Author: gabtorar
•9:39

1 Timoteo 2:1-2 “Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad”.

(Antes que todo, aclarar que esto no está dirigido a algún político en particular o partido político en general, mucho menos a nuestro presidente de la república, el Sr Sebastián Piñera, quien cuenta con todo mi respeto y oración. Sino a la iglesia del Señor Jesucristo, que TIENE GRAN RESPONSABILIDAD en todo lo que está ocurriendo en esta nación. Aludiré también, Dios mediante, en un siguiente escrito al sr Rolando Jiménez, de MOVILH)

Ocupar posiciones de liderazgo es un privilegio que no todos pueden saborear.

Muchos desearían, en algún momento de su vida, tener la capacidad de dirigir a otros, pero para ser líder se requiere más que el deseo. A mi parecer, el liderazgo responde a un asunto de la vocación.

Pero un liderazgo puede ser usado para buenos y malos fines. Tal vez, esa sea la razón por la que Dios nos ordena interceder por los gobernantes, para que estos lideren con sabiduría, es decir, tomando decisiones que conlleven a las paz de sus gobernados.

Dios desea la paz, el ES un Dios de paz. La biblia enseña que Jesucristo ES EL PRÍNCIPE DE PAZ. Dios jamás iniciaría un conflicto SI NO FUESE ESTRICTAMENTE NECESARIO. Él es paz y ama la paz, pero no nos confundamos: eso no lo vuelve un Dios débil.

¡¡Todo lo contrario!! Pienso que Él prefiere EVITAR tener que echar mano a Su poder, porque Él SABE que jamás pierde.

Sabemos que los líderes en ocasiones pueden tomar decisiones que afectan o ponen en riesgo la paz.

¡¡Cuesta tan poco “iniciar” un conflicto y tanto terminarlo!!

Dios siempre tiene buenas razones para lo que nos pide. Orar por los que presiden o gobiernan tiene mucho sentido. Después de todo, es nuestro propio bienestar el que está en juego. Y hay que reconocer que dedicamos más tiempo a QUEJARNOS por lo que está mal, que a ORAR (y ACTUAR) por lo que está mal.

Eso explica por qué perdemos el norte cada vez que nos enfrascamos en contiendas político-partidistas. El bienestar de una nación debería estar sobre los intereses de unos pocos. Llámense derechistas; izquierdistas; católicos; evangélicos; homosexuales; lesbianas; ambientalistas, ecologistas o lo que sea. Dios está interesado en el bienestar de las naciones.

Pero hemos llegado al tiempo que la biblia describió anticipadamente hace muchísimos años.

Me refiero al tiempo de llamar “malo a lo que es bueno y bueno a lo que es malo”. Hay que estar muy ciego para hacer eso ¿no?

Las personas podemos tener tantas ideas de lo que bueno. El relativismo moral es el que lleva a las sociedades a colapsar. Cuando se pierden los absolutos no queda más que hacer lo que a cada uno le parece y eso es en extremo destructivo. Eso trae destrucción y muerte. Eso trae dolor.

El tipo que asesina, por ejemplo. aquella persona que siente que puede poner fin a la existencia de otro, lo hace por que a él le pareció matarlo. Esa persona claramente se está poniendo SOBRE la ley.

Con todas las claras y manifiestas fallas que uno ve en las leyes, es LA LEY es la que regula el comportamiento de los individuos.

La ley penaliza el asesinato y otros delitos. Al ponerse por sobre la ley ese individuo está señalando que se mueve por su propia ley y actúa en base a lo que de a su ley parece bueno o malo. Vivir con personas así supone un riesgo extremo. Sería más seguro vivir en una selva llena de animales salvajes, dado que allí uno sabe que los animales matan para alimentarse y no por puro capricho.

Los mandamientos de Dios, tan ridiculizados y cuestionados, sobre todo en este tiempo, tienen por objetivo normar las conductas humanas y sociales. Muchas de las personas que se jactan de tener valores, y que desprecian a Dios y Su palabra OLVIDAN DE DONDE VIENEN LOS VALORES.

