Author: gabtorar
•5:18
Juan 15:12 “Este es mi mandamiento: que os ameis unos a otros como yo os he amado”

Pienso de acuerdo a la experiencia que he recibido como cristiano, que uno de los temas que más les quita el sueño a los hijos de Dios es el tema de “la voluntad de Dios”. Muchos se preguntan ¿Cuál será la voluntad de Dios para mi vida?

Este cuestionamiento es, además de legitimo, importante de hacerse porque deja entrever que para tal persona la vida no consiste solamente en vivir (o sobrevivir) el día a día, sino que entienden que somos parte de un plan mayor, donde Dios nos ha asignado tareas que vale la pena desempeñar y hacerlo bien.

Creo que muchas personas tienen la impresión que al conocer la voluntad de Dios para ellos, sus dilemas se acabarán. Tambien he aprendido que al conocer la voluntad del Señor nuestros dilemas recién comienzan porque lo más complicado no es conocerla sino vivirla, una vez conocida.

Hecha esta introducción que considero necesaria apunto al versículo de esta reflexión. La voluntad de Dios nos ha sido explicitada muchas veces pero no nos percatamos de ello.

El verso 12 dice “ESTE es mandamiento”. En otras palabras “ESTA es mi voluntad para ustedes” ¿Cuál? “que OS AMEIS a otros”.

Por increible que parezca, la voluntad fundamental, básica de Dios para todo cristiano es que ame a su prójimo. Es el punto de partida, el enlace medio y el objetivo final de la vida cristiana.

Pablo decía que uno podía dar su cuerpo, conocer todos los misterios, tener toda la fe, pero si no había amor de nada aprovechaa.

Jesús criticó la actitud (el espíritu) de ciertos religiosos y por las claras les dijo: “yo os conozco que NO TENEIS AMOR DE Dios en vosotros” (Juan 5:42)

Por tanto, de poco aprovecha querer ganar el mundo para Dios si en nuestro entorno más cercano familia e iglesia, por mencionar algunos, no practicamos este MANDAMIENTO fundamental dado por Cristo.

Es fácil amar a Dios, pero Jesús mandó amar al prójimo también. Si a esa persona que nos parece detestable, también el Señor nos mandó amarla.

Claro que es difícil amar a los más lejanos a uno, si uno no es capaz de amar a los que tiene más cerca primero ¿no?

Concretamente considero oportuno detenerse en esta convulsionada vida que llevamos y por unos minutos reflexionar: ¿Estamos cumplimiendo esta voluntad divina de amarnos unos a otros?

¿Es este mandamiento de Cristo una prioridad en mi?

Si la iglesia no logra caminar en esto que es el ABC de Dios, difícilmente podrá alcanzar hacia las ligas mayores que Dios preparó para los que le aman.

¿Quiénes son los que le aman? Los que hacen la voluntad del Padre y guardan sus mandamientos (Juan 14:15) incluyendo el de “amarse unos a otros”.
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