Author: gabtorar
•7:16
Hebreos 11:1 “es pues la fe la certeza de lo que espera, la convicción de lo que no se ve”

Escuchamos muchas cosas sobre el tema de la fe. Es que la fe es medular en lo que a Dios concierne.

La palabra de Dios dice que es imposible agradar a Dios sin fe, de modo que es importante saber qué es la fe y si tengo en mi vida esa fe que agrada a Dios.

La definición bíblica es dada en Hebreos 11 y dice que la fe es la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que NO se ve”.

Particularmente nunca me quedó muy claro lo que esto quería decir. Sonaba muy bien pero no lo entendía tan bien.

Frecuentemente necesitamos interpretar lo que Dios nos dice por medio de Su Palabra y he llegado a comprender leyendo, estudiando, escuchando a otros, que esa definición se acota a la siguiente idea: tener fe es simplemente “creerle a Dios”.

Muchas personas sinceramente “creen EN Dios” pero llegado el momento de la verdad “no creen A Dios”.

La fe es precisamente creerle a Dios, creer a lo que Él dice y actuar en consecuencia con tal convicción.

Una gran cantidad de personas que creen en Dios no hacen lo que Dios les pide en Su palabra porque no le creen a Dios, no tienen ESA fe de la que hablo aquí.

Creer en Dios es muy importante pero debo decir que el solo hecho de creer en Su existencia no garantiza que podamos recibir lo mejor que Él tiene preparado para nosotros.

Al mirar las escrituras encontramos que siempre Dios nos llama a dar pasos en fe.
Me refiero a esos momentos en que no tenemos todas las variables bajo control y sin embargo, percibimos (por decirlo de alguna forma) una voz interior que nos mueve a hacer determinadas cosas que entendemos como la voluntad de Dios para nosotros.

En esas ocasiones Dios nos llama a abandonar lo que representa seguridad para nosotros y aventurarnos hacia cosas que desconocemos. ¿Cómo llegamos a obedecer? ¡¡Sólo por medio de la fe!!

No te extrañes: la fe desafía a la razón.

Desafortunadamente muchas de esas cosas a las que Dios nos llama, quedan sin hacer porque nos falta la fe, es decir, la confianza en Él, para entender que aunque no tengamos todo bajo nuestro control, Él tiene todo preparado ya.

Nuestra mentalidad es “Señor haz esto y yo haré esto otro”, pero la del Señor es “muévete en fe y verás lo que Yo hago”.

La vida del cristiano es una vida de fe. La fe no es algo que debamos tener para enfrentar “ciertas circunstancias puntuales” sino algo que debe estar “siempre presente”, porque la fe es medular en nuestra relación con Dios.

Especialmente si queremos agradarle, no será posible sino por medio de una vida que anda en fe, que cree a lo que Él dice.

Dios se agrada de los que tienen fe porque al actuar en fe estamos demostrando que confiamos en Él, estamos diciendo con nuestros actos que Dios es confiable. ¡¡Y por supuesto que lo es!!

La fe en Dios está directamente ligada con unos de sus inigualables atributos: la fidelidad.

Yo puedo creer a lo que Él dice por que Su carácter es fiel. Su carácter (naturaleza) me garantiza que no seré defraudado, que Él no fallará.

Debemos reconocer que la tentación diabólica consiste en hacernos dudar de la fidelidad del Señor, pero Él no puede fallar porque Su carácter se lo impide.

No que Dios tenga algunos rasgos de fidelidad, ¡¡Él es la fidelidad en su máxima expresión!!

Vayamos a la siguiente etapa pasemos del mero “creer EN Dios” al “creer A Dios”.
La vida cristiana victoriosa se encuentra en ese lado del camino. Piénsalo.
Author: gabtorar
•6:41
1Pe 4:8 “Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados”.

Se ha escrito poemas y libros sobre el amor. Se han filmado centenares de películas en las que el tema principal es el amor.

A diario vemos mucha propaganda que nos lleva a la importancia que el amor tiene para la vida de los hombres.

Sin embargo, con todo eso, no hemos llegado a entender cuan importante es el amor para Dios y cuan necesario es para los hombres.

Pablo, el apóstol que se encontró con Jesucristo cuando iba camino a Damasco, fue transformado por el amor de Cristo.

Pablo iba en busca de los que “seguían el camino” (es decir los cristianos). Su intención era encarcelarlos. El veía en los cristianos unos serios enemigos del judaísmo del cual él se sentía orgulloso en formar parte.

Pero tuvo un encuentro sobrenatural que le cambió la vida.

Jesucristo el hijo del Dios, (e Hijo del hombre, como hemos aprendido en estos días con el mensaje de nuestros pastores) se le apareció en el camino.

Las palabras de Jesús fueron claras y precisas: ¿Por qué me persigues?