Estos no son el invento ingenioso de algún antiguo filósofo griego. Los valores VIENEN DE DIOS. Se desprenden de lo que ÉL ES.

Es muy injusto enseñar a las gentes de los valores de Dios y no decirles que ellos vienen de Él.

Pero en un mundo donde sólo deseamos recibir la subvención divina (salud, fuerza, inteligencia, prosperidad, etc…) que nos permita realizar nuestros sueños, anhelos y proyectos, no hay lugar para darle a Dios la gloria por lo que ES SUYO.

En consecuencia, es terrible para las sociedades cuando estas empiezan a ser guiadas por ciegos.

Un líder ciego, en cualquier área, solo puede lograr una cosa: hacer que él mismo y quienes le siguen, caigan en un hoyo. Y es hacia donde veo con tristeza, que avanza nuestro querido país.

Hoy es más urgente que nunca ORAR por el DESTINO de esta nación porque HAY CIEGOS que intentarán sacar partido a las circunstancias, para tomar poder y liderazgo en esta nación… continuará

Author: gabtorar
•13:33

1 Corintios 9:16-17 “Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio!

Todas las personas tenemos un deber ser, también llamado vocación.

La vocación (del latín: vocare: llamar) es el llamado interior para realizar alguna tarea, oficio o actividad en particular.

Es algo tan personal que sólo la puede comprender cabalmente quien la siente.

El deber ser es un llamado interior poderoso y profundo que DEFINE (de algún modo) nuestra RAZÓN DE SER.

Compartí anteriormente que si bien la biblia NO DICE explícitamente que Dios desea que seamos felices (pero si que seamos santos), es más que claro que Dios desea nuestro bienestar como nadie.

Su Palabra, mandamientos y ordenanzas están orientados a que llevemos VIDAS ACEPTAS (aprobadas) delante de Él.

No hay nada mejor que hacer lo uno debe hacer. NADA satisface más que el sentido del DEBER CUMPLIDO.

La dueña de casa descansa cuando sabe que todo está preparado y que cada cosa está en su lugar (platos limpios, cocina limpia, aseo y ropa listos, etcétera.

El trabajador descansa cuando ha acabado su faena.

El estudiante descansa cuando ha aprobado sus exámenes y cumplido con sus tareas.

Uno puede hacer decenas de cosas, pero nada traerá PAZ como haber hecho lo que uno debía hacer.

Eso está ligado con el DEBER SER. Con cumplir el propósito para el cual uno existe.

Cuando hacemos lo malo (es decir, lo que no debíamos), sentimos el peso de haber actuado mal. Nos sentimos inquietos, perseguidos.

Cuando hacemos lo bueno (entiéndase, lo correcto) sentimos satisfacción y paz.

La felicidad está innegablemente conectada con la satisfacción. Y la satisfacción es el resultado de haber hecho lo que debíamos hacer.

¿Deseas vivir una vida de satisfacción? ¡¡Haz lo que debes!! Cumple con tu llamado, con tus deberes, con tus obligaciones y tendrás paz, habrá gozo en tu ser.

El DEBER SER está ligado con el propósito que cada uno debe cumplir y con hacer lo que cada uno debe.

Pablo habla de ese llamado. Él dice “ME ES IMPUESTA NECESIDAD”

¡Qué abierto estaba este hombre a la dirección de Dios! ¡Qué comunión y cercanía con el Espíritu Santo¡

Pablo sentía la NECESIDAD de CUMPLIR con su deber ser.

Él sabía que el evangelio beneficiaría a otros, pero la necesidad de predicarlo ESTABA EN ÉL.

¡Qué control e influencia divinos sobre esa vida!

Pidamos al Señor que ponga en NOSOTROS esa carga.

Uno llega a estar TAN poseído por la vocación que no descansa HASTA VERLA CUMPLIDA. ¡Así sea en nosotros!

Pablo añade ¡ay de mí si no anunciare!

