Author: gabtorar
•7:41
Mateo 20:33 “Ellos le dijeron: Señor, que sean abiertos nuestros ojos”.

Nuestro versículo habla de 2 hombres que estaban sentados junto al camino cuando Jesús salía de Jericó y que al oír que Jesús pasaba invocaron Su Nombre pidiendo misericordia. Ante la insistencia de sus gritos cada vez más altos Jesús se acercó preguntado que querían. Ellos le dijeron que necesitan que sus ojos se abrieran. Jesús el compasivo Hijo de Dios, les tocó los ojos y en seguida recibieron la vista. ¡¡Como Dios nos cambia la vida con un sólo toque de Su Poderosa Mano!!

Pero este versículo nos pone en el terreno de una situación que no dista mucho de lo que vivimos hoy día.

Una de las más grandes necesidades sociales de nuestro tiempo es poder recibir el milagro de la vista. Es que son millones las personas que “viven a tientas”, porque se encuentran “espiritualmente ciegas”, incapacitadas para ver el abismo de dolor que les espera por delante.

El panorama del mundo no es para nada alentador. Sin el afán de querer alarmar, pero si teniendo la sana motivación de advertir en amor sobre lo que está por venir, al mundo no le esperan días muy buenos que digamos. El informe meteorológico (espiritualmente hablando) dice que “habrá cielos cubiertos con nubes de oscuridad y y terribles tormentas” para el mundo.

Es que aun la tierra gime esperando ser redimida de la maldad que hay en el corazón de los hombres. Tal como lo dijera el Señor a Caín: la sangre de tu hermano (Abel) CLAMA A MI DESDE LA TIERRA.

¿Cuánta más sangre inocente ha sido derramada después de ese penoso incidente ocurrido en el Génesis?

Por ello digo que hay una gran necesidad de que los ojos de muchos sean abiertos, para que puedan ver la realidad y puedan tomar las medidas necesarias en Dios para enfrentar las tormentas venideras.

Todos los profetas de la escritura advirtieron que los tiempos postreros serán tiempos muy difíciles, de dolor, de tristeza. Donde los corazones de muchos desfallecerían a causa de lo calamitoso de las condiciones existentes.

En el capitulo 24 de Mateo Jesús contestó la pregunta de sus discípulos concernientes a Su Segunda venida y al fin del siglo: Las señales que Jesús dijo fueron claras: “pestes, hambres y terremotos en diferentes lugares”.

Con todo el corazón creo que estamos en este tiempo y Jesús dijo que sería PRICNCIPIO DE DOLORES. A esto seguiría una persecución motivada por la intolerancia y odio del espíritu del mundo contra Dios y sus seguidores. Seguida de una apostasía de la fe, el levantamiento de falsos profetas que ENGAÑARÍAN A MUCHOS, (por supuesto con falsas doctrinas y revelaciones, entre ellas: la prosperidad, autorrealización y éxito terrenales, y otras similares) lo que daría como resultado que el amor (caridad) de muchos se enfriaría.

Finalmente en medio de este sombrío panorama PARA EL MUNDO (no así para la iglesia que entendiendo el tiempo en que vive se esforzará y será purificada por estas mismas condiciones adversas. Eso ocurrió con la iglesia primitiva y recordemos que todo vuelve al principio) será cumplida la predicación del evangelio en TODO EL MUNDO y entonces vendrá el fin.

Algo se acaba JUNTAMENTE con el cumplimiento de la predicación del evangelio. ¿Qué es? A mi juicio (y creo que la escritura me respalda en esto) lo que acaba es la era de la iglesia.

El rapto tiene lugar en ese tiempo, y todo el enfoque ahora es puesto SOBRE Israel, el pueblo de Dios.

Junto con el fin de la era de la iglesia, finaliza la dispensación de del tiempo de los gentiles e Israel se vuelve a convertir en el centro de todo el quehacer y mover espiritual.

El anticristo se convierte por decisión unánime de los gobernantes del mundo en el “gran líder salvador”. A esa altura del partido el mundo estará lo suficientemente desesperado por alguien (da lo mismo quien o su origen o procedencia) que les de una solución a todos los conflictos armados, crisis financiera (que entonces si va a ser una verdadera crisis)

Aun los Israelitas lo confundirán con el Mesías que tanto han esperado.

Queda mucho por contar que la escritura enseña. La pregunta es:
¿Estaban abiertos tus ojos a estas realidades? ¿O más bien te das cuenta que tu ojos están cerrados (ciegos) a lo que Dios ha dicho en Su Palabra que está por venir?

Si ese fuera el caso. Clama a Jesús como esos dos hombres ciegos.

Ellos alcanzaron misericordia de parte del Señor y les dio la vista. ¡Tú también la puedes recibir!

El no ha cambiado y todavía es poderoso para hacer tal clase de milagros en los que se atreven a creer.

Jesús señaló que MUCHOS serían engañados. Es más sencillo llevar por un camino falso a un ciego que a uno que tiene ojos para ver por donde le están llevando. Por eso necesitamos lo que Dios le dio esos hombres y lo necesitamos con urgencia.

Jesús termina diciendo: “ya os lo he dicho ANTES” (Mateo 24:25)
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