Pablo no iba en busca de Cristo pero Cristo tomó esta persecución contra Sus seguidores como algo personal. El había dicho que si alguno recibía a sus discípulos, le estaba recibiendo a Él, y agregó que si alguno le recibía a El, también estaba recibiendo a quien le había enviado, esto es, al Padre.

Pablo fue transformado por este encuentro, y debo agregar que este fue un encuentro de amor.
Digo de amor porque antes que todo Cristo salió en defensa de los suyos por amor. Sabía el daño (las bajas) que esta persecución podía producir entre sus filas. Él les guardó por amor.

Fue un encuentro de amor porque Pablo mismo tenía necesidad de la luz que Cristo tenía y que el evangelio ofrece a quienes viven en oscuridad.

Pablo estaba arraigado a una religión que había perdido el sentido, la dirección y por tanto su razón de ser.

Pablo desde afuera se podía ver como un desalmado que se gozaba viendo morir a cristianos piadosos (como Esteban), pero en su fuero interno era un hombre (como muchos que conozco) sinceramente equivocado y a quien sólo Jesús era capaz de ayudar, porque nadie mejor que Él, podía ver esa realidad interior.

Jesús no sólo salió en defensa de sus discípulos sino en amor se reveló a este hombre quien respondió (todos sabemos) con creces a este llamado del Señor.

Fue un encuentro de amor porque gracias a esto, millones a lo largo de la historia han llegado a conocer a Cristo por los escritos Paulinos.

¡¡Cuan maravillosos frutos que produce el amor!!

No en vano el mensaje a los Corintios dice: “todas vuestras cosas sean hechas con amor”

Cristo no vino a Pablo prometiéndole las llamas del infierno como muchos estilan hacer.

Ahora bien, no debemos equivocarnos, el infierno es tan real como el cielo, pero Jesús sabe que la gente no va a reaccionar por el miedo al infierno, sino mas bien por conocer a un Dios que les ama y lo demuestra poniéndose en su lugar, identificándose con su humanidad y todas la limitantes que ello trae consigo.
Cristo vino a Saulo de Tarso (Pablo) en amor y Pablo respondió en amor.

El fruto de esa relación de amor fue VIDA para él, para los discípulos y para nosotros también.

El conocido versículo dice “de tal manera AMÓ Dios al mundo”.

Notemos que no dice “de tal manera ODIÓ al mundo” sino todo lo contrario.

Fue el amor de Dios el que trajo a Cristo al mundo. Es el amor de Dios que traerá de vuelta a Cristo para reinar por mil años en ESTE mundo.

No debemos confundirnos. El amor hace bien al prójimo y yo reconozco al igual que tú que todo lo que nos rodea se esfuerza por producir en nosotros un corazón duro e insensible, pero la prerrogativa de Dios sigue siendo el amor.

Creo no estar muy equivocado al decir que necesitamos prácticamente las misma fuerzas para amar que para odiar y, lo triste es que mientras el odio destruye, el amor construye y edifica la vida de las personas.

Amar es una decisión que debemos tomar. Dios respeta que decidamos o no hacerlo, pero nunca podremos negar que sabemos que el amarnos los unos a los otros, es lo que Dios nos reveló como Su perfecta voluntad.
Author: gabtorar
•5:58
1Pedro 4:8 “Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados”.

Hay cosas que nunca dejaremos de hacer en suficiente medida. Una de esas cosas es amar.

Somos muy dados a criticar, a enojarnos, a resentirnos pero que poco dados somos a amar. Y esto a pesar que el amor es un mandamiento divino.

Es triste pensar que no alcanzamos a ver en plenitud la relevancia que el amor tiene para la vida del hombre.

Particularmente me parece que no se necesita mucho esfuerzo para darse cuenta que aunque se habla mucho del amor, se practica muy poco.

El mundo está envuelto por una capa de resentimiento. ¡Cuanto daño le hace el resentimiento a nuestra salud!

Personas que están enfermas de resentimiento, de rabia, de rencor. Por muchos exámenes que se realicen, las razones de tal patología son un enigma para la ciencia médica, porque no es sencillo diagnosticar la “falta de amor”.

El llamado de Dios es a amar al prójimo. La escritura dice que el cumplimiento de la ley divina es el amor.

Del mismo modo nos recuerda que el amor no hace mal al prójimo, y por supuesto, cuando amamos al prójimo le hacemos un gran bien a ellos, pero nos beneficiamos a nosotros mismos también.

Con frecuencia oímos frases como: “tal persona tiene un buen corazón”, o “tiene un duro corazón”, u otras similares.

Vale la pena consignar que así como las personas tenemos individualmente un corazón (y por causa de ese corazón somos de una determinada manera ya sea amables, fraternos, generosos, u hostiles, duros, rencorosos), asimismo, las familias y grupos humanos, tienen colectivamente un corazón que es característico de ese grupo en particular.