Esto habla de cómo se sentiría él POR DENTRO si no hiciese lo que sabe que debe, lo que ha sido llamado a hacer.

Anunciar el evangelio no era una OPCIÓN para este varón.

No respiramos por opción, no comemos por opción, no bebemos agua por opción, no nos vestimos por opción, todas ellas son NECESIDADES IMPUESTAS.

¡¡Ay de nosotros si nos las considerásemos!!

Lentamente decaeríamos, perderíamos la paz, el gozo, HASTA morir. ¿Por qué? Porque se trata de necesidades IMPUESTAS.

Es bueno que entendamos, que con frecuencia, nuestras tristezas y desalientos vienen por no hacer lo que debemos.

Ser cristiano lleva impuesta la NECESIDAD de vivir como un cristiano, lleva IMPUESTO el deber de hacer lo que hace un cristiano.

Cuando fallamos en esto, nuestra vida se desalienta y decae.

Pablo era un hombre vigoroso espiritualmente hablando. Lleno del Espíritu Santo, de dones del Señor.

¿Cómo se mantenía en forma? Ejercitando, usando lo que Dios le había dado. Predicando, orando por las personas y sus necesidades, evangelizando, cumpliendo su vocación en el Señor.

La razón por la que los cristianos nos hemos vuelto débiles (no siéndolo) es porque comemos, nos alimentamos, pero no ejercitamos la fe.

¿Resultado? Nos volvemos obesos espirituales, lentos para responder al Señor.

DEBEMOS RECONOCER QUE nos hemos conformado (y a la vez ENGAÑADO) con sólo SABER lo correcto pero NO HACERLO. Al no hacerlo, NO hay frutos.

Nuestro enfoque DEBE SER: “vivir PARA RESPONDER al llamado de Dios” NADA nos hará más dichosos, NADA traerá más satisfacciones que poder decir: “consumado es” (como dijo el Señor Jesús), “acabé la carrera” (como dijo Pablo)

Propone en tu interior comenzar a hacer TODO lo que Dios te ha mandado. Trabaja en ello. Esfuérzate y el Señor añadirá lo que necesites, pero DETERMINA que harás Su voluntad, que te esforzarás PARA ÉL.

Dios ES fiel, lo que promete, lo cumple. Esfuérzate por hacer la voluntad de Dios, por cumplir con tu llamado.

Por SER LO QUE DEBES SER.

Author: gabtorar
•12:07

Jeremías 6:16: “Así dijo Jehová: PARAOS en los caminos, y MIRAD, y PREGUNTAD POR LAS SENDAS ANTIGUAS, cuál sea el buen camino, y andad POR él, y hallaréis descanso para vuestra alma…”

Alguna vez compartí que si uno no define ANTES de salir hacia donde se va a dirigir puede acabar en cualquier parte, incluso en lugares a los que jamás pensó llegar.

Eso explica la relevancia de contar con objetivos claros y definidos en la vida ya que son nuestros objetivos los que nos van delineando el camino. Es en base a ellos que esencialmente tomamos decisiones y hacemos inversiones.

Los objetivos y metas que tengamos nos ayudarán a la ahora de definir qué nos conviene y qué no, porque los pasos que demos estarán circunscritos al cumplimiento de esas metas.

Pero tan importante como llegan a ser los objetivos a la hora de avanzar, lo son los PUNTOS DE REFERENCIA a la hora de mantenernos en el camino por el que debemos ir.

Hace tiempo el Señor me hizo pensar en lo importante que es tener estos puntos de referencia y me llevó a recordar lo que ocurría en mis tiempos de vacaciones.

A lo largo del camino costero del llamado “litoral central”, se encuentra una gran cantidad de playas y balnearios. Desde muy pequeño yo fui llevado allí por el período de vacaciones en la temporada de verano. Hay hermosos recuerdos de esos tiempos de niñez, jugando en la arena disfrutando de la playa, del aire y del benigno clima costero. Tiempos compartidos en familia. Tiempos en que “materialmente hablando”, había menos que ahora, pero en que “familiarmente hablando” había mayor unidad que ahora.

