Author: gabtorar
•11:10
Proverbios 8:1 “¿No clama la sabiduría, y da su voz la inteligencia?
Dios nos ha dado una grandísima bendición al habernos creado como seres pensantes e inteligentes. ¡¡Qué gran posibilidad nos otorga esta facultad!!
De no ser así seriamos autómatas, seres que obedecen patrones pre establecidos y que no tienen mayor participación en las decisiones que les afectan.
Estaríamos sujetos a responder a instrucciones prefijadas nada más. Esa seria nuestra vida. No suena muy interesante ¿verdad?
Pero Dios nos bendijo al crearnos con la capacidad de pensar y tomar nuestras propias decisiones. Desde luego, todo lo que Dios hace cumple un propósito. Podemos tener la certeza que nada existe porque si, cada cosa tiene un lugar y un uso, por mucho que a veces no lo entendamos.
Así, la capacidad pensante, a los seres humanos nos fue dada no solo para que almacenemos información, sino para que podamos decidir, y para que “pensando”, decidamos correctamente.
No usar las facultades que tenemos, conlleva coartarnos de la posibilidad de sacar el mayor y mejor provecho a la ÚNICA vida que tenemos.
Es interesante ver cómo algunas personas usan esas capacidades, más eficiente y acertivamente que otros.
Lo veo como predicador del evangelio. Mientras que algunos rápidamente experimentan los beneficios por asimilar y poner en práctica los principios bíblicos que se desprenden de los mensajes que comparto, otros que escuchan los mismos mensajes, siguen viviendo en las mismas condiciones, sin experimentar cambio alguno.
Dios no necesita que seamos eruditos bíblicos para tener una vida espiritual victoriosa, pero SÍ demanda que usemos la capacidad de reflexión y análisis, que Él mismo nos ha dado.
He meditado mucho sobre este asunto porque definitivamente las personas HACEMOS LO QUE PENSAMOS y a menudo NO nos damos cuenta de eso. Por otro lado, esos pensamientos se transforman en PATRONES DE CONDUCTA que terminan NORMANDO (limitando y determinando) nuestros actos y comportamiento.
Uno no puede impedir que ciertos pensamientos VENGAN pero tiene la facultad (y responsabilidad) para determinar qué pensamientos SE QUEDAN.
Cada uno DEBERÍA filtrar los pensamientos y tener así control sobre qué gobierna nuestra mente. Desafortunadamente, en la realidad, de modo casi imperceptible terminamos siendo gobernados por pensamientos que ni siquiera notamos que estaban en nosotros.
Estos afectan nuestro humor y temperamento, relaciones y hasta el rendimiento que tengamos en las áreas en que nos desempeñamos.
Hay personas que después de tiempo recién llegan a darse cuenta que han estado siendo dominados por un enfoque negativo hacia la vida y las personas que les rodean, por ejemplo.
¡¡Cuan aplicable es esto en el contexto de la vida espiritual!
Nos acostumbramos a ciertas normas o ritos (patrones) y no nos damos cuenta como “de a poco” hemos ido dejando que la llama de la pasión espiritual y de la fe, se apaguen en nosotros.
Eso, hasta que ALGO nos sacude mostrándonos nuestra real condición
Por todo lo anterior, es sano detenerse de vez en cuando para chequear quién manda a quién.
¿Estamos nosotros determinando los pensamientos que nos gobiernan, o ellos a nosotros?
No se cuanto de cierto haya en que uno es lo que come. Pero no me cabe duda que uno hace lo piensa. De eso estoy más que convencido y nuestra vida será a la postre, tan buena o tan mala como lo sean los patrones que la gobiernen.
Author: gabtorar
•13:13

Lucas 12:34 “Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”.

Al pensar en tesoros, no es raro que vengan a la mente recuerdos de historias de piratas que navegaban buscando tesoros escondidos o hundidos.

El concepto tesoro que uno tiene asimilado gira básicamente en torno a esa clase de ideas. Pero los tesoros de los que habla Jesús no se encuentran tan lejos de uno ni tan profundamente enterrados como aquellos que buscaban esos piratas.

La clase de tesoros de la que habla el Señor están muy a la vista de todos y a nuestro alrededor.

No necesitamos navegar por los mares y océanos, estos tesoros se personifican en nuestros proyectos y en las personas con quienes nos proyectamos.

