Author: gabtorar
•3:53
1 Corintios 16:14 "Todas vuestras cosas sean hechas con amor"

La vida agitada consecuencia de este mundo tecnologizado, nos ha hecho olvidar esta premisa que es baluarte de cualquier actividad verdaderamente cristiana: "lo que hacemos, debe ser hecho con el espíritu correcto, y ese es un espíritu de amor".

A los ojos de Dios no existe motivación más sublime. ¡¡Pero cómo lo hemos olvidado!!

En este mundo en que vale más la producción que la calidad de lo producido, indudablemente suena extraño que se nos recuerde que las cosas deben ser hechas con amor.

La misma escritura nos recuerda que el amor cubre multitud de pecados. Pero hoy es mejor visto hacer las cosas, ("cumplir", sin importar cómo) que hacerlas con la correcta motivación.

Lo negativo de ese sistema es que nos despersonaliza. Nos vuelve autómatas.

En la grandes tiendas, bancos, y otras compañías, muchos vendedores van buscando más el cumplir con ciertas metas que el brindar una atención de calidad, por ejemplo.

¡¿Cuántas críticas se hacen a los servicios de post venta?! Cuando tu llegas por primera vez al lugar, se esmeran por hacerte sentir "importante", pero una vez adquirido el producto, nadie se hace cargo si este presenta alguna falla. Para entonces todos estas "ocupados" en algo más importante que tu situación.

A nuestro mundo le falta hoy día gente que se proponga hacer una diferencia. ¡¡El cristiano es llamado a hacerlo!! No sólo con lo que predica sino aún en mayor medida por la manera en que vive y trata a su prójimo.

Las iglesias no se escapan a esta regla.

Muchas personas hoy se acercan a la iglesia buscando un sermón alentador. Algo que nos hable de éxito (el verdadero éxito de la vida consite en entender cuál es la voluntad de Dios y hacerla), un mensaje que sea como una palmada en la espalda, la receta para la vida feliz. Y a veces no es lo que se encuentran.

El sermón puede ser duro (especialmente cuando debe tratar con aquellas areas pecaminosas que están arraigadas en nuestra vida y que Dios desea eliminar, anytes que ellas nos eliminen del Reino de Dios), pero nunca debe estar inspirado por otra motivación que no sea un espíritu de amor.

El amor del que Dios habla aquí no tiene nada que ver con "hacer vista gorda" de situaciones que vemos en nuestros seres queridos o hermanos, y que preferimos "obviar".

¡Todo lo contrario! El amor de Dios corrige. A quien ama, Dios lo disciplina y aun azota (dice la escritura) a aquel que recibe por hijo.

El llamado es a hacer nuestras cosas con amor. Donde sea que estemos, en lo que el Señor nos haya llamado a hacer: tratar con pacientes, atender clientes, conducir un taxi, dirigir una congregación, enseñar en una escuela, o hacer los quehaceres diarios del hogar, lo que sea el Señor haya encomendado, debemos hacerlo, pero no sólo hacerlo, sino hacerlo con amor.

Nada le hará mejor al prójimo (y a nosotros mismos) que hacer lo que dice el Señor.
|
This entry was posted on 3:53 and is filed under . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.

1 comentarios:

On 24 de abril de 2019, 4:41 , Unknown dijo...

Que hermosa palabra. De vida. DIOS le vendiga hermano.