Author: gabtorar
•3:20
Mateo 25:4 "Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron"

Esta parábola hace un interesante alusión a la condición actual de la iglesia. Nos habla de 10 vírgenes que estaban esperando la venida del esposo. Sin lugar dudas ese esposo es Cristo. De él es de quien se profetizó diciendo que así como fue alzado al cielo volvería a los suyos (Hechos 1).

Y estas vírgenes esperaban el cumplimiento de la promesa. Unas prudentes tomaron sus lámparas y aceite en sus vasijas. Las otras insensatas no se prepararon como era debido para la ocasión, solamente tomaron sus lámparas. Pero la lámpara requiere del aceite para alumbrar. La negligencia pasa la cuenta y nos puede costar caro cuando se trata de las cosas espirituales.

Estas vírgenes fueron insensatas porque no tomaron las medidas necesarias. El esposo podría tardar en venir o venir de noche y así fue.

Yo me pregunto si como hijos de Dios estamos tomando las medidas necesarias para que las cosas que están por acontecer (espiritualmente hablando) no nos tomen por sorpresa.

Otro asunto importante es lo que plantea el verso 8 "Todas cabecearon y se durmieron".

Esto me hace reflexionar sobre el estado de la iglesia. He visitado congregaciones donde la hermandad parece estar dormida, no consciente de la realidad del mundo en que vivimos. Veo un cierto relajo en cuanto a los asuntos espirituales. Hay cansancio en las vidas producto de los mucbos compromisos y no queda tiempo para lo del Señor.

¿De donde sacaremos el aceite sino de nuestra comunión con Dios?

El profeta del Antigüo Testamento, vertía sobre la cabeza del rey el cuerno ¿y qué habñi alli? ¡¡Aceite!!

El aceite representa el ungimiento. Necesitamos a diario recibir ese aceite fresco que desciende del Padre. A los enfermos se les ungía con aceite en la iglesia primitiva. El aceite tipifica al Espiritu Santo.

Las vírgenes insensatas no entraron a las bodas porque les faltó aceite para sus lámparas.

La medianoche de este mundo ha llegado, la promesa de la llegada del esposo sigue en pie. La lámparas está dispuesta (¡¡Lámpara es a mis pies tu Palabra!!). Todo parece estar listo, pero hay algo que nos compete a nosotros, el aceite: "nosotros lo debemos comprar" (v.9)

¿Hay un depósito suficiente de aceite en tu vida espiritual?

No dejes que nada te impida buscar el reino: que las cosas temporales no te detengan de buscar lo eterno. Después de todo, lo único que va a permanecer con nosotros cuando hayamos terminado nuestro camino en esta vida, es lo que hayamos hecho en Dios.
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