su error, ha coordinado que el inocente marido de esta, muera en el campo de batalla (paradójicamente sirviendo los intereses de David mismo, con una fidelidad increíble).

David ha cometido un gravísimo error. El hombre conforme al corazón de Dios ha actuado conforme a cualquier otro corazón menos al de Su Señor. Pero “lo hecho, hecho está” y David está pensando cómo remediarlo humanamente.

Su solución simplemente llevó las cosas a un mayor nivel de daño y perjuicio.

Seguro que al Señor “grande en misericordia”, le hubiera bastado con que David, primero pidiera perdón a los afectados, y luego mostrara los frutos dignos de tal arrepentimiento.

Dios tiene siempre el poder de encaminar las cosas a bien.

David se equivocó. ¿Te has equivocado alguna vez?

Seguramente nosotros podemos identificarnos con él. Jesús dio libertad para apedrear a la mujer adúltera a aquellos que estuvieran libres de pecado y los ancianos (los más animosos a apedrearla) fueron los primeros en retirarse del lugar.

Pero entre los desvaríos de ese oscuro momento del rey de Israel, hubo luz. El profeta lo confrontó con ese pecado prolijamente escondido, y David se arrepintió y Dios le perdonó.

Sin embargo, había consecuencias que afrontar. Un niño había nacido producto de esa relación ilícita y esa vida no llegaría a prosperar.

David se humilló ante el profeta Natán y comenzó a interceder por ese niño, pero ese niño enfermó y murió.

El pecado de David terminó en luto. El pecado verdaderamente destruye y daña nuestras vidas y la obra de Dios.

Pero hay algo que es necesario destacar aquí. David lloró y ayunó por ese niño. Sin embargo, cuando Dios decidió llevarse a ese niño, David tuvo la capacidad de levantarse.

No es la voluntad de Dios que nos quedemos en un estado de postración.

Hay que humillarse bajo Su poderosa mano, pero no para vivir en un estado de humillación permanente sino porque la humillación está en el camino de la exaltación que Dios mismo desea dar.

David se levantó de la tierra, salió de su postración, de su estado de humillación.

Todo tiene su tiempo debajo del sol. Tiempo de llorar y tiempo de reír. Hay tiempo para humillarse y cuando nos humillamos, damos lugar al tiempo de la exaltación.

No tengas temor de humillarte cuando sea tiempo para ello. Eso es una etapa que dará a luz una etapa nueva en tu vida.
Author: gabtorar
•10:44
Juan 11:3 “…¿eres tú aquel que había de venir a esperaremos a otro?”

En estos días el Señor me ha estado motivando mucho con esta lectura. Para efectos de mis devocionales sólo incluyo un verso pero es necesario leer el contexto para realmente comprender el mensaje.

¡¡Que gran ejemplo tenemos en Juan de lo que la duda puede producir en el corazón del creyente!!

Es justo decir que la duda no viene sola. Es siempre producida por algo.

Normalmente dudamos cuando sentimos que hay razones (motivos) para ello. Pero Juan dudó, a pesar de tener poderosos motivos para NO hacerlo.

Juan conocía a Jesús bastante bien. Las madres de ambos eran parientas así que había un grado de cercanía, no eran completos extraños el uno con el otro.

Mejor que otros muchos hombres de su tiempo, Juan sabía quien era Jesús.

Fue Juan quien dio testimonio de Jesús cuando se aproximaba al Jordán diciendo “he aquí el cordero de Dios”. Existía sólo UN cordero de Dios y Juan estaba testificando de él.

Juan estuvo allí cuando los cielos se abrieron luego del bautismo de Jesús.

Juan escuchó la voz del Padre dando testimonio que Jesús era el Hijo amado.

Juan agregó ser indigno del calzado de Jesús. En síntesis, Juan conocía a Jesús, sabia quien era.

Pero en nuestro texto está enviando 2 discípulos suyos para corroborar. ¿Qué extraño?

¿Puede ser que de haber estado tan seguro ahora no supiera si Jesús era o no el que Juan estaba esperando?

¿Cómo transitó de la seguridad a ese punto de duda?
Desde luego el problema no era Jesús.

Indiscutiblemente Jesús ERA el mesías, el cordero de Dios, el Hijo predilecto del Padre, el Salvador, el Ungido, y ahora Juan lo pone en tela de juicio.