Hay familias (lo podemos ver entre nuestros vecinos) que se caracterizan por su sociabilidad, por su prestancia, por su gentileza.

El dato curioso es que la mayoría de los miembros de esa familia tienen en común ese rasgo. Al punto que uno lo puede nota con claridad.

Otras en cambio, son elíticas, cerradas, poco o nada sociables, indiferentes al acontecer del medio. Tanto que a veces pueden pasar meses e incluso años antes que den la cara para decir un “buen día”.

Otra vez lo curioso es que esa misma actitud es típica de casi todos quienes forman parte de esa familia.

Hay lugares en los cuales trabajas es una delicia, y otros en que el ambiente del trabajo es una tortura cotidiana.

Definitivamente los grupos humanos tienen un corazón, y lo tienen también las congregaciones.

En mi recorrido por congregaciones vecinas como predicador, he descubierto que sin importar si pertenecen a la misma denominación, cada congregación es diferente y eso corrobora la idea que cada congregación tiene un corazón.

Hay algunas muy fraternas en que casi puedes respirar el amor de Dios al entrar por sus puertas. La hermandad se acerca para fraternalmente darte la bienvenida, se esmeran por atenderte. Luego al conocer al pastor te das cuenta que él mismo es así.

Otras en cambio, te reciben con recelo, con distancia, denotando otro corazón. No siquiera te aludan. Cuando conoces al pastor entiendes también porqué la congregación tiene ese carácter
frío e indiferente.

La Biblia nos insta a que tengamos ferviente amor entre nosotros porque el amor hace bien a todos.

Como si eso fuera poco, el amar trae consigo un beneficio que ninguno puede darse el lujo de desaprovechar: “cubre multitud de pecados”.

¿Quién puede decir yo no necesito tal beneficio porque no tengo pecados?

Todos pecamos a diario y Dios no sólo espera que nos consolemos con la idea que somos humanos, y por tanto débiles.

Él nos ha dejado maneras concretas de ayudarnos y al amar al prójimo estamos dándoles a ellos y a nosotros mismos un beneficio que tendrá consecuencias aquí y en la eternidad.

Sólo Dios sabe de qué manera al amar a mi prójimo (hermano) algunas de mis faltas son cubiertas.

Lo importante es que sabemos que Él no miente, y si Él lo pide, por algo será

¿Qué esperas para comenzar a amar?
Author: gabtorar
•12:22
Lucas 7:32 “Semejantes son a los muchachos sentados en la plaza, que dan voces unos a otros y dicen: Os tocamos flauta, y no bailasteis; os endechamos, y no llorasteis”.

Es difícil entender el comportamiento de las personas.

Lo que nos mueve a hacer o dejar de hacer cosas es algo bien difícil de precisar en algunos casos.

Jesús se encontró con esta problemática mientras desarrollaba su ministerio.

Sabemos por los registros bíblicos e históricos, que la persona de Jesús fue muy controversial.

El amor y gratitud que unos sentían por Él, solo se podría equiparar con el odio y repudio que otros abiertamente manifestaban, especialmente los que ostentaban posiciones en la religión.

Es difícil entender como los hombres pudieron haber escogido liberar al criminal y encarcelar al inocente. Así mismo a veces nos cuesta entender como es que él o ella pudo poner sus ojos en tal persona. O como él o ella pudo escoger esa clase de vida, trabajo, amistades o lo que sea, teniendo otras posibilidades.

Como ya mencioné es muy difícil llegar a entender por qué las personas se comportan de cierta forma.

Una mujer tiene un marido golpeador y sin embargo, lo defiende cuando otros le enrostran su mala conducta.

Por otro lado, una esposa que tiene un buen hombre a su lado (uno que le colabora en la casa, que le respeta, en fin un buen hombre) y ella sin embargo, le engaña o es irrespetuosa con él.

Uno no logra entender como ciertas personas hacen ciertas cosas. Y es que las personas actúan por motivaciones muy variadas.

Jesús se encontró con hombres de toda clase. Unos que le siguieron de principio a fin, otros que desde el comienzo le rechazaron, otros que le persiguieron hasta que le vieron morir.

Como padres o cónyuges, muchos “se parten la cabeza” tratando de complacer a otros. Se esfuerzan por dar lo mejor que pueden a sus hijos, por ejemplo.

Sus hijos son exigentes con ellos, y en más de alguna ocasión, les hacen pasar malos ratos a causas de sus exigencias.

De un día para otro encuentran amistades o parejas que no son ni cercanas a tanta exigencia. Los padres simplemente no entienden como pudo haber rebajado tanto las exigencias de un momento a otro.

Se que esto es algo que sucede cotidianamente. Un buen ejemplo de ello son los jóvenes.

