Author: gabtorar
•4:20
Rom 13:7 Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra.

Meditando sobre qué compartir en la iglesia local, el Señor me llevó a ver el amor desde la perspectiva que se menciona aquí en Romanos 13, donde dice que debemos pagar a quien debemos lo que debamos.

Un pensamiento al parcer bien olvidado en los círculos cristianos es el de la responsablidad. Dios es responsable y nos da ejemplo para seamos como Él.

Jesús mismo pagó el tributo para el templo (la pesca pintoresca de Pedro, en que sacó un estatero del pez), porque corresponde dar lo que merece a quien lo merece.

No sólo en términos monetarios, del mismo modo debemos pagar con honra a quien lo merece, con respeto a quien lo merece, y así sucesivamente, pagar lo que corresponda pagar. ¿Por qué? Porque hemos aprendido ya que "el amor no hace nada indebido".

Aun nuestra salvación tuvo un precio que debió ser pagado. El Señor asumió ese costo y pagó con su propia vida. Otro ejemplo de la responsabilidad de Dios.

No somos salvos "por suerte" sino como resultado de que alguien asumió el costo de nuestros pecadoa. El Señor puso Sus reglas, dio la ley, y la ley encerró todo bajo pecado. Cuando el hombre se volvió deudor (la paga del pecado es muerte) Dios entregó el valor mas alto disponible: su Hijo Unigénito para redimirnos del poder del pecado que se hacia fuerte por medio de la ley.

De tal manera que aun la salvación debió ser pagada: Si nuestro Dios ha dejado semejante ejemplo ¿cómo no responderemos nosotros del mismo modo?

Por cierto, la escritura enseña que "no debamos a nadie nada" (v.8). En cuanto dependa de nosotos mantengámonos alejados de las deudas, pero en el caso de haberlas contraido, hagamos lo que nuestro Dios nos ha enseñado: pagar a quien debamos, porque esto es justo ante Sus Ojos, y porque haciéndolo estaremos cumpliendo de manera concreta los dos grandes mandamientos del cristiano: "amar a Dios" (por cuanto estaremos obedeciendo su palabra, y "amar al prójimo como a nosotros mismos".

Nuestros padres merecen respeto, démosle ese respeto. Las autoridades merecen sujeción, démosle esa sujeción.

Más alla de si estamos o no de acuerdo con "la forma en que se hacen las cosas". En lo único que necesitamos estar de acuerdo es en el hecho que no hay autoridad puesta que no haya pasado por el consentimiento del Señor. Eso es suficiente para sujetarnos (siempre que no nos haga ir contra la voluntad revelada de Dios), y demostar que como cristianos, mejor que nadie, entendemos el principio de la autoridad.
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