Author: gabtorar
•9:13
Juan 13:21 “Habiendo dicho Jesús esto, se conmovió en espíritu, y declaró y dijo: De cierto, de cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar”

Jesús se conmovió en espíritu

Tenemos tan internalizado que Jesús sufrió por nosotros que a veces no llegamos a ponernos debidamente en Su lugar en este sentido y nos insensibilizamos respecto de la carga y profundidad que esto tuvo para Él.

Ayer mencionaba que inevitablemente seremos traicionados como Él también lo fue, y aunque Él sabía mejor que nadie que esto ocurriría, no por eso fue un incidente sin importancia para Jesús.

El texto también señala que Jesús se conmovió en espíritu, esto es, se agitó, se angustió en su interior, como lo mencionan otras versiones de la escritura.

Claramente podemos observar que aunque era un hecho conocido de Jesús no dejo de ser fuerte para Él.

Judas era uno de los suyos, no era un desconocido. Como sea el pasar tiempo con Jesús, permitió que “alguna clase de relación” se estableciera entre ellos.

Cuando pasamos tiempo con las personas nacen relaciones y producto de las mismas también nacen los afectos. Esto es lo más doloroso de las traiciones en cualquier nivel.

Juan capitulo trece dice que Jesús “como había amado a los suyos
que estaban en el mundo, los amó hasta el fin”.

Sabemos que Dios no puede mentir y Judas era uno de los suyos, era parte de los doce. Es triste que haya hecho lo que hizo pero él era uno de ellos también y con toda seguridad podemdos afirmar que Jesús le amó como a los demás.

Esto nos permite establecer que a Jesús no le fue indiferente que Judas le traicionara, y es más facil entender porqué se conmovió en espíritu.

Como ya dije, cuando alguno traiciona son precisamente los afectos los que más se resienten. Duele en lo profundo del ser haber sido traicionado en cualquier área.

Obviamente hay traiciones y traiciones. No da lo mismo que se equivoque un carpintero a que se equivoque un cirujano. El error del carpintero se tapa con masilla, mientras que el del cirujano con tierra.

La manera en que somos afectados difiere dependiendo del área en que seamos traicionados, pero de igual modo somos afectados.

Es importante, por tanto, meditar en este asunto. No sólo por el hecho de que somos afectados por la traición, sino especialmente por el hecho que nosotros también afectamos a otros cuando les traicionamos. ¡¡En esta área somos tanto víctimas como victimarios!!

Debemos proponernos que sin importar las circunstancias, no seremos instrumento para traicionar a nadie. Que no nos prestaremos para tan baja forma de actitud.

Debemos proponernos que nuestra vida estará marcada por la fidelidad. Hay personas que encuentran en la traición de otros, una razón (yo diría “excusa”) para devolver mal por mal, pero esa no es la regla de Dios.

Como ya he mencionado en otra ocasiones “a Dios no le importa TANTO lo que nos hacen como la forma en que RESPONDEMOS a lo que nos hicieron”.

Concretamente, Jesús se angustió cuando llegó el momento de decir que uno de los suyos le entregaría y puedes estar seguro que no sólo se angustió por lo que vendría, sino también porque quien le entregaba era uno de los que Él amaba.
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