Author: gabtorar
•6:21
Lucas 15:18 “me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre he pecado contra el cielo y contra ti”

Estas palabras fueron pronunciadas por el hijo pródigo. Un hijo que teniendo junto a su padre todo lo necesario para vivir una buena vida (en todo sentido), prefirió tomar su parte de la herencia para ir a vivir perdidamente (v.13).

Este hombre indudablemente cometió un grave error prefiriendo lo malo. Es un error porque al optar por este camino se metió en problemas, mientras que al vivir bajo la cobertura del Padre no tenía mayores dificultades.

Podemos afirmar con seguridad entonces que este hombre pecó y gracias a Dios fue él mismo quien se dió cuenta de ello.

Como lo señala el versículo el hijo reconoció haber pecado contra el padre, pero también reconoció haber pecado contra el cielo.

Contra el padre por cuanto le pagó mal a quien le había hecho bien. Pecó contra el padre porque prefirió una vida licenciosa, de pecado, de bajeza moral y espiritual, antes que la vida ordenada que el padre le ofrecía junto a él.

El hecho que hubiera querido ir a vivir perdidamente significa algo. Denota una insatisfacción. Había algo en esa vida al lado del padre (algo negativo por cierto) que él quería y no encontraba allí.

Al irse en pos de ese sueño se dió cuenta de la realidad: esa vida que parecía buena era sólo un espejismo, la única vida buena que existía el YA la habia conocido y ¡¡horror!! la había desperdiciado.

Junto al padre tenia una vida, mientras que en su condición actual y a punta de humillaciones, apenas “sobrevivía”.

En verdad pecó contra el padre. Fue un necio, un mal agradecido. El padre le habia dado estatus de hijo y el quería vivir como un bastardo (le invito a revisar la definición de esta palabra).

Este hombre reconoció también que habia pecado contra el cielo. Claro, Dios le observó en cada uno de sus caminos torcidos, de sus desatinos. En cada una de las acciones pecaminosas en las que decidió involucrarse, Dios fue testigo ocular.

Es que no hay forma de escapar de la mirada del Señor. Nos podemos alejar de Su Casa (la iglesia) pero no de su mirada.

Así que en verdad pecó contra el cielo y contra el que está sentado en el trono de los cielos, contra el Omnipotente.

¿Por qué? Porque no honró a su padre, como Dios demanda en su Palabra. Todo lo contrario, con esa vida perdida le deshonró. Dehonró al padre mal gastando lo que el padre con trabajo habia obtendido para el como heredero.

Esta historia es triste ¿verdad? Al leerla nos parece tan injusta la actitud del hijo, le encontramos tan poco sensato y a la vez tan falto de cordura en preferir esa clase de vida antes que la que su padre le ofrecía amorosamente.

Lamentablemente esta es NUESTRA HISTORIA.

¿Cuántos de nosotros escogemos lo malo en contra de lo que nuestros padres terrenales (y el Padre Celestial) nos han enseñado?

¿Cuántos de nosotros en un afán por descubrir el mundo, decidimos vivir perdidamente y le damos la espalda a Dios?

¿Cuántos que alguna vez experimentaron el toque de Dios, Su Amor, Su Sanidad, Su Provisión y Protección, en un deseo desordenado, se apartaron de Él, en pos de sueños que no lograron y que hoy dia les tienen maltrechos y angustiados?

Hay algo bueno dentro de todo lo malo que hizo el hijo pródigo y debemos ser justos en mencionar:
Primero, reconoció su condición de necesidad (v.17)
Segundo, se humilló y reconoció su pecado (v.18)
Tercero, y tal vez esto sea lo más elogiable porque a la postre posibilitó su restauración, “decidió levantarse”

Muchas personas que “caen”, se lamentan de su caida, lloran por su estado, se culpan y culpan a otros, se excusan, se justifican, se enojan, pero no hacen lo único que les ayudará a continuar: “levantarse”.

El hombre dijo: “me levantaré” y con la misma determinación que un día abandonó al padre, ahora se levantó para ir (humillado, ya no con altivez, sino con un corazón que habia aprendido la lección) de vuelta a él.

¿El resultado? Restauración.

El padre lejos de increparlo le recibió brazos abiertos, hizo fiesta por haber recuperado a un hijo que el sabía estaba muerto (lo estaba en delitos y pecados), mas ahora Dios le habia revivido.

El padre le alimentó, le vistió de ropa y calzado y como siesto no fuera suficiente, le puso anillo en el dedo. ¡¡Asi es nuestro Padre Celestial!!

Si tu has sido un pródigo con él, si le abandonaste para ir detrás de aquello que te rompió el corazón (un amor, un trabajo, un sueño quizás) y te dejó en la bancarrota espiritual, ¿por qué no te levantas y vuelves al Señor, a tu Padre Dios, antes que termine este año?
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1 comentarios:

On 30 de diciembre de 2009, 10:57 , Anónimo dijo...

n0 puedo evitar llorar al leer esto ...amen


felipe