¿Las razones? El verso 2 lo explica con claridad “Al oír lo HECHOS de Jesús”

Había algo en los HECHOS de Jesús que no cuadraba con el cuadro que Juan tenía del Mesías.

Juan era un gran profeta, cargado con el espíritu de Elías.

Elías desafió temerariamente a los profetas de Baal. A riesgo de su propia vida, confrontó al pueblo por su tibieza y lo llamó a decidir a quien seguro. Juan vino en el espíritu de Elías a preparar camino al Señor.

Su mensaje era fuerte, confrontacional, “duro” lo llamarían muchos hoy día.

De acuerdo con Juan, el Mesías traería el aventador en su mano, y separaría la molesta paja del trigo.

El hacha estaba puesta a la raíz misma de los árboles para cortar a los impíos de la tierra.

Estando en la cárcel él escucha que Jesús come con pecadores y prostitutas. Que comparte con los deshonestos recaudadores de impuestos, que se sienta con los bebedores de vino.

Ese cuadro no encajaba en lo más mínimo con el concepto de Mesías que Juan manejaba en su mente y corazón.

Esa es la razón por la que duda. Jesús desencajaba con lo que el profeta esperaba y esto lo llevó a ser confrontado con su propia percepción del Señor.

¿Cuántas veces nos ha ocurrido lo mismo a nosotros?

¿Cuántas veces henos dudado de las cosa de Dios, no porque no sean de Dios, sino porque no lucen como nosotros pensamos?

Jesús le mandó a decir a Juan que las obras hablaban por si solas.

¡¡Gracias a Dios que la obra del Señor, trae el sello de quien la encomienda en nuestras manos!!
Author: gabtorar
•9:01
1 Tesalonicenses 4:6 “Que ninguno agravie ni engañe en nada a su hermano; porque el Señor es vengador de todo esto, como ya hemos dicho y testificado”.

¡¡Qué gran corazón tiene Dios!! Para entendernos, ser paciente soportar nuestra forma de ser.

Me he estado acordando de Moisés. Él representa un clásico ejemplo (entre varios que aparecen en la escritura) de lo que pasa cuando el liderazgo es mal entendido.

Cuando los israelitas estaban esclavos en Egipto, y Dios lo tomó para liberarlos de la deplorable vida que tenían, la gente lo aplaudió.

Cuando la mano poderosa del Señor se movía entre el pueblo, al recibir provisión sobrenatural, al abrir el mar, al liberarles de “sus demonios” (males que traían), ellos vitoreaban a Moisés. Él era un héroe para los israelitas, pero cuando “algo” no salió como ellos esperaban, de inmediato miraron atrás, se acordaron de Egipto y pensaron en regresar.

¡¡Habían sido esclavos allí, no eran nadie, no valían más que para hacer ladrillos!!

¿A qué clase de vida querían regresar? ¿Por qué querían volver?

¡¡Qué injustamente drásticos somos los seres humanos!!

Sería de mucho provecho que tuviéramos tal radicalidad con las cosas que lo ameritan: con los vicios, con el mal carácter, con las mentiras, con los pecados que acariciamos y que no estamos dispuestos a abandonar, con la falta de misericordia que Dios ve en nuestras vidas, con la falta de amor que se deja entrever por la manera en que juzgamos las cosas.

Hay mucho que debería salir y que, sin embargo, preferimos seguir albergando en el corazón.

Los israelitas tenían ese problema. Moisés intentaba bajo el liderazgo del Señor, llevarles a una tierra nueva y ellos cada vez que las cosas no resultaban de acuerdo “a sus expectativas” pensaban en regresar.

Claramente Dios es soberano y su manera de actuar muchas veces no la entendemos.

Es por eso que somos llamados a seguirle por fe, es decir, a tomar decisiones con la convicción de que eso es lo que Él desea para nosotros y con la convicción de que eso es lo que nosotros queremos hacer.

Moisés no los obligó a seguirlo, ellos creyeron que debían seguirlo y cuando todo resultaba como ellos pensaban Moisés era un gran líder, pero cuando las cosa salían de manera diferente le criticaban diciendo para qué los había sacado a morir al desierto.

La falta de agua provocó esta reacción. Las carencias o faltas dejan al descubierto lo que en verdad hay en nuestros corazones y en ocasiones, cuando Dios quiere hacernos el gran servicio de mostrarnos lo que hay en nuestro corazón, nos permite vivir carencias.

