Author: gabtorar
•6:43
9:1-2 Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego?

Cuán bien describe este pasaje la actitud que tenemos las personas hacia otros y sus desgracias.

Realmente hay en los seres humanos una fijación por atribuir las cosas que nos parecen negativas a “castigos de Dios” por alguna clase pecado que hayamos cometido, o que otros hayan cometido antes de nosotros.

Esa inclinación a pensar mal nos hace mucho daño y también a quienes nos rodean.

Me pregunto cuántas veces hemos juzgado en nuestros corazones a personas por lo que no hicieron, y no mucho después Dios se ha encargado de mostrarnos (para nuestra propia vergüenza) que no era más que una mala interpretación nuestra.

Los discípulos querían saber de quién era la responsabilidad por la ceguera de ese hombre.
En sus mentes pensaban que debía haber alguien o algo que hubiera producido semejante condición.

Si bien el hombre era ciego, los verdaderamente ciegos eran los que no veían que muchas de nuestras circunstancias no se pueden atribuir a que alguien hizo algo malo sino a la soberanía de Dios, es decir al hecho que Él tiene un plan con aquello.

Jesús les aclaró que la razón por la que Dios permitió que ese hombre naciera así era para que Sus se manifestaran en él.

No era ningún pecado, era simplemente la buena voluntad de Dios

¿Sabemos nosotros si aquello que hoy vemos como una adversidad pudo haber sido puesto allí por Dios para que Sus obras se manifiesten en nosotros, y a través de nosotros a muchos a otros?

Los que conocían al ciego, ¿te imaginas su reacción cuando este fue sanado y podía ver? ¿Cómo Dios debió haber sido magnificado entre esas personas?

Es ceguera nuestra querer encontrar culpables en cada una de las cosas que nos ocurren y que no logramos entender.

El pecado es ciertamente algo muy malo, pero es igualmente malo buscar pecado donde no lo hay. No es para nada justo que por ir en busca de justicia, hagamos injusticia.

Por convertirnos en “cazadores de pecado” terminamos atrapando toda clase de gente con situaciones que para nada tiene que ver con castigos consecuencia de alguna maldad.

El Señor hizo una advertencia en Su palabra que lamento tener que reconocer, no seguimos muy a menudo. El dijo que “no juzguemos nada ANTES de tiempo”.

Como dijera el anciano apóstol Juan al ángel de la iglesia en Laodicea: “unge tus ojos con colirio para que veas”.

No sé tú, pero yo creo que haríamos mucho bien en dejar a Dios ser Dios decidiendo los porqués de las cosas que pasan y no entendemos y asumir nosotros una actitud más fraterna y misericordiosa, en lugar de una crítica y de juicio.

Jesús puso lodos en los ojos del ciego, le mandó a lavarse y ya no hubo más ceguera en su vida. Problema resuelto

No puedo decir lo mismo de aquellos que buscaban hallar en ese hombre la razón de condición.

La ceguera que había en ellos les acompañó por bastante tiempo más
|
This entry was posted on 6:43 and is filed under . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.