La juventud actual es muy compleja. Por una parte, tienen tantos requisito con sus padres de respeto, demandas de cosas (ropa de marca, accesorios) privacidad, etcétera, y luego de un momento a otro los padres sienten una puñalada por la espalda cuando se enteran de la clase de amistades que tienen. Supuestos amigos que les faltan el respeto en todos los sentidos que te puedas imaginar, les tratan con garabatos, les estimulan a actitudes y prácticas nefastas y que sólo traen como fruto grandes dolores de cabeza.

Es casi incomprensible como por una parte hay tantas demandas y restricciones para los padres y por otra parte, tantas libertades y garantías para los amigos.

Enfrentamos la crítica por cada cosa que hacemos en favor de ellos y las malas llamadas amistades se llevan las alabanzas incluso cuando les hacen daño.

Muchas veces he tomado tiempo para reflexionado por cual de todas las buenas cosas que hizo Jesús su pueblo lo mataron versus por cual de todas las cosa malas que hizo Barrabás lo libertaron.

Jesús se refirió a esta actitud cuando dijo: ¿A qué compararé los hombres de esta generación y a qué son semejantes?
Luego añade que sin importar lo que se hiciera, los hombres no respondieron de la manera adecuada. En todo encontraron alguna traba, algún problema.

Jesús podía ver que el verdadero problema no estaba fuera sino dentro de ellos.

Personalmente he podido ver este patrón en algunas de las personas que ha venido a nuestra congregación.

Hay personas que sin importar lo que tu hagas no responderán a lo que Dios quiere de ellos. Las excusas para no responder sobrarán, mientras que las verdaderas razones siempre son más especificas.

Personalmente creo que la mayoría de las veces es nuestra falta de verdadero amor por Dios.

Es fácil decir que amamos a Dios pero demostrarlo es otra cosa. A menudo el amor nos cuesta algo.

Muchos hombres prometen amor eterno a sus parejas hasta el momento en que ellas les dicen que es tiempo de comprometerse, y el amor eterno misteriosamente se esfuma, junto con el pretendiente.

Hay personas que ponen condiciones para segur a Dios. Colocan un “si…”, condicionando su compromiso.

Sin embargo, la respuesta es siempre “si” para otros, y a veces a pesar de todo lo mal que estos se hayan portado. ¿Te parece justo?
Author: gabtorar
•8:47
Mateo 9:38 “Rogad, pues, al Señor de la mies que envíe obreros a su mies”

Cristo dejo muy claro con su propio ministerio que la obra de Dios no se puede hacer solo.

Si bien hay momentos en que necesitamos estar a solas con Dios, la obra de Dios no se hace solo. Se requiere colaboración y trabajo en equipo.

No es menos cierto que para colaborar en la obra de Dios existen ciertos requerimientos bíblicamente estipulados, pero es tan importante contar con un contingente de hombres y mujeres aprobados por Dios para servir en su obra y llevar a cabo la voluntad del Señor que el valor de esto no debe ser subestimado.

La escritura registra muchos casos de este tipo siendo quizás el más relevante el ministerio de Cristo.

Sus discípulos se convirtieron en colaboradores suyos.

Creo que esta es una fase común a todos los cristianos. De creyentes, nos volvemos seguidores y estando en esta etapa y de acuerdo a nuestra fidelidad, integridad y compromiso, llegamos a ser colaboradores en Su obra.

¡Que gran privilegio nos ha otorgado el Señor!

Permitirnos no sólo participar de Su salvación sino colaborar en el plan de la salvación de otros hombres y mujeres ¡Gracias Señor!

La obra de Dios requiere por tanto de personas que puedan realizar ciertas tareas.

La iglesia de Cristo está en la tierra para proclamar el mensaje de la salvación. Y en ese aspecto hay mucho por hacer.

Los medios existentes en nuestra época nos conceden una variada gama de posibilidades para predicar.

Hoy existen medios tecnológicos que en el tiempo de Jesús no existían y que nos amplían las posibilidades para llevara cabo la omisión encomendada por el Señor.

Lo que el mandó fue ir y predicar el evangelio.

Creo humildemente que gracias a la tecnología en muchos casos no es necesario “ir”, dado que el teléfono, el internet y otros medios, permiten conectarse y “estar con las personas” a la distancia, pero ese fue el mandato: “vayan y prediquen”, y en ese sentido lo que debemos cuidar es que el mensaje sea el indicado.

Imagínate lo valioso que es tener muchas personas idóneas compartiendo el mensaje correcto a otros tantos que lo necesitan imperiosamente.

NO es igual tener a uno predicando que tener a muchos, y por ello es tan vital comprender que la obra de Dios requiere de obreros.
Author: gabtorar
•12:15
2 Timoteo 2:6 “El labrador para participar de los frutos, debe trabajar primero”

Para la mayoría de las personas está bien claro que el tener éxito en los aspectos de la vida requiere de trabajo.