A Jesús le pasó lo mismo. Mientras hacia sus milagros y les ayudaba en sus necesidades (tanto físicas como espirituales) era el Mesías. La gente clamaba “Hosanna al Rey que viene”.

Lo vitoreaban y aclamaban, le bendecían con sus bocas, le agradecían sus favores, pero luego, muchas de esas mismas persona egoístas gritaban ¡crucifícale, crucifícale!

El texto dice que ninguno agravie o engañe a su hermano. Moisés no los estaba engañando cuando los llevaba por el desierto, Dios lo mandó así; Jesús no los estaba engañando en las cosas que decía o hacía, Dios lo mandó así, pero la gente no lograba ver esto.

Ellos estaban viendo las cosas desde el lado equivocado.

Cuidado con dar lugar al adversario. Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón, guarda tus pensamientos, la vida espiritual fluye donde hay un corazón limpio, pero se obstruye donde hay contenciones y raíces de amargura.

Que ninguno agravie a su hermano es lo que Dios quiere ver en nosotros Su Pueblo. Que ninguno engañe (es decir, que a sabiendas mienta a su prójimo) es lo que Dios nos manda no hacer.

Pero en encamino del cristianos siempre habrá nuevos caminos por recorrer y nuevas lecciones que aprender.

¡¡Gracias Señor porque en todo eso estamos siendo conformados a la imagen de Aquel que nos llamó!!

“Pasando por lo que Tú pasaste, entenderemos mejor lo que Tu viviste, y nos haremos semejantes a Ti en tus aflicciones y en Tu Santo carácter”
Author: gabtorar
•11:10
1 Tesalonicenses 4:6 “Que ninguno agravie ni engañe en nada a su hermano; porque el Señor es vengador de todo esto, como ya hemos dicho y testificado”.

De este verso podemos claramente extraer un mensaje fundamental para los cristianos: no es la voluntad de Dios que entre nosotros haya la intención de engañar o agraviar al prójimo.

De acuerdo al diccionario agraviar significa “herir, lastimar u ofender”.

Jesús se refirió severamente contra los que causaban tropiezo a sus pequeñitos. El dijo que era imposible que no hubieran tropiezos, pero dijo “ay” de los que hacen tropezar.

Indudablemente estas palabras fueron dichas por causa de aquellos religiosos de su tiempo que no ponían la mirada en las cosas de Dios. Eran hombres terrenales, legalistas) estrictamente religiosos) que no tenían verdadera preocupación por la gente o por el reino de Dios, sino por ellos mismo solamente.

Por supuesto Jesús sabe que en un momento u otro podemos sin desearlo herir, lastimar u ofender, en resumen, ser tropiezo para alguno, pero tengo perfecta claridad y confianza que para esos casos ¡el Señor siempre tiene una salida!

No es aceptable que como hermanos actuemos con la intención de herir a nuestro prójimo. Eso es feo y censurado por el Señor, pero para esas cosas que hacemos sin maldad, sé que la sangre de Jesús nos cubre.

Tendremos que transitar por diversas experiencias aun para poder llegar a la estatura de Cristo.

En muchos de esos caminos sentiremos que Dios permite cosas que nos humillan, son tiempos de probar nuestras convicciones, de hacer nuestra parte y confiarle los resultados a Él.

La poda es una tarea muy necesaria au que dolorosa en la vida del cristiano.

Cuando los árboles son podados parece que han perdido pero en realidad están ganando porque se están siendo preparados para una etapa nueva, de nuevo fruto.

Dios nos está preparando para una nueva estación.

Se que vienen cambios radicales. Y a los hombres no nos gustan los cambios, preferimos estabilidad.

Es curioso pero la vida cristiana es como una mudanza constante. Todos deseamos la casa definitiva (y la hay eterna en los cielos)

Deseamos ese lugar que llamamos hogar y al que nos acostumbramos, el que de hecho decoramos de acuerdo a nuestras preferencias, lo pintamos de cierto color, lo enriquecemos con adornos a nuestro gusto…

Cuando por diversas razones tenemos que cambiarnos de domicilio nos cuesta aceptarlo porque pensamos en todo lo que hemos logrado y también en lo que hemos invertido.

Pues bien, Dios no desea que nos conformemos con lo que hemos logrado. Él quiere que sigamos “adelante al premio del supremo llamamiento en Cristo Jesús”. Esto implica seguir mudándonos, cambiando de barrio, cambiando de nivel.

