Author: gabtorar
•4:53
1 Samuel 17:45 "... dijo David al filisteo: tu vienes a mi con espada, lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos..."

En la vida siempre vamos a enfrentarnos a situaciones potentes y que nos sobrepasan. Bien podemos llamarlas "gigantes".

Situaciones que nos parecen tan altas e inalcanzables, que llegamos a sentirnos intimidados por ellas y a veces hasta nos paralizan por el miedo que provocan.

Israel, el pueblo de Dios, alguna vez enfrentó un gigante en particular que les causaba la misma reacción. La mayoría conoce el relato bíblico de Goliat, y los estragos que sus sola presencia provocaba en los escuadrones de Israel.

Sin embargo, y como suele suceder en el Señor, Dios tenía preparada un arma secreta contra este gigante. No se trataba de un hombre musculoso, experto en artes marciales y el uso de armas de guerra. Era un jovencito llamado David, pastor de ovejas, quien "al verlo con los ojos de Dios" se dió cuenta de quien era realmente el más grande allí y no sólo lo enfrentó sino que tan grande como era, hizo caer a Goliat en tierra.

¿Qué hizo la diferencia? ¿Cuál fue el elemento determinante para que David pudiera derrotar a Goliat?

No fue su estatura ni su fuerza física lo que le dió victoria. Fue su estatura espiritual y la fuerza que David tenía del Señor.

David cultivaba diariamente la comunión con Dios. En su tiempo a solas con las ovejas, cantaba al Señor sus salmodías y se empapaba de esa bendita presencia. De esa comunión provenía su fuerza y la visión que le permitió ver al gigante con otros ojos, verlo en su perspectiva correcta.

Goliat era el paladín filisteo: grande, fuerte, de aspecto fiero, bien armado en lo físico.

David, el paladín de Dios, la contraparte espiritual de Goliat, era mucho más fuerte y grande que Goliat por causa de con quien estaba: David estaba con el Señor de Señores, y en ese nombre, con esa fe, enfrentó al gigante y lo derrotó.

Erramos al tratar de enfrentar los gigantes de la vida con nuestras fuerzas. Ellas siempre son limitadas, pero las fuerzas del Señor no tienen medida.

Dios es más alto que los cielos, más grande que el vasto mar. Su poder es ilimitado y está disponible para todos los que lo necesitan.

El poder para vencer tus gigantes se encuentra en Él. ¿En qué nombre (con qué poder)vas a enfrentar tus gigantes? Dios es quien entrega los gigantes en nuestras manos. Él nos hace más que vencedores.

No luches solo(a), Dios quiere ser tu mejor aliado en las batallas cotidianas.
¡¡Ábrele las puertas, déjalo ser Dios en tí!!
|
This entry was posted on 4:53 and is filed under . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.

1 comentarios:

On 6 de abril de 2013, 22:27 , Anónimo dijo...

We are a group оf volunteеrs and opening a new
scheme in our cοmmunity. Your ωebsіte οffered us with ѵaluable іnfoгmation
to wοrk οn. You hаve done аn impreѕѕivе job аnd
our entire community will be grateful tο you.


my wеb-site; payday loans