Author: gabtorar
•6:30
Colosenses 2:10a “y vosotros estáis completos en Él…”

El hombre moderno se haya a sí mismo en una loca carrera por conseguir “aquello” (que muchas veces ni siquiera está claramente definido) que le hará sentirse pleno.

¿Cuántas de las cosas que compramos y que nunca llegamos a ocupar son la respuesta impulsiva que concedemos a este deseo por tener algo que nos llene?

Algunos piensan que teniendo más dinero estarán plenos. Otros menos materialistas, creen que es mediante una buena relación con sus familiares. Otros buscan en las religiones. Otros en hacer buenas obras, y asi sucesivamente.

El apóstol Pablo fue directo con los hermanos de Colosas, les dijo claramente que nosotros (los cristianos) “estamos completos en Él”

Eso significa que ya no nos falta nada.

Una vez que Cristo viene a nuestras vidas somos completados. Aquello que nos faltaba y que buscábamos sin saber bien dónde o cómo encontrarlo, es por fin hallado cuando Cristo llega a nosotros.

Un cristiano puede desear muchas cosas, pero que le falte algo, es otra totalmente distinta.

Al llegar Jesús esa necesidad fue suplida una vez y para siempre. Él llenó la medida de lo que nos faltaba y nos dió todavía más.

Piensa por un momento en la plenitud que tuviste cuando Cristo vino a tu ser. Todo cambió dentro de tí ¿no?. Muchas cosas por fuera siguieron igual, pero dentro hubo una revolución, un santa revolución.

Jesús suplió en ese minuto la necesidad de tu alma y te permitió mirar por primera vez la vida con otros ojos. Adiós angustias, adiós temores, adiós rencores. Cristo había llegado con su luz disipando las tinieblas de tu alma. Y esta luz de Cristo no sólo disipó la oscuridad sino que trajo gozo a nuestro ser.

La pregunta es ¿Qué pasó? ¿Qué nos hizo sentir nuevamente la necesidad de algo más?

No que necesitemos algo más, pero el enemigo de nuestras almas nos convence (¡cual spot publicitario!) que nos falta algo aún.

Por ello he considero oportuno recordarnos las palabras de Dios a la iglesia de Colosas: “Estamos completos en Él”. Esto no es por sentir sino por convicción por fe.

Si Dios dice que Cristo era lo que en verdad faltaba y Si Cristo vive por la fe en nuestros corazones, entonces no hay más que hablar, la última palabra ha sido dicha por el Señor y entonces estamos completos, plenos en Él.

Adán y Eva no necesitaban nada, estaban completos en Dios y en la vida que Dios les había dado, pero la serpiente vino (como viene a nosotros hoy) intentando convencerles de que a sus vidas les faltaba “algo”. ¡¡Que gran mentira!!

Al creer al diablo ellos perdieron TODO, porque en verdad YA tenían TODO.

No creas a las mentiras del enemigo que se disfraza de muchas formas para tratar de quitarnos lo que Dios nos ha dado.

Cristo es la medida perfecta de plenitud, y si lo tienes a él ya no necesitas nada más.

Todo lo demás, esposa, esposo, hijos, casa, trabajo, amigos, es añadidura, por la cual damos infinitas gracias a Dios pero, aunque todo lo anterior faltara (y podría llegar a faltarnos, sólo Dios sabe) todavía estamos completos en Él.

No te dejes convencer por el diablo y sus mentiras de que algo te falta. Satanás vino a robar a matar y destruir, y eso no lo debemos olvidar.
|
This entry was posted on 6:30 and is filed under . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.