A nivel político, los noticieros hablan del revuelo que causan en algunas carteras los cambios que se están intentando establecer.

Las personas nos acomodamos a ciertos sistemas y somos renuentes a cambiar.

Bueno, Dios vino a nuestra vida para transformarla y ese proceso será menos doloroso si nos entregamos en Sus manos y le dejamos actuar.

La fe es fundamental para que cuando no veamos los resultados que esperábamos podamos tener la paz EN Dios de que Él sabe mejor que nosotros lo que está haciendo y que llevará a puerto lo que tenga que llegar ahí, incluso de maneras que tal vez no pensábamos.

A veces se nos olvida que somos sólo instrumentos, parte de un plan, que de hecho nosotros NO SOMOS el plan, Cristo lo es.

De repente sin darnos cuenta, pensamos que si las cosas no salen como esperábamos entonces algo anda mal.

Eso pensó Juan bautista, después de haber presentado a Jesús como el Mesías, pero al ver que las cosas no iban como él pensaba, se turbó y mandó a preguntar si era Él realmente al que estaban esperando.

¿¡Qué curioso!? Juan estaba seguro de que Jesús era el Mesías primero (en verdad tú y yo sabemos que lo era) y cuando las cosas no fueron como él pensaba (esperaba) dudó.

Nada quitará a Juan lo impecable de su ministerio.

Él murió por la causa del Señor, pero hasta ahora nos queda la enseñanza de que no podemos quedarnos en nosotros. Siempre debemos movernos hacia Él.

¡¡Él siempre sabe lo que es mejor!!
Author: gabtorar
•7:54
Miqueas 6:8 “Oh hombre, Él te ha declarado lo que es bueno, y que pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia y humillarte ante tu Dios”

Los dos últimos días no he escrito los devocionales porque han sido días muy ajetreados.

Verdaderamente no me ha alcanzado el tiempo para hacerlo atendiendo otras responsabilidades y respondiendo también a inquietudes y consultas de hermanos y otros ministros del Señor.

Pero para hoy hay un versículo que tiene mucho sentido para mi. Es curioso que aunque Dios es uno y el mismo que hace todas las cosas en todos, Él es todavía lo suficientemente grande como para tratar de manera individual y personal con cada uno.

No obstante lo anterior, está absolutamente claro que la voluntad de Dios es en estricto rigor la misma para todos: “que lleguemos a la estatura de Cristo y que crezcamos en fe, en comunión los unos con los otros y en amor”.

Es a este llamado tan fundamental al que quisiera apuntar en el escrito de hoy.

Nos cuesta tanto entender que las personas pueden hacer ciertas cosas en un espíritu de amor.

Desde luego no podemos ver lo que las personas piensan o sienten en su interior, eso es algo que solamente Dios ve y conoce, pero es triste pensar que seamos tan dados a interpretar las cosas desde la perspectiva equivocada.

He entendido que para Dios “la motivación” que uno tiene al hacer cualquier cosa determina si ello realmente tiene o no valor eterno y si traerá o no algún fruto para nosotros.

Noé predicó advirtiendo sobre lo que acontecería a sus congéneres si estos no recapacitaban en su forma de vivir.

Es que la manera de vivir que esas personas llevaban estaba alejada de la manera que Dios considerable aceptable, lo que les ponía en una condición de peligro con Dios, especialmente cuando llegara el momento de enfrentar a Dios cara a cara.

Jesús mismo enfatizó que en su segunda venida las condiciones de vida de las personas serían semejantes a la de los días de Noé.

Dios mandó a preparar un arca porque sabía que “algunos responderían” y para ellos era imprescindible contar con un instrumento de seguridad y salvación.

¿Cómo interpretaron las personas a Noé? De diversas formas.

Algunos se burlaron, otros se rieron, con seguridad unos pocos que estimaban a Noé llegaron a decir en sus corazones: “pobre Noé”. Pero solo su familia, esto es, sus cercanos, estuvieron EN el arca cuando convenía estar allí.

Con seguridad la sociedad circundante no vio en Noé y en sus palabras “el amor de Dios”.

Con seguridad, como suele ocurrir hoy día cuando anunciamos el evangelio y advertimos sobre las angustias que vendrán, las personas simplemente nos mal interpretan, nos tildan de alborotadores y no logran ver que es en un espíritu de amor que Dios nos mueve a pararnos en alguna esquina y a declarar las verdades de la Palabra de Dios, verdades con las que Dios busca apercibirnos de las cosas venideras para que esas eventualidades no nos tomen por sorpresa. Verdades por medio de las cuales Dios busca llevarnos a mirar dentro de nuestros corazones y examinarnos, para constatar si estamos o no andando en el camino que es grato para Él.