Uno es capaz de hacer cualquier cosa por aquello que ama y por aquellos a quienes ama. Dios lo sabe muy bien. Él conoce muy profundamente el potencial humano y de seguro que por eso mismo se duele cuando en lugar de hechos le presentamos excusas, y cuando en lugar de mostrarle nuestro amor, nos conformamos con sólo hablarle de el.

Dios desea ser nuestro especial tesoro. ¡¡Nosotros somos el Suyo!!

Él sabe que tenemos la libertad de atesorar lo que se nos venga en gana, desde cosas y personas que bien valen la pena, hasta otras totalmente vanas, que al final del día, no nos dejan el más mínimo provecho.

Donde sea que esté nuestro tesoro, allí también estarán nuestras fuerzas, sueños y anhelos. Puedes contar con el hecho que ahí serán invertidos nuestros esfuerzos, capacidades y recursos.

¡¡Que sabio fue Jesús al tocar este tema y qué sabios seríamos nosotros si le prestáramos atención!!

¿Cuántas vidas tenemos para gastar? De acuerdo a la palabra de Dios ¡¡SOLO UNA!!

Que crucial es por tanto, que la invirtamos correctamente, mucho más sabiendo que no podemos volver el tiempo atrás. Más cuando sabemos que todo el tiempo que hayamos malgastado permitiendo que nuestro corazón NOS LLEVE detrás de aquello que no nos aprovecha, jamás podremos recuperarlo.

Una vez más veo en esto el gran amor de Dios.

Él sabe que a la postre, seremos nosotros quienes decidamos donde poner nuestro corazón, pero nos advierte de los peligros, de los riesgos en ser descuidados con nuestra elección.

¿Cuántos matrimonios que fracasan, vieron el desastre mucho antes de que este comenzara?

Estando a tiempo, no atendieron a las señales

¿Por qué? Porque el corazón estaba puesto ahí.

Después de algunos años de caminar en la fe, puedo decir sin temor a equivocarme que Dios siempre anticipa los resultados.

En muchísimo de los casos tristes que me ha tocado asistir como pastor, las mismas personas me han dicho: “Dios me lo había advertido. Yo sabía que no debía hacer tal cosa o emparentarme con tal persona o continuar con tal relación o aceptar tal propuesta”.

Para esas vidas, el “desastre” no vino sin previo aviso.

Dios siempre previene y la razón por las que estas personas continuaron a pesar de las obvias y claras señales de ALTO, fue porque sus corazones estaban puestos ahí. Tal como Jesús lo dijera: “en esas cosas ellos veían un tesoro, y sus corazones fueron tras el”.

El mismo Señor dice en Su palabra “si oyereis hoy Su voz, no endurezcáis vuestros corazones”

Para mí, son maneras gentiles Suyas de cuidarnos, de apercibirnos para que esta ÚNICA vida que Él nos regaló, la vivamos de la manera más provechosa y digna posible.

Author: gabtorar
•14:06

Romanos 13:7 “Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra”.

Ayer escribí que las deudas deben pagarse. Uno podría preguntarse ¿y por qué?

Hay variadas razones por las cuales pagar las deudas es lo correcto. Uno paga las deudas porque son compromisos adquiridos por uno, por los que uno debe responder. O sea, por motivos de conciencia.

Pero existen otras razones. Las deudas generalmente tienen intereses. Las instituciones prestan dinero, por ejemplo, y cargan intereses mensuales por los dineros que prestan.

Cuando uno no paga a tiempo, a esos intereses se agregan otros cargos monetarios que aumentan la deuda.

Ese sistema es muy opresivo para las personas. Es de hecho un sistema que no ayuda a las personas a pagar, muy por el contrario, les hace más cuesta arriba el trabajo a quienes han sufrido REVESES monetarios que les impiden cancelar oportunamente.

Pero con todo lo nefasto e injusto que esos cobros puedan ser, ellos PRESIONAN a las personas a hacerse cargo por sus compromisos.

Las instituciones saben que para una gran cantidad de personas la conciencia no tiene mucho peso. Saben que hay un vasto grupo que no se complica la existencia y que simplemente ESCOGE no pagar.

En respuesta A ESA actitud y salvaguardar sus propios intereses, ellos actúan poniendo la presión de cobros extras que mueven a las personas a PREFERIR pagar antes que acumular intereses y morosidades que terminan haciendo la deuda todavía más grande, y sus situación financiera se ponga peor.

Dios sabe que las deudas imponen una gran presión interior, especialmente para las personas que si tienen buenos oídos para escuchar la voz de sus conciencias, y por eso nos advierte sobre el terreno al que accedemos cada vez que nos endeudamos.