Y a la hora de jugar a la orilla de la playa, en el mar, era importante saber dónde estaba ubicada la familia.

¡¡Había tanta gente que no era difícil extraviarse entre ese mar de personas!!

Y una de las cosas útiles para no perderse era tener un punto de referencia. Ese punto podía ser el quitasol de algún color llamativo, o la ropa vistosa de algún familiar. Podía ser una roca o cualquier otra cosa que a uno le diera entendimiento o nociones, de dónde estaba parado.

Ese punto de referencia era INDISPENSABLE para mantenerse enfocado, alineado con el clan familiar.

Una vez metido en el agua, era bien fácil alejarse por ir detrás de alguna ola, o por correr detrás de algún amigo que jugaba con uno en el mar.

Después de jugar por algunos minutos, al mirar atrás, uno ya no veía el quitasol o la ropa que distinguía a ese familiar JUSTO detrás de uno.

Y es que, sin darse cuenta, uno se había deslizado, se había corrido algunos metros (a veces eran VARIOS) y lo que permitía regresar a estar alineado con ellos era ese punto de referencia.

Siempre me llamó la atención cómo eso sucedía y cómo yo no me daba cuenta que me alejaba del grupo de mi familia. Desde luego, ellos jamás me perdían de vista, pero yo, sin quererlo, ¡¡los perdía de vista a ellos!!

Del mismo modo, Dios me hacia ver que es tan fácil deslizarse en la vida. Cuesta tan poco desalinearse. Y lo único que a uno lo regresa al camino, es tener un buen punto de referencia.

Por medio Jeremías Dios le dice al pueblo que haga un alto, que considere dónde está, que piense de dónde salió y que con esa información, pueda tener más claro hacia donde va.

Preguntar por las sendas antiguas es querer estar alineado con el origen, con el punto de partida.

Si uno pierde de vista el génesis de las cosas termina haciendo de ellas lo que no son.

Así proyectos familiares que comenzaron maravillosamente, terminan en matrimonios disfuncionales, cónyuges insatisfechos, hijos tristes, amargados y junto con ello, una vida miserable que nunca fue la voluntad de Dios para uno.

Estimados, tener un bue punto de referencia no sólo es bueno, es ABSOLUTAMENTE INDISPENSABLE.

Hoy se habla mucho del GPS como sistema que permite la ubicación y el desplazamiento. El mecanismo, sin duda, es una maravilla, pero hagamos justicia y démosle Gloria al que inventó el GPS: ¡¡Dios nuestro salvador!!

La obra conjunta del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo, de los ministerios de la iglesia y por supuesto de la palabra de Dios, son el mejor y más completo GPS que el hombre puede tener, para vivir y para dirigirse a donde le conviene.

¡¡Y pensar que Dios lo puso a nuestra disposición desde el principio¡!

Author: gabtorar
•17:03

1 Corintios 6:20: Porque habéis sido comprados por PRECIO; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.

Nuestro versículo dice que “hemos sido comprados por precio”.

Ese precio es el que CRISTO pagó. Se trata del precio de su pasión y su muerte. Pero también el de “haberse limitado”.

Jesucristo ES Dios. A Dios nadie lo ha visto jamás, pero Jesús dijo a sus discípulos que “quien lo había visto a Él, había visto al Padre”. Es decir, el Dios INVISIBLE se hizo VISIBLE por medio de la persona de Jesucristo.

Para que eso fuera posible el único Dios verdadero, Aquel que es SIN LIMITES, debó LIMITARSE.

Ese fue un grandísimo e irrepetible precio. Piensa por un momento, Dios ES todopoderoso, y ÉL ESTABA en la persona de Jesús. ESO significa que no había NADA que Jesús no hubiera podido hacer. Sin embargo, sabemos que Él PERMITIÓ que los hombres hicieran CUANTO QUISIERAN contra Él.

