Author: gabtorar
•5:13
Génesis 22:1a "Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham..."

Hay caminos por los que los hijos de Dios debemos transitar y que no podremos evitar. El camino del desierto, de la tentación, de la traición, entre otros, y uno particularmente dificil para nosotros: "el camino de la prueba".

Nos parece raro escuchar que Dios quiera probarnos, pero en la vida ¡¡todo es probado!!

Los temblores prueban cuán asísmicos son las construcciones, los conflictos prueban cuán ferreo es el amor en una pareja, los desafíos laborales prueban cuán competentes somos. En resumen, todo es probado porque toda onra será expuesta por edio de la prueba.

El crisol prueba la pureza del oro, así como las pruebas de la vida la consistencia de nuestras convicciones y fe en Dios.

Dios prometió a Abraham (siendo este sin hijo)y a su esposa un hijo. Esye hijo era Isaac. Seguramente Isaac representó la máxima aspiración terrena para Abraham. A él le angustiaba esta idea de no tener otro heredero que su siervo damasceno y Dios viene a prometerle un hijo. Dios siempre cumple sus promesas y le dió a Isaac.

Pero al cabo de algunos años Dios regresa a Abraham, esta vez no a prometerle nuevas bendiciones, sino, de acuerdo a lo que dice el verso 1, "a probarle".

Nos embarga la alegría cuando Dios nos concede las peticiones del corazón pero ¿qué sentimos o (mejor dicho) cómo reaccionamos cuando el mismo Dios que bendijimos por habernos favorecido, nos pide aquello que tanto amamos?

Isaac era el hijo único de Abraham y Sara. DIos no da cualquier cosa pero cuando queire probar nuestro cprazón no nos pide cualuier cosa.

Dios es un Dios de exclusividades. No se conforma con algo simplemente.

Cuando se trata de probar el corazón, Dios no se anda con rodeos, va directo al grano.

Debemos estar preparados tanto para recibir de Dios, como ser despojados de parte del Señor.

Me asusta ver en las congregaciones que no se prepara a la hermandad para estas cosas inevitables en la vida de todo hombre o mujer cristianos.

Nunca debemos olvidar en todo caso que Dios es compasivo.

Agradezco que Abraham no le rehusó al Señor su mayor posesión. Estuvo dispuesto a entregarlo sin oposiciones. Del mismo modo que Dios como Padre, no rehusó entregar a Su Único, a Jesucristo por nosotros.

Dios no necesitó tomar lo que pidió de Abraham cuando este estuvo dispuesto a darlo. Probó su corazón y salió airoso en la prueba. Dios le hizo padre no sólo de uno sino de muchedumbres.

Creo que Dios en algún momento va a venir a probarnos y espero que estemos lo suficientemente bien parados en la fe de modo que podamos decir: "es tuyo Señor, tómalo si así lo deseas"
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