Author: gabtorar
•4:20
Juan 17:15 "No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal"

Que importante es saber orar. Esta oración de Jesús no pudo ser más oportuna y exacta. El Señor sabía que se acercaba su hora, la de padecer, y que sus discípulos se escandalizarían Él y serían perseguidos a causa de Él.

Asimismo sabía que la obra empezada por Él necesitaría de gente que la continuara y en medio de todo esto, de los peligros evidentes que acechaban a los Suyos, elevó
esta plegsría: "Padre, no los saques de esta tierra, porque necesito que esta obra que me encomendaste ellos la puedan continuar. Si te pido que seas un escudo para ellos contra toda la maldad que intentará dañarlos. Se que eso es algo que tú, oh poderoso Padre, podrás hacer" ¡¡Y lo ha hecho hasta hoy!!

Estamos en la vispera de una festividad pagana llamada halloween, festividad antiquísima cuyo trasfondo es absolutamente oscuro y satánico.

Por desconocimiento, muchos adhieren a este tipo de "aparentemente" sano entretenimiento, y se hacen parte del mayor festival que el satanismo tiene.

La fecha escogida no es casual, correspinde justamente con la más importante del calendario satánico.

Halloween es la culminación de un mes (Octubre) en que las huestes de maldad se "sienten en su salsa".

Las consultas a los clarivedentes aumentan más que en cualquier otra época del año; aumenta la venta de material esotérico; se pierden niños que en muchos casos nunca vuelven a ser hallados (me temo que son ofrecidos en rituales satánicos), etcétera, y todo bajo el disfraz de una celebración que ni entendemos, ni nos pertenece.

¡¡Que oportuna la oración del Señor!! ¿No te parece?

La escritura enseña que si dos se ponen de acuerdo sobre algo en esta tierra, el Padre se hará cargo en los cielos.

Me uno a la oración del Señor Jesucristo y te pido:
"Padre, no nos quites del mundo, antes permítenos poder seguir siendo luz, pero Señor, guardanos del mal, de ese mal que se disfraza de bien, de ese enemigo que se presenta como ángel de luz pero que es príncipe de tinieblas. Guarda a los tuyos, a tus pequeñitos. Tú y sólo tú, tienes el poder para hacerlo y confío que una vez más lo harás hasta el día en que nos llames a tu bendito Reino, por Jesucristo el Hijo Amado, amén"

No adhieras a las obras de las tinieblas. Guárdate y a tus hijos de tal asociación con la oscuridad.

Mejor propone en tu corazón hacer lo que Cristo mandó: "dejen que los niños vengan a mí".
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