El desearía que no asumiéramos otras deudas aparte de la de amar a nuestro prójimo, pero cuando no nos queda más alternativa que asumirlas, Él nos pone el peso de Su palabra, de pagarlas como es debido.

He tocado este tema porque a veces nuestro cristianismo falla en esos aspectos que parecen más terrenales. A veces simplemente dejamos nuestras deudas en las manos de Dios y nos desligamos de esos compromisos que NOSOTROS ASUMIMOS.

Al no pagar nuestras deudas nos hacemos daño, pero también dañamos a aquel a quien adeudamos, y por cierto dañamos nuestro testimonio.

La biblia dice que hay “una nube de testigos”. Esos testigos siempre nos están observando, y no pueden ser burlados.

No hay nada tan gratificante y tranquilizador como pagar una deuda.

Como dije ayer, Jesús PAGÓ la nuestra, la de nuestros pecados, para que pudiéramos ser libres del poder que el pecado ejercía sobre nosotros.

El pecado nos esclaviza y degrada. El pecado es una deuda contra la ley de Dios. ¿Puedes ver lo que Dios hizo con esa deuda? ¡¡La pagó por nosotros!! ¿Qué deberíamos hacer nosotros como seguidores suyos? Pagar nuestras deudas.

Reponiendo a la pregunta sobre por qué pagar nuestras deudas, la principal razón es porque JESÚS LO HIZO. Y sabiendo que hemos sido llamados a seguir sus pisadas, ese es un tema sobre en el cual lo debemos imitar.

Además, las deudas pagadas producen una tremenda paz interior que no tiene precio.

Y por supuesto, está más que claro que a veces uno desea hacer lo correcto pero no cuenta con los medios para hacerlo, en esos casos, podemos tener la seguridad que Dios nos ayudará. Recuerda que Él siempre nos apoyará para que hagamos lo que sabemos que está en SU voluntad.

Author: gabtorar
•14:44

Romanos 13:8 “No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley”.

Se dicen muchas cosas acerca de Dios. Cada una de ellas por supuesto, deja de manifiesto la percepción o enfoque que cada uno tiene sobre Él.

Para algunos, Dios es un ser tiránico que goza viendo como los pobres mortales se las arreglan para evadir las mil y una dificultades que esta vida difícil les presenta.

Para otros, Dios es un ser muy bueno, lo que equivale a entenderlo como un tipo buena onda que tiene tan claro que somos débiles y dados a equivocarnos que usa de continua indulgencia para que podamos avanzar y ser felices, que hace vista gorda de nuestros múltiples errores y que esta siempre dispuesto a satisfacernos en nuestros caprichos y deseos.

Así hay muchas otras visiones de Dios y yo opino que si bien muchas se aproximan a lo que Dios es, ninguna le describe realmente de manera justa.

Pero ¿Cómo es Dios en realidad?

No espero (en este escrito) responder esa pregunta pero si quisiera decir algo que he aprendido sobre lo que Dios “no es”.

Dios NO es inconsecuente. Él siempre actúa en consecuencia con Su verdad, principios y palabra.

En las distintas visiones que las personas tenemos de Dios usualmente quedamos cortos para ver que Dios es en extremo consecuente.

Por alguna razón, el cristianismo actual ha cometido el grave error que propagar una “imagen” de Dios que no corresponde. En la mente de muchas personas existe la inexacta idea de un Dios indulgente, al cual pareciera no importarle conceptos como la responsabilidad o que nos hagamos cargo de nuestros actos.

Para muchos, Dios es tan bueno que no importa lo que hagamos, piensan que Él lo pasará por alto.

Creen que sin importar los problemas en los que nos metamos, Dios nos sacará sin costo alguno para nosotros.

¿Se ajusta realmente esa idea al carácter de Dios? Pienso que no.

Hay verdades potentes en la palabra de Dios. Una de ellas es que Dios le asigna valor a las cosas. Para Dios todo tiene su precio. Por increíble que parezca Dios es respetuoso del costo de la cosas.

En la vida nos encontramos con mucha gente que a su paso va dejando una estela de destrucción. Personas que donde quiera que pasan, dejan algún damnificado, alguna víctima de su egoísta manera de vivir sin considerar al resto, sin valorar al resto.

Dios es cualquier cosa menos un irresponsable. Él ama a las personas pero aborrece la irresponsabilidad con que actúan las personas, porque nuestros actos irresponsables siempre son fuente de mucha tristeza para “alguien”.