Sabemos que no peleó ni usó Su poder para defenderse. Eso significa que se auto reguló. Él se impuso a sí mismo LÍMITES, con tal de pagar el precio que nos daría la posibilidad de adjudicarnos SU salvación.

El cuerpo mismo de Jesús pagó un alto precio cuando fue lastimado, herido, azotado y finalmente crucificado.

¿Te has dado cuenta que las tentaciones siempre giran en torno a satisfacer cuestiones relacionadas con nuestro cuerpo?

No es casual que el versículo nos recuerde que debemos glorificar a Dios en nuestro cuerpo ¿A qué se refiere?

A que tengamos cuidado de qué hacemos con el cuerpo, qué ponemos en el cuerpo, qué permitimos en el cuerpo. No olvidemos que todo tiene un precio.

Cristo sufrió EN SU CUERPO. El negó placeres relacionados con el cuerpo.

Lo anterior implica pagar un precio. Nosotros lo pagamos al negarnos a hacer ciertas cosas que no glorifican a Dios. Al vivir teniendo siempre presente que nuestro cuerpo ES el TEMPLO en el cual habita el Señor.

Esta idea está, o muy olvidada, o intencionadamente postergada. Somos en términos generales muy descuidados con lo que hacemos con nuestro cuerpo.¡¡Como si el cuerpo no fuera importante!!

Hay muchas personas que piensan (sincera pero equivocadamente) que a Dios SÓLO le importa el alma, pero Dios asigna gran valor al cuerpo. De otro modo no nos pediría que lo glorificásemos con el.

Pagamos un precio al negarnos a intoxicar nuestro cuerpo con alcohol, con drogas o al negarnos a entregarlo a placeres sexuales desordenados o ilegítimos, como es tener sexo fuera del contexto del matrimonio o al unir nuestros cuerpos con una prostituta, por ejemplo.

Ha tomado décadas, pero lo que comenzó como “la revolución del amor” en el movimiento hippie ha terminado en la gran revolución sexual que enfrentamos en nuestro tiempo.

Jesús nos compró con el precio de su cuerpo y nos pide que lo honremos y glorifiquemos con los nuestros.

Ello es definitivamente posible, pero requiere de mucha voluntad, amor y dominio propio. Las mismas cosas que Jesús mostró HACIA nosotros al sacrificarse en la cruz.

Entregar nuestros cuerpos a las drogas o al alcohol tiene un precio para ambos (cuerpo y alma).

Unir nuestros cuerpos sexualmente hablando, fuera del orden estipulado por Dios, también tiene costos para nosotros.

Es importante, por tanto, tener presente que nuestros actos y decisiones no son gratuitas, tendrán efectos y resultados para nosotros y para los demás. Y deberíamos tenerlo tanto o más presente aun, cuando Dios nos recuerda por Su Palabra, que esos mismos cuerpos (que a veces usamos tan descuidadamente) son Suyos, porque Él los compró.

Honremos al Señor con nuestros cuerpos y corazones, que nuestras vidas sean un reflejo de lo que realmente deberían ser: EL TEMPLO DEL DIOS VIVIENTE.

Author: gabtorar
•13:56

1 Corintios 6:20: Porque habéis sido comprados por PRECIO; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.

Pienso que nos ha quedado bastante claro que nada es gratis en la vida.

A alguno de quienes leen este devocional, le habrá ocurrido que un beneficio que era supuestamente gratis, acabó saliéndole bastante caro.

Nuestra salvación a Cristo le costó TODO. Él pagó un precio que ninguno de nosotros hubiese podido pagar. Cumplir la ley no era cuestión sencilla. Cada uno de los mandamientos fueron dados para guardarlos y nosotros las personas hemos transgredido todos y cada uno de ellos en INNUMERABLES OCASIONES

¿Cómo no habría de agradecer a Jesús por haber hecho lo que YO jamás podría hacer?

Pero no sólo nos salvó de nuestros pecados. Además, Él nos ofreció una vida TOTALMENTE NUEVA EN ÉL.

Es exactamente lo que muchas personas desean tener en la vida, ¡¡una segunda oportunidad!!