Las cosas no llegan a nosotros por suerte o casualidad. Hemos definido en escritos anteriores que “toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto (del Reino de Dios) del Padre”.

Es profundamente cierto que para lograr cosas en la vida debemos trabajar. Eso dice nuestro texto de hoy. Todos queremos participar de los frutos, esto es, de los dividendos, de los beneficios que nos traen ciertas cosas y el versículo bíblico nos señala que hay un orden para que esto llegue a suceder.

El labrador debe esforzarse, debe levantarse temprano, debe sufrir las inclemencias del tiempo muchas veces: resistir el frío, la lluvia, el calor, etcétera. Todo eso ANTES de poder participar de los frutos de ese trabajo.

Ahora bien, es bastante sencillo que nosotros entendamos esto a la luz del trabajo, pero aquí Dios nos está compartiendo un principio que es aplicable a todo el quehacer de nuestra vida.

Si yo quiero participar del fruto de tener un buen matrimonio, no puedo dejarlo al azar, tendré que trabajar por ello.

Algunos cuentan con la bendición de no tener que trabajar tan duro por conseguir lo a otros les cuesta la vida a diario, pero todos deben trabajar.

Hay padres que se quejan de lo tranquilos que son otros niños comparados con los propios, pero estoy seguro que nuestro buen y JUSTO Dios le ha dado a los tuyos cualidades (talentos, sensibilizan, etc) que otros no poseen y así las cosas se equiparan.

Eso corre también para el matrimonio. Hay esposas que dicen “es que tú no conoces a mi marido”. Es verdad, y también es cierto que tú no conoces al marido de esa otra persona.
Es lo mismo para una buena relación con los hijos, con los compañeros de trabajo, con la parentela. Este es principio es aplicable a TODAS las áreas de la vida.

Aun como cristianos, debemos ocuparnos en esta salvación. Debemos invertir tiempo, fuerzas, y todo lo que sea necesario

A veces gastamos mucho tiempo pensando en lo que nos gustaría poder conseguir pero nunca pasamos de la teoría a la práctica.

El hombre tiene una gran capacidad de idear planes. Hay gente que se gana la vida de esta manera. Hay otros que tienen una increíble capacidad para ayudar a otros a materializar sus planes y proyectos.

Concretamente cada uno ha recibido su propia gracia de parte de Dios y es bueno usar lo que Dios nos dio para contribuir a la sociedad y al bienestar del prójimo.

Dios ha prometido ayudarnos en todo aquello que sea bueno.
El Señor hizo una promesa antes de abandonar a sus discípulos. Les dijo: “Yo estoy con vosotros TODOS LOS DIAS hasta el fin del mundo”.

Por tanto debemos tener siem0pre presente esta promesa de que Dios nos ayudara A DIARIO, pero no debemos confundirnos, El prometió ayudarnos y estar, pero no prometió hacer lo que nosotros debemos hacer. Esa es nuestra parte en el asunto.

Hay personas que oran muco por ciertas cosas pero que en la práctica no hacen nada para materializar esas oraciones. Hay tiempo para orar por cosas y hay tiempo para trabajar por esas cosas que hemos orado, para que produzcan fruto.

Los discípulos no sólo oraban por los que no conocían al Señor, ellos iban adonde estaban los que necesitaban conocerlo. Les compartían la palabra, el testimonio, y les inspiraban por medio del ejemplo.

Una buena relación no vendrá por suerte, por mucho que la desee.

Tendrás que trabajar por ella, para afinar detalles de ella, tendrás que aportar para que esa relación fructifique.

Y como dije antes, eso aplica a cualquier tipo de relación con la pareja, los hijos, familia, vecinos, etcétera.

Dios ha prometido Su ayuda, y esa parte es irreemplazable, pero no podemos ser negligentes dejando de hacer lo que debemos, porque entonces difícilmente habrá algún fruto del cual podamos participar.

Los resultados no vienen producto de la casualidad. Es el trabajo serio y la perseverancia, los que producen los mejores frutos.
Author: gabtorar
•6:47
Salmos 127:1 “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican”

¿Cuántas veces hemos llegado al pensamiento de decir “no puedo”?

¿Cuántas veces nos hemos sentido tan sobrepasados por lo que nos ocurre que sinceramente hemos creído que no podremos seguir?

Creo que deben haber sido muchas

Por otra parte ¿Cuántas veces Dios nos ha demostrado que estábamos equivocados?

¿Cuántas veces después de pensar que habíamos llegado al fin pudimos ver que todavía seguíamos en pie?

No es extraño que nos ocurra esto. El pensamiento honesto que nos dice “hasta aquí llegamos” viene simplemente de nuestro propio ser que reconoce su impotencia, que admite que eso es todo lo que tiene para dar.

Esas mismas circunstancias son las que nos muestran la gran necesidad que tenemos de Dios, de Su intervención en nuestros asuntos cotidianos.