Finalmente aquellos para quienes viene el juicio de parte del Señor, terminan convirtiéndose en jueces de quienes les quieren ayudar.

Dios sigue deseando que hagamos 3 cosas que menciona nuestro texto, y que generalmente no son parte o prioridad en nuestra vida: “Hacer justicia, Amar misericordia, Humillarnos ante Dios”

Hacer justicia es dar a cada uno comenzando por Dios, lo que cada uno merece, lo que le corresponde: “respeto, obediencia, trato digno, etcétera.

Amar misericordia consiste en tener en el corazón esa disposición para dar a otros lo que ellos no merecen. Dios desea que en nosotros haya ese sentir, porque esa es la vara con la que Él nos mide a nosotros también.

Finalmente, Humillarnos ante Dios. Este quizá sea el aspecto más difícil de conseguir en los hombres y mujeres de nuestro tiempo. ¡¡Cuanta soberbia hay en el corazón!!

Nos equivocamos, pero insistimos en nuestro error. Nos cuesta tanto reconocer nuestras faltas. Tratamos de justificar nuestros actos. En fin, cualquier cosa menos humillarnos.

Noé fue justo porque pregonó y obedeció haciendo lo que Dios le mandó. Amo misericordia porque dio razón, y testimonio del por qué de la construcción del arca y se humilló ante Dios porque aceptó recibir la burla y el menosprecio de sus vecinos y la gente de su tiempo.

Concretamente, llegado el momento Dios cumplió su palabra y Noé recibió la retribución del Señor. Tanto él como su casa fueron salvos. ¿Y los demás?

Los demás no entendieron nada. Ni el amor de Dios que les daba tiempo para arrepentirse y cambiar, ni el amor de Noé por medio de quien Dios les ofrecía la oportunidad, ni el valor del arca como instrumento para salvar.

El Señor ha declarado lo que es bueno. ¡¡No tardes en hacerlo!!
Author: gabtorar
•11:28
Job 9:5 "Si tú de mañana buscares a Dios, y rogares al Todopoderoso"

Lo anterior está planteado de manera hipotética: "si..."

Lo cierto es que justamente las personas NO buscan de mañana a Dios, ni ruegan al Todopoderoso… hasta que se ven sobrepasados por las circunstancias de la vida.

¡¡Y pensar que Dios nos creó para que estuviéramos en comunión con Él!!

Pero rehuimos Su compañía como lo hicieron Adán y Eva cuando oyeron la voz de Dios que se paseaba por el huerto.

Desde luego eso no fue siempre así. Mientras ellos caminaron en rectitud y obediencia se acercaban libremente al Señor.

Con toda seguridad era para ellos un deleite tener comunión con su Creador.

Esa maravillosa relación se vio obstaculizada cuando ellos desobedecieron a Dios, cuando prefirieron dar lugar al enemigo.

Hoy las personas en su mayoría no buscan a Dios, ni de mañana, ni de tarde… mucho menos de noche, cuando están exhaustos a causa de un largo y agitado día de trabajo o de sus múltiples quehaceres.

Nuestro día comienza usualmente con la mente puesta en los afanes propios de esta convulsionada existencia.

Debemos atender a mil compromisos que el sistema del mundo tiránicamente nos demanda.

Está muy claro que el diablo ha forjado un sistema que no deja tiempo para Dios.

No digo que en verdad no haya tiempo, sino que en ese sistema, Dios no tiene ninguna cabida.

Que distinta sería la vida si buscáramos a Dios antes de comenzar nuestro día. Muchos de nuestros grandes conflictos no lo serían si tan solo le diéramos al Señor la posibilidad de mostrarnos lo que Él tiene a nuestra disposición para ese día en particular

No puedo dejar de mencionar que en los momentos complicados de mi vida, cuando he pensado que ya no tengo salida, ha sido en la comunión con el Señor que he hallado luz.

Por eso se por experiencia que orar en la mañana, dar a Dios tiempo en nuestra mañana, cambia la perspectiva de lo que pueda ser el resto del día.

