Author: gabtorar
•4:48
El aspecto que determinará si llego o no a encontrar lo que ando buscando, será precisamente tener claro qué ando buscando.

Hemos oido que hay quienes siguen a Jesús por "los panes y los peces", esto es, "los beneficios que pueden conseguir de Él", y aunque esto sea legítimo, es errado.

Mateo 7:7-8 “pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá. Porque todo aquel que pìde recibe y el que busca halla, y al que llama, se le abrirá”

Cristo no vino de asistente social al mundo. Él vino como embajador de un reino superior a este en todo sentido.

Vino con la misión de restablecer las relaciones que estaban rotas por causa del pecado de los hombres.

Vino con el respaldo del poder de Su Reino. Señales que (con el respeto de los cesacionistas) todavía siguen porque el poder de ese Reino no se ha terminado, es más, está recién empezando a manifestarse.

Pero los hombres egoistas se quedaron en los beneficios temporales de ese reino y no entendieron la voluntad o dinámica del mismo.

El evangelio fue enviado como un beneficio para los hombres. ¿Quién podría negar que el evangelio trae beneficios a los enfermos, oprimidos, angustiados, enlutados y en general, a todo aquel que está abierto a recibirlo?

Sin embargo, el evangelio tiene en perspectiva un beneficio mayor. La sanidad de un enfermo es un tema temporal y terreno, pero comparado con la salvación eterna del alma. ¿Qué será más provechoso? ¡¡Ese si que es un beneficio impagable!!

Jesús estableció que uno hallaría lo que ande buscando, para bien o para mal.

Por eso es tan importante que definamos bien la pregunta en nuestro interior: ¿Busco a Dios por sus beneficios temporales de provisión o ayuda, le busco por el beneficio eterno de la salvación del alma, o le busco porque Él una vez me buscó, y hoy me siento irrestiblemente atraido por Él y su evangelio?

Podemos legitimamente tomar todos los beneficios que el evangeio ciertamente da y todavía perdernos el privilegio mayor de tener amistad y compañerismo con el Todopoderoso Creador.

En los tiempos de Jesús, muchos se beneficiaron de sus milagros y fue todo lo que recibieron de Él, porque no cambiaron sus vidas, no se arrepintieron de sus maldades, ni abandonaron sus malas prácticas.

Permitieron egoistamente que ese reino que Jesús representaba les hiciera bien, pero rehusaron comprometerse con la política de ese reino (entiéndase lo que quiero decir por "política").

La voluntad de Dios es que nos volvamos a Él, abandonando las prácticas dudosas, y tengamos así entrada en Su Bendito Reino. El apartarse del mal es requisito para tener parte con Él.

¿Qué estamos buscando? ¿La ayuda temporal de un Dios que (de hecho, al igual que lo hizo Jesucristo) está dispuesto a tendernos la mano?

¿Nos conformaremos con recibir los beneficios solamente o iremos un paso más allá para encontrarnos con el benefactor?

Te recuerdo que lo que encuentres (recibas de parte de Dios), estará en directa relación con lo que andes buscando.

Espero, por tanto, que el motor de tu búsqueda no sea lo que Él te puede dar, sino Él mismo. ¡¡No encontraremos beneficio mayor!!
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