Hace un par de semanas el Señor me tocó profundamente con una verdad: Jesús PAGÓ EL PRECIO por nuestro rescate.

No solamente quiso rescatarnos, sino que pagó el legítimo precio exigido para tal rescate. Él, siendo Dios, no se deshizo de la muerte o del diablo para liberarnos de sus manos. Todo lo contrario, pagó el debido precio.

¡¡Qué gran ejemplo para nosotros de cómo se deben hacer las cosas!!

Él no pecó, pero sabiendo que la paga del pecado era la muerte, MURIÓ en nuestro lugar para pagar el precio por nuestra libertad (redención).

Dios se sujetó a las normas establecidas, se hizo responsable.

¿Somos responsables de los compromisos que asumimos?

¿Cuántos cristianos no tienen tan presente esta idea?

Cuando el Señor dice que “no debamos nada a nadie”, no sólo nos está invitando a no endeudarnos, sino también a cancelar las deudas que hayamos adquirido.

Esta es un área en la que tenemos mucho por hacer. Hemos llegado a confundir las cosas pensando que como Dios nos perdona, somos librados “de los costos” de nuestras acciones. Sin embargo, eso es algo absolutamente alejado de la realidad.

Dios nos ayudará toda vez que deseemos hacernos cargo de nuestros actos, pero Él no será indulgente, especialmente si ve en nosotros una reticencia a responsabilizarnos por compromisos que asumimos voluntaria y conscientemente.

Author: gabtorar
•13:11

Juan10:10 “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”.

Las personas rara vez reparamos en el hecho que uno es en gran medida el resultado de lo que piensa. Nuestras acciones son básicamente el resultado de nuestros pensamientos.

Lo que pensamos definitivamente influencia nuestro actuar, y por ello es tan importante pensar en lo que pensamos.

El éxito o fracaso de ciertos proyectos estará en gran medida ligado a nuestro pensamiento así como a nuestra capacidad de planificación.

Dios nos entrega en Su misma palabra un ejemplo contundente de lo que escribo. Mientas más leemos la biblia, más nos damos cuenta que todo es el resultado de un magnífico plan concebido por Él.

Dios nos vio incluso mucho antes que existiéramos. Y es lo mismo con la creación.

Él es simplemente asombroso. Su capacidad no es digna de otra cosa que no sea profunda admiración.

Lo que afirmo aquí es que Dios planeó las cosas para que fuesen de un modo.

Es cierto que Él posee en exclusiva el atributo de saberlo todo, pero lo que trato de decir es que debemos mirar más detenidamente a nuestro a Dios, para aprender de Él, para ver QUÉ hace, pero también CÓMO lo hace.

Los distintos episodios de la vida Jesús estaban absolutamente planificados, por mencionar algunos: la clase de mujer de la cual nacería (una virgen), el lugar de su nacimiento, distintos episodios de su vida, la negación de Pedro la traición de parte de uno de sus discípulos. Una vez estando en la cruz, la herida en su costado, tener sed, etcétera… ¡¡¡hasta su forma de morir!!!

Claramente uno se da cuenta por medio de lo anterior, que Dios es un Dios que planifica, por lo cual no es raro que tenga éxito.

Me he dado cuenta mucho en este tiempo que los cristianos dejamos de lograr muchas buenas cosas para Dios y Su reino, y no por culpa del diablo como acostumbramos a argumentar, sino por fallar (ser negligente) en la debida planificación.

Esto también es cierto para nosotros mismos. Hay bendiciones que debemos tomar en el momento exacto en que Dios las dispuso… ¡¡¡y nosotros pensamos que tenemos toda la vida!!!

Veo que muchas personas (que no conocen tanto al Señor como aquellos que nos congregamos en una iglesia cada semana y que somos instruidos por la palabra de Dios reunión tras reunión) tienen una capacidad de reacción más rápida y oportuna que nosotros.

A veces me entristece ver que personas que no han recibido tan tácita y explícitamente las promesas de Dios, se APROPIAN de ellas (o al menos actúan como si lo estuvieran haciendo) con una fuerza que aquellos que las hemos recibido no mostramos.

Es importante, por tanto, pensar en qué estamos pensando. Descubrir si estamos siendo movidos por el pensamiento y la mente correctos.

Dios planeó una vida abundante para nosotros y Cristo vino para asegurarse que así fuera ¿Lo sabías?

Cabe preguntarse: ¿estamos viviendo en lo que se podría considerar una vida abundante? Si no es así, alguien nos está robando y eso es algo que Jesús también anticipó en SU palabra.