El enemigo siempre intenta ensimismarnos. Su plan es llevarnos a nosotros mismos, mientras que el de Dios es sacar nuestra mirada de nosotros y ponerla en Él.

Nuestras fuerzas, capacidades y recursos son tan limitados, pero los de Dios no. Y eso es lo que la oración produce, que coloquemos las cosas en perspectiva y que nos enfoquemos en los recursos del Señor.

LA sperosnas glopean tosas las puertas habuadas y poor haber pero no glopean las puertas ed cielo.

Quizas porque creem que Dios está muy ocupadio para responderles, tal vez por que las conciencia les acusa de que nio sondignos de buscar enel Señor. Noobtante muchos de nuestros malos días son una oporunidadque Dios nos concede para qie por fin decodamos golpear la puerta correcta.

Como dice el etxto “si rogre al Tiodpoderoso”. Dios es el Todopoderoso y Él está esperando que decidamos hacerlo parte de nuestro vivir.

Que nuestros ruegos dejen de llegar a los oídos de los hombres y mujeres de esta tierra y que se comiencen a enviar al Dios Omnipotente. Él sí tiene respuestas.

Los hombres a quienes golpeamos las puertas, muchas veces solo tienen calmantes. Tramitan, dilatan las cosas (hasta que todo se vuelve peor) y cuando más lo necesitas te dicen que no hay posibilidad de que puedan hacer nada por ti.

Pero Dios es otra cosa. Él no juega con nuestros sentimientos. Él no nos posterga.

Él tiene una increíble disposición para atender nuestras necesidades, consolarnos y tendernos la mano (siempre nos tiende más que la mano)

Habría respuestas concretas para nosotros si de mañana buscáramos a Dios y si nuestros ruegos subieran a Su Divina Presencia.

Como lo dijera el salmista: “este pobre clamó y Jehová le oyó”
Author: gabtorar
•8:04
Marcos 4:23 “si alguno tiene oídos para oír, oiga”

Las palabras de Jesús siempre son oportunas. Una de las características más relevantes de las palabras del Señor es que siempre son pertinentes para nosotros.

Dios no malgasta su tiempo. Aunque vive en una medida (o dimensión) de tiempo distinta a la nuestra, Él sabe el valor que tienen los minutos y horas para personas como nosotros cuya presencia en este mundo no dura más que algunos años.

Por ello es que Jesús siempre era pertinente y agudo en sus alocuciones.

Una notable virtud del Señor era que Él no lisonjeaba a las personas. Iba directo al grano. Al que estaba en pecado le señalaba su condición de pecado; al enfermo no le tramitaba para sanarlo; al oprimido no le ofrecía recetas de liberación, simplemente lo liberaba. Es que el tiempo es un bien irrecuperable y eso Dios lo sabe muy bien.

Por eso no es de extrañar que el Señor pronunciara estas palabra “el que tenga oídos para oír, que oiga”.

Es un llamado a usar estos pequeños miembro de manera correcta y provechosa.

Nos lleva también al tema que “no basta con tener oídos, se necesitan oídos que sirvan, o sea, que puedan oír, oír lo que Dios desea, oír a qué cosa, tarea o misión Dios nos está llamando a dedicarnos o realizar.

Todos en el tiempo de Jesús tenían oídos, pero ¿a cuántos les funcionaban los oídos? En otras palabras ¿Cuántos de esos oídos en verdad oían?

La cosa no ha cambiado mucho desde entonces. Los avances de la ciencia nos han permitido desarrollar mecanismos que facilitan la audición, pero ningún inventor ha podido crear un aparato que permita a los oídos de los hombres abrirse para oír las palabras de Dios.

La ciencia no tiene poder sobre eso.

Es tan fundamental oír la voz de Dios, especialmente cuando sabemos que Jesús dijo que sus palabras eran espíritu y vida. ¿No estamos carentes precisamente de una espiritualidad genuina y de vida en estos tiempos?

Al recorrer las calles o abordar un autobús, vemos que la gran mayoría de los pasajeros va “en su propia frecuencia” portando aparatos de audio. ¿Qué estarán escuchando? ¿Palabra de Jesús, palabra de vida, o mensajes de sensualidad, rebelión y muerte?

Los muchachos y el reggeatón, la tercera edad y las apuestas de la hípica, los adultos y sus programas subidos de tono, las dueñas de casa y sus programas de farándula. ¿Podemos decir que la gente está usando sus oídos para oír lo que les conviene escuchar?
Yo creo que no.