Si hemos conseguido permanecer en pie aún cuando sentíamos que ya no quedaban fuerzas en nosotros ¿cómo es que pudimos continuar? La respuesta es sencilla: “Dios”

¡¡Dios nos cargó!!

Una gran necesidad de los seres humanos es que lleguemos por fin a comprender que no se trata de nosotros sino de Él.

Dios nos muestra muy frecuentemente que no es en nuestras fuerzas que lograremos vencer en esta vida sino en las Suyas.

Cada vez son mas las personas que se sienten agobiadas por los pesos que llevan a cuestas, y si bien tratan (con la mejor intención en muchos casos), hay situaciones que simplemente les sobrepasan y caen victimas del desánimo e incluso depresión.

Esa misma necesidad da paso para que surjan las más variadas ofertas de solución a los problemas.

He oído tantas cosas, existen por ejemplo, un sin fin de libros de autoayuda (hay que decir que esos libros a los que más ayudan es a quienes los escriben y publican, porque les dan jugosas ganancias), que pretenden haber encontrado “El Secreto” para la salud, riqueza y prosperidad.

Todos esos libros (en los que por cierto Dios no ocupa ningún lugar) se enfocan en lo que tú puedes hacer por ti mismo, en los poderes ocultos de la mente que tu no habías descubierto, en el pensamiento positivo, etcétera.

Esa fue la misma mentira que Satanás le vendió a Eva en el huerto para hacerla comer del fruto prohibido. Le hizo una oferta irresistible para cualquier mortal: “serás como Dios”.

¿Cuántas veces has deseado ser Dios para cambiar alguna circunstancia a tu favor?

Para haber añargado la noche y poder descansar un poc mas para haberte transprtado a ese lugar paraidiaso y pasar un as espelendiad vavcionbes para tener los mediuo y adquieri lo que tanto anhelas, para sanar ese cancer de un familiar al que ama y vees consumirse en la enfermedad… si muchas veces hubiéramos querdiosedr Dios.

Esos libros 6000 años después de haberñpohecho con Adan y eva te vuelven a ofrecer la misma (falsa) posibilidad de serlo. Claro está que con una cubierta diferente, y recopilando testimonios de muchos (¿nos consta?) que han probado el secreto y les ha funcionado.

Esos libros de autoayuda te hacen quitar la mirada de la ayuda Divina. Le quitan a Dios su carácter Soberano y endiosan al hombre atribuyéndole características que suenan muy bien como chiste.

¿Podemos ser tan ingenuos como para creer que no somos ricos sólo porque no lo hemos deseado lo suficiente?

¿Que quienes son ricos, lo son porque atrajeron la riqueza, y que los pobres han atraído la pobreza en que viven?

Eso equivaldría a decir que la mujer que fue ultrajada, violada y asesinada lo fue producto de haber atraído la violación?

Debió ser una mujer muy sucia entonces para no haberse conformado solo con acostarse con un hombre y necesitar mas de uno.

El niño que fue abusado debió haber sido muy inmoral como para atraer los pensamientos de ese adulto que le abusó.

Usted entiende que usando la ironía para describir una situación que me parece, por decir lo menos, de una ingenuidad extrema, y siendo completamente franco, ridícula.

¿Puede ser que nos enfermemos solo porque no deseamos lo suficiente estar sanos, o porque atraemos con nuestra mente las enfermedades? ¡Claro que no!

Tristemente esos libros te llevarán a pensar en lo que tu puedes hacer por ti, pero debemos recordar lo siguiente: “si Dios no edifica la casa en vano trabajan los edificadores”.

El mensaje de esos libros es “NO necesitas un salvador, tu te puedes salvar; NO necesitas un sanador, tu te puedes sanar.

El verdadero secreto que se esconde detrás de esos libros es “NO necesitas a Dios, te tienes a ti mismo”

Pero nosotros sabemos que nO se trata de ti o de mi, ¡¡se trata de Él!!

Si Dios no está en medio, todo lo que hagamos aun si conseguimos algún dividendo en ello, será vano.

El hombre fue creado PARA habitar en comunión con Dios. Para servir y colaborar en la obra de Dios. Eso hacia adán en el huerto ANTES de caer.

El diablo lo separó de esa comunión y desde entonces ha seguido intentando convencer al hombre que viva independiente del Creador.

“Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre” eso es lo que dice Santiago 1: 17.

No desciende de mis pensamientos, no desciende de las ganas que yo tenga de recibirlo, sino del Padre.

Los milagros no son producto de la voluntad del hombre solamente. Debe mediar la intervención divina para que ocurra un milagro.

Los milagros de hecho ocurren mayormente cuando la voluntad Dios se alinea con la voluntad (necesidad) del hombre.