Una oportunidad para hacer las cosas bien. Eso es lo que entre otras cosas ofrece el evangelio de Jesús, una vida nueva, la chance empezar de nuevo y hacerlo bien.

¿No te parece maravilloso que Dios nos ofrezca tal opción?

Pero esa vida tiene un costo como ya dije. Lo tuvo para Jesús (para que él pudiera OFRECERNOS tal posibilidad) y lo tiene para nosotros (para que podamos APROVECHAR dicha oportunidad).

Pero esa nueva vida no lo será si uno sigue viviendo igual, si uno sigue viviendo de acuerdo los parámetros de la vida antigua y bajo las influencias que tenía.

Uno de los requisitos o COSTOS es que CORTEMOS RELACIONES.

Las relaciones son fuertes. Establecemos lazos con las personas a medida que nos relacionamos con ellas.

Eso es muy bueno cuando tenemos sanas relaciones pero es nefasto cuando nos ligamos a malas amistades.

Las personas con las que nos relacionamos ejercen una fortísima influencia sobre nosotros. ¿Quién puede negar la veracidad y certeza de la palabra de Dios cuando dice que “las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres”?

Uno se engaña así mismo cuando cree que las influencias de amigos o compañeros no le afectará.

Tarde o temprano esa mala influencia se abrirá paso hacia nosotros si no cortamos a tiempo el lazo.

La vida nueva que Cristo ofrece INCLUYE cortar relaciones viejas que no son de provecho para esa nueva vida.

Una vida nueva es sinónimo de nuevas aspiraciones y metas. ¿Por qué las antiguas relaciones podrían sernos útiles en esta nueva vida?

Si pensamos detenidamente hallaremos que las viejas relaciones en GRAN MEDIDA nos llevaron a la clase de vida que teníamos, esa de la cual Cristo nos vino a librar.

De modo que para que esa vida nueva funcione en nosotros es indispensable dejarnos mover por ella hacia nuevas metas y también hacia el establecimiento de en nuevas relaciones.

Cortar relaciones no es sencillo. Es más bien la parte difícil del asunto. Quizá el costo más alto que llegamos a pagar, pero definitivamente vale la pena.

Uno debe ser capaz de entender que no tiene que ver necesariamente con las personas sino con los objetivos que estas persiguen.

Una persona que está en Cristo, quiere lo de Cristo, vibra con lo de Cristo y busca lo de Cristo.

Es absolutamente comprensible que una persona que no está identificada con Cristo no tenga tal clase de motivación.

Su norte será distinto, porque su naturaleza es distinta.

El que está ligado a Cristo deseará lo de Cristo mientras que el otro no. Uno querrá acercarse a Jesús mientras que el otro muy probablemente buscará alejarle.

Como enseñara un reconocido evangelista: “un paracaídas puede ser una gran molestia para una persona que toma un avión, pero si esa persona sabe que el avión va a caer en algún momento del viaje, gustosamente usará el paracaídas sin importar cuantas molestias le añada a su viaje. Finalmente, será ese incómodo elemento el que salvará su vida.

Una persona que “ama la vida” (los cristianos amamos y agradecemos la vida, sabemos que cada día es un regalo divino que debemos cuidar) usará con gozo el paracaídas.

Una persona que sólo quiere disfrutar el momento (que vive para el “aquí y ahora” porque no tiene en cuenta la eternidad del alma) no estará dispuesto a pasar por la incomodidad de llevar un “peso extra” en las espaldas.

Usar el paracaídas vendría a ser “el costo a pagar”, pero el beneficio de salvar la vida, valdría ampliamente el costo y la molestia que este pudiera generar al viajero.

Para poder disfrutar de la vida nueva, debemos pagar el costo de cortar con esas relaciones viejas que no hacen más que obstaculizar nuestro andar con Dios en la vida nueva.

Y aunque es cierto que eso duele (lo sé porque lo he vivido en carne propia) Dios se hace cargo de sanar esos dolores.