La triste verdad de nuestro tiempo es que la gente está escuchando muchas cosas, pero no está escuchando lo que le conviene.

¡¡Oh Señor, cuánto se necesita que una vez más hagas oír Tu voz en esta tierra!!

Que se oiga una vez más Tu Verdad. Sólo ella nos puede libertar.

Sería, por tanto, muy útil preguntarnos en qué estoy ocupando mis oídos.

¿Los estoy consagrando para oír la voz de Dios o los estoy usando como instrumentos de injusticia e iniquidad?

Si la lámpara del cuerpo es el ojo ¿qué función cumplirán nuestros oídos?

Ambos órganos (ojos y oídos) tienen mucho en común. Nos conectan con el mundo exterior y nos entregan información de ese mundo.

Desde luego somos nosotros quienes tenemos la responsabilidad de direccionarlos. No podemos permitir que ellos nos dicten que ver u oír.

De acuerdo a la palabra de Dios el criterio para determinar qué vemos o escuchamos debería ser cuánto me edifica aquello que veo o escucho.

Frente a la bendición (que no todos poseen) de tener oídos que oyen, necesitamos hacernos cargo del cómo los vamos a usar.

Daremos cuenta de haber contado con tal habilidad.
Author: gabtorar
•12:54
Juan 11:44 “y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo desatadle y dejadle ir”

Se hacen encuestas de todo tipo en nuestro país. A través de ellas se trata de obtener información que entregue parámetros (aceptación o rechazo) respecto de ciertos productos, servicios, incluso de cuán bien o mal lo están haciendo los gobernantes y cuánta representatividad tienen entre el pueblo.

Me preguntaba, si hiciéramos una encuesta en que la pregunta fuera: ¿“Te gustaría que cosas muertas en tu vida resucitaran”?
¿Cuáles crees tú que serían las respuestas?

De seguro que por amplia mayoría la respuesta sería “si”, y la gama de respuestas posibles sería bastante larga de enumerar.

Derechamente todos tenemos cosas muertas que desearíamos ver resucitadas: sueños, relaciones, amistades, etcétera.

Muchos sufren porque ven que su matrimonio, por ejemplo, está muriendo o derechamente muerto en algunos casos. El amior se murió o al menos eso parece haber sucedido, y vemos que esos sueños de cuandor eci´ne nos casamos se desvnaeceny vuelven casi imposibles de cumplir.

¡Si tan sólo esa pasión fuera resucitada!

Esa amistad que tuvimos por tantos años y que productote alguna mala jugada se quebró. Desearíamos poder volver a confiar en esa persona que nos falló o hirió, tal vez sin la intención de hacerlo.

Ejemplos sobrarían pero ellos no cambian las cosas. Lo que se necesita es más que sólo diagnosticar la realidad necesitamos el poder para “trasformar la realidad” y eso es lo que Dios tiene en mente hacer con nosotros, equiparnos con ese poder, darnos esa autoridad que solo podemos recibir de Él.

Hay cosas que nos atan, tal como Lázaro estaba atado de manos y pies, así nuestras vidas se llegan a maniatar producto de malas experiencias o de dolores que atravesamos y que nos matan, nos insensibilizan o al menos endurecen contra ciertos elementos que son indispensables para que tengamos vida en términos espirituales.

Jesús se acercó a la tumba de Lázaro, y aunque este varón estaba claramente muerto de hace un par de días, la voz de mando del maestro, del Ungido, de Aquel que tenía la venia del Padre, le levantó de los muertos.

Creo firmemente que viene un tiempo espiritual en que Jesús va a traer restauración, incluyendo áreas que en nosotros están tan muertas como Lázaro lo estaba.

Jesús sin lugar a dudas es quien tiene el poder de desatarnos para que nuestras manos se conviertan en instrumentos de Su Justicia y para que nuestros pies puedan ahora correr hacia Él.

Dios sigue deseando que seamos desatados y que se nos deje ir. Como lo hiciera con Lázaro antaño, ahora Él está planeando hacerlo contigo también.

El requisito para participar de dicho milagro es el mismo que Jesús le exigió a María, la hermana del que estaba muerto: “si crees verás la gloria de Dios”.

Así que creer es fundamental porque Dios todavía quiere mostrarnos su Gloria.
Author: gabtorar
•9:35
Salmo 83:1 “Oh Dios, no guardes silencio. No calles, oh Dios, ni te estés quieto”

Este corresponde a un salmo de Asaf. Y cuan bien describe nuestra gran necesidad actual.