Es un gravísimo error pensar que nosotros producimos la sanidad o la prosperidad o la riqueza, porque aún la facultad para que el hombre se haga de bienes y disfrute de ellos, es don de Dios.

¡¡Qué lastima que muchos le priven al Señor de la gloria (reconocimiento, gratitud) que Él merece por todo lo generosamente les ha concedido.
Author: gabtorar
•21:04
Efesios 6:10 “Por lo demás hermanos míos, fortaleceos en el Señor y en el poder de Su fuerza”

Muy frecuentemente dejamos de hacer cosas que son muy relevantes para nosotros o para otros. ¿La razón? Tropezamos en nosotros mismos.

¿Cuántas veces dejaste de hace algo porque te sentías desanimado?

En la vida cristiana reconocemos la presencia de un enemigo incansable, el diablo. Diablo significa adversario. He dicho muchas veces que los nombres en la biblia son relevantes, porque ellos tiene relación con el carácter de las personas que los llevan.

Cuando hablamos de Cristo, por ejemplo, estamos hablando del Ungido, y tú y yo sabemos que Cristo es el ungido del Padre.

El diablo como adversario tiene el propósito de obstaculizarnos en nuestro avanzar. El suscita circunstancias que nos impiden o dificultan el avance, el cumplimiento de las metas de Dios en y a a través de nosotros.

El adversario desea llevarnos a poner la mirada en nosotros en lugar de ponerla en Dios, pero nuestras fuerzas y capacidades son muy limitadas.

Muchas veces el enemigo usa personas y situaciones son la única finalidad de desanimarnos, de que nos detengamos, de hacernos sentir mal, tristes o como sea con tal que no lleguemos a la meta que Dios tiene trazada para nosotros,

Por eso es tan necesario abrir los ojos a esta realidad.

Se de tantas tareas y labores que quedan sin hacer porque alguno tuvo un mal momento, un “impasse” que al final gatillo que esa persona no hiciera lo que debía hacerlo que se esperaba que hiciera.

Sin embargo, el mensaje del texto es claro: fortalécete EN el Señor, en el poder de SU fuerza. Se trata de Él, de Su poder, de SU capacidad y no de la nuestra ¿Entiendes?

Sí hablamos de trabajo en equipo y alguno no hace su parte dentro del equipo eso afectará en mayor o menor grado todo el desempeño de equipo.

La iglesia es un equipo, el matrimonio es un equipo, la familia (esto es, matrimonio e hijos) es un equipo, y así sucesivamente.

Cuando nos dejamos mover por nuestro sentir del momento probablemente dejaremos de hacer cosas que afectarán al resto del equipo.

Admiro a las mujeres que a pesar de vivir sus períodos son capaces de sobreponerse para cumplir con las múltiples demandas de la vida. Ellas entienden muy profundamente el valor de lo que estoy presentando aquí: hay una familia que depende en alguna medida de que ellas hagan su parte, y ellas tienen un compromiso inclaudicable con la familia.

Considero que son un ejemplo digno de destacar. Lo mismo cuando están encinta y a pesar de su estado de gravidez se las arreglan para hacer todo lo que deben hacer.

Dios desea que esa actitud esté presente en todas las áreas de la vida, especialmente en lo concerniente a nuestro vivir como cristianos.

Te aseguro que muchas veces las circunstancias me han querido mover a no escribir estos devocionales, por ejemplo, o a no compartir frente a una congregación el consejo de la palabra de Dios que yo les puedo entregar, pero en el entendido que esto me lo demandó el Señor (Él entiende por qué) no importa como me sienta, yo debo escribirlos, yo debo estar ahí para predicar el evangelio, y eso va mas allá del hecho de cumplir con algo solamente, tiene que ver mas bien con la convicción de la relevancia que el trabajo (que yo hago o dejo de hacer) tiene para el éxito del resto del engranaje.

Le simplificamos la tarea al diablo cuando por un asunto de desánimo dejamos de hacer lo que debemos hacer.

Muchas mañanas tu no sientes levantarte temprano para ir al trabajo, pero lo haces porque es lo correcto, porque tienes la convicción que es lo que debes hacer.

Asimismo en la vida cristiana debemos aprender a ser disciplinados en ese sentido, y por tanto, realizar nuestra parte de la labor encomendada, mas allá de si mi día anterior fue bueno o malo, agradable o muy desagradable, Dios me ha concedido un voto de confianza, y Él espera que yo responda a esa confianza que Él ha depositado en mí.

No debemos movernos por los sentimientos momentáneos, estos son pasajeros y normalmente no es sano apoyarse en ellos.

Vivamos por convicciones. Andemos por convicciones. Cristo lo hizo así y a Él le resultó, si seguimos su ejemplo (y a eso somos llamados) con seguridad nos resultará también.