Pero los beneficios de caminar en la vida nueva son imponderables. Continuará…

Author: gabtorar
•6:56

1 Corintios 6:20: Porque habéis sido comprados por PRECIO; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.

Constantemente uno es bombardeado por spots publicitarios que ofrecen productos asociados gratuitos, si uno contrata un plan de algo o consigue un préstamo o paga un seguro de algo.

Esa clase de propaganda tiene mucho éxito, porque en mayor o menos medida, a TODOS nos gustan los regalos!!

Si puedo tener algo que me gusta es bien y si es gratis, mejor.

Así creemos a la propaganda y contratamos los servicios con tal de recibir el regalo o beneficio ofrecido.

La realidad es que con el tiempo, una vez que ha pasado la efervescencia de la emoción y que hemos sacado mejor las cuentas, nos percatamos que ese producto aparentemente gratuito ¡¡lo pagamos nosotros mismos!! Y para peor, cancelamos VARIAS VECES su real valor.

Pero está claro que esos enganches funcionan y que salvo algunas excepciones, tienen éxito con la mayoría de nosotros.

Con el tiempo usualmente uno se percata que el producto no era de la mejor calidad o algo parecido.

La idea anterior, no pretende más que graficar una realidad que se hace patente en todo lo relacionado con la vida y el quehacer humano: NADA ES GRATIS.

Las cosas y beneficios que disfrutamos, ALGUIEN paga por ellos, y eso incluye los espirituales.

La salvación y todos los beneficios de tener una relación de paz con Dios tuvieron un altísimo costo para Jesucristo.

Él hizo mucho más que morir en la cruz, él PADECIÓ, fue azotado y cruelmente castigado PARA que nosotros pudiéramos (por fe) beneficiarnos de tal sacrificio.

Así, la salvación, que a veces tomamos tan a la ligera (la misma que descuidamos con no poca frecuencia), no fue gratis. Jesús pagó, y pagó el más alto precio posible.

Entiendo que por medio de este escrito, nuestro buen Dios desea despertarnos al hecho que todo lo que hagamos tendrá consecuencias, tendrá un costo para nosotros.

Las personas que cometen actos de arrojo o imprudencia, no llegan a entender con profundidad los alcances de las cosas hacen. “Compran” el producto motivados por el “regalo asociado” y terminan pagado altos costos personales y hasta familiares.

Es muy importante y cada vez más necesario, vivir teniendo esta regla muy presente en nuestro accionar.

He dicho que Dios QUIERE evitarnos muchos dolores y problemas que vienen asociados a tomar decisiones apresuradas o sin la debida reflexión.

Podemos escoger lo que vamos a hacer pero no podemos evitar tener que asumir o hacernos cargo de las consecuencias de tales decisiones.

Actuar motivados por emociones o sensaciones suele ser contraproducente.

Pensando en mi vida ANTES de Cristo, me refiero a los años que viví sin tener presente al Señor en mis decisiones, relaciones, planes o proyectos, me doy cuenta que me metí en muchos problemas.

Entendí que en la mayoría de los casos, mientras que Dios hubiera querido que yo avanzara hacia la izquierda, yo me movía hacia la derecha. Mientras que Dios hubiera deseado que yo esperara, lo único que yo quería era avanzar, y así una seria de otras cosas que son PROPIAS de una persona que en realidad conoce al Señor sólo “de oídas”.

Jesús me ofreció una vida nueva y parte importante de esa VIDA NUEVA consistía en tomar DESICIONES NUEVAS con NUEVOS PARÁMETROS que me guiarían en pos de NUEVOS OBJETIVOS.

Esa vida nueva trajo muchos beneficios, pero tuvo asimismo COSTOS para mí. Uno de ellos, quizás el más significativo, fue tener que CORTAR CIERTAS RELACIONES.

Hablaré de eso mañana, si Dios no dispone otra cosa, pero por ahora sólo enfatizar que NADA ES GRATIS en la vida. TODO tiene UN PRECIO. De eso tenemos que estar seguros.