La maldad del corazón del hombre se ha vuelto prominente en nuestra sociedad.

La corrupción es el pan de cada día que nos toca consumir resignadamente. No hay justicia para los que viven rectamente, al menos no en el ámbito de la justicia de los hombres.

Los malos andan tranquilos por la calle dañando, robando violando y alardeando de su poder, poder que descansa en el uso de armas de toda índole, desde sofisticadas hasta hechizas.

Y el ciudadano normal, bueno él debe hacer de su casa una cárcel, debe restringir su actuar a lugares específicos, a sectores, y a horarios. El salir de esos márgenes es poner la vida, la integridad personal en riesgo.

Pero la corrupción y la maldad no sólo han alcanzado al hombre común, también han contaminado las esferas del segmento que se supone debería velar por los intereses del pueblo, me refiero a los líderes tanto políticos como religiosos.

Me sorprende el descaro que algunos ex políticos tiene para dar recetas al nuevo gobierno de cómo hacer que las cosas funcionen cuando en todos los años de gobierno que tuvieron ellos mismo no lograron hacerlas funcionar.

Exigen plazos y soluciones ahora que no son ellos quienes tienen que traerlas. Todo esto en el contexto de un terremoto que sacudió nuestra nación hace poco y desconociendo además que viene otro en camino.

¡¡Señor Juzga a esos descarados impíos. Hazlos enmudecer por su falta de amor a esta patria!!

Gente que no tiene una preocupación sincera por los que habitan esta nación sino que están buscando como poder recuperar los puntos que perdieron y así volver a gobernar.

Chile no necesita gente así. ¡El egoísmo es la marca de la bestia!

No les importó que la moral de esta nación se viniera abajo mientras gobernaron. No impidieron los robos millonarios en estamentos estatales (ni tampoco los aclararon antes de salir del gobierno). Dieron amplia libertad de acción a los delincuentes promoviendo leyes livianas

Nosotros los cristianos no estamos llamados a participar de alguna corriente o partido político, pero si estamos definitivamente llamados a estar a favor de la verdad, de la justicia porque eso es lo que el Señor nos pide que hagamos: que prediquemos, practiquemos y nos paremos a favor de la justicia, de Su Justicia.

El descaro del que hablo es producto de gente que no tiene lo único que hace al hombre verdaderamente humano: el temer a Dios, el considerar que sobre nosotros, que sobre nuestra esfera de autoridad existe una autoridad mayor a la que deberemos dar cuenta un día.

Para el diablo fue un gran negocio levantar corrientes filosóficas que proclamaran que Dios había muerto.

Si no hay Dios entonces podemos vivir a nuestro arbitrio sin necesidad de tener que responder por nuestros actos.

¿No es esto descriptivo del comportamiento de los jóvenes y de la gente del mundo en general?

Frente a un mar de injusticias que se suceden vez tras vez ante nuestra mirada atónita y resignada es que nuestro Dios TIENE QUE ACTUAR.

El salmista lo vio en su tiempo y pidió al Señor que no guardara silencio.

En la televisión, los opinólogos (muchos de ellos inmorales envueltos en escándalos de todo tipo) hablan insensateces hasta que dan ganas de vomitar. Y para la gente esos son líderes de opinión.

Los programa de farándula, insisten en mostrar la vanidad del vivir de ciertos mal llamados “famosos”.

Las injusticias se repiten hasta decir basta y todo eso crea las condiciones para que nuestro Dios, el Dios de la justicia verdadera, se manifieste entre tanta maldad y corrupción.

Así como con los políticos, el poder, con sus ofertones, ha logrado corromper a los líderes religiosos también, desviándolos de la sinceridad fidelidad que deberían mostrar por Cristo y extraviándoles a ellos y a quienes siguen a estos lideres, lejos del camino del Señor.

Por todo lo anterior, me uno al clamor de Asaf y pido al Señor: “Habla Señor, no guardes más silencio. No te estés más quieto y haz que Tú poder se mueva en esta nación para quebrantar las estructuras de corrupción y maldad. Que los malos sean estremecidos y teman en el momento en que Tú decidas actuar”

Para cuando eso suceda, lo mejor que nos podrá pasar, será que estemos habitando al abrigo del Altísimo.

Dios va a hablar, y si el león ruge ¿quien no temerá?