Haremos nuestra parte, nos sentiremos útiles, estaremos colaborando con los propósitos eternos del Señor y como si todo eso no fuera suficiente, estaremos atesorando para la vida eterna un fruto que nadie nos podrá quitar.

Que el desánimo no te detenga, que el adversario no te persuada a dejar de hacer lo que tú sabes dentro de ti que es necesario.

Si Dios te lo pidió es por algo ¿no crees?
Author: gabtorar
•9:00
Judas 1:22 A algunos que dudan, convencedlos.

La popular frase dice “en la viña del Señor hay de todo”. El origen de esta frase me es totalmente desconocido. La verdadera intención detrás de ella también, pero que dice un gran verdad no se puede discutir.

En la viña del Señor encontramos toda clase de personas: “personas con fe inquebrantable, personas débiles en la fe, personas que todo lo ponen en tela de juicio, personas que todo lo aceptan; personas que viven para los demás y otras que solo quieren que los demás vivan para ellos. En fin, hay de todo en la viña del Señor en esta tierra.

Y a propósito de lo mismo, el texto citado hace relación y con esa clase de personas que están justo ahí, en medio del camino, personas que están evaluando si avanzan o no, personas que a veces son tildados de incrédulos por quienes juzgan ligeramente, pero que en gran parte de los casos lo único que necesitan es razones para creer.

He oído que la fe es ciega pero eso no es verdad. La fe tiene todo que ver con el carácter de Dios.

Yo creo a Dios porque es un Ser Creíble, Su carácter me permite confiar en Él y en lo que Él dice.

La fe, por tanto, no es lanzarse a ojos cerrados a un precipicio, todo lo contrario es lanzarse a ese precipicio (entiéndase como un ejemplo, por favor) con los ojos BIEN ABIERTOS sabiendo que si Dios lo mandó, de alguna manera, en alguna minutote la caída, Él intervendrá para hacernos llegar a destino.

Muchos que dudan lo hacen porque sienten que tienen razones para dudar.

Las razones por las cuales la gente del primer siglo rechazaba la doctrina apostólica no son necesariamente las mismas por las cuales la gente rechaza el evangelio hoy.

Hoy hay muchos que miran con recelo el evangelio por culpa de quienes lo han convertido en el negocio de la fe, pero hay personas que legítimamente están buscando razones para creer.

Tal vez alguno discrepe conmigo en este punto, pero se que digo verdad, porque lo he vivido de cerca con personas que me ha tocado atender y restaurar (por supuesto, Dios hace la obra, nosotros modestamente sólo colaboramos).

Hombres y mujeres que han salido destrozados de congregaciones en las que fueron abusadas de diversas formas: psicológica, física y financieramente.

Dios sabe que hay algunos que dudan y el mandato aquí no es a “convencerlos a la fuerza” sino a fraternalmente mostrar evidencias, frutos, razones, que les permitan creer, entender que no todas las congregaciones son iguales y que quienes lideran las congregaciones tampoco lo son.

Hay de todo en la viña del Señor. Hay gente que sirve abnegadamente y también hay abusadores. Hay hombres que deja todo por amor a Dios y a Su obra y hay otros que despojan a la gente de todo por amor a ellos mismos.

No hay duda, hay de todo en la viña del Señor,

Pero el Señor es uno solo, y Su voluntad es que recibamos al débil en la fe, que nuestro vivir sea inspirador, un apoyo concreto sobre el cual el que duda (por las legitimas razones que ya mencioné) se pueda apoyar y convencer que vale la pena transitar por esta senda de fe, que no todos son abusadores, que no todos son mercaderes, en resumen que hay excepciones a la regla.

La idea es que mostremos misericordia con aquellos que (por las razones que sea) tienen dificultad para abrirse a la fe.

Hay gente que está esperando tener motivos para creer. Gente que o conozco, hermosas personas que por años estuvieron reticentes al evangelio y que un buen día, Dios tocó sus corazones.

Hay que aprender a esperar en Él, porque cuando Él hace la obra, ¡¡la obra siempre queda bien hecha!!

Tal vez tú seas uno de los que dudan, de los que creen a medias o quiere creer y encuentras tropiezos en el mal testimonio que recibes de aquellos que diciendo ser luz, viven más bien en tinieblas.

Quiero decirte que Dios desea que tu acerques a Él (no olvides que solo Él es el camino a la vida eterna, no hay otro), pero Él te conoce y sobretodo te respeta.

El sabe lo que tú necesitas para creer, entregarte y abrazar esa fe salvadora y transformadora. Sinceramente creo que Dios tiene un momento para cada uno y él sabe cual es el correcto par ti.

Si eres uno de los que dudan quiero invitarte a abrir tu corazón y mente, a no mirar a los que deshonran al Señor, sino a ese pequeño remanente que se esfuerza por vivir correctamente para Él.

Que ellos puedan ser para ti motivo de inspiración que necesitas para creer.