Author: gabtorar
•11:32
Apocalipsis 2:21ª “y le he dado tiempo para que se arrepienta pero no quiere arrepentirse…”

Nadie que se haya encontrado verdaderamente con el Señor alguna vez en la vida, podría poner en duda el gran amor que tiene para con nosotros Su Creación.

El Señor es increíblemente paciente, dándonos por medio de SU gran paciencia la posibilidad de ordenar nuestro vivir de acuerdo a Sus Principios y Mandatos. Porque es justo decir que Cristo no viene a nosotros sólo para ser una grata compañía sino especialmente para ORDENAR NUESTRO VIVIR y alinearlo con Su Voluntad”.

Y en este punto nos encontramos con un asunto delicado. ¿Hasta dónde puede durar la paciencia de Dios? ¿Hasta que punto Dios está dispuesto a esperar que decidamos vivir correctamente después de haber recibido Su Voluntad?

Muy honestamente debemos reconocer que nos agrada la idea de un Dios que nos ayude en nuestras dificultades pero nos disgusta la idea que ESE MISMO DIOS ponga demandas de sobre nuestras vidas, de abandonar lo malo, de abrazar lo bueno, de vivir correctamente según SUS CONCEPTOS de bien y mal.

Todos los seres de esta Tierra somos beneficiados por Dios. EL Señor hace salir el sol y hace llover sobre justos e injustos, el aire que respiramos ÉL lo concede gratuitamente para que todos podamos vivir, pero todo tiene un límite.

La Biblia enseña claramente que Dios es ilimitado, pero ÉL decide el principio y fin de las cosas, y esto incluye Su Paciencia.

La escritura dice que Dios concede tiempo para el arrepentimiento, pero a veces “no queremos” arrepentirnos.
Y cuando Dios ve esta determinación en el corazón del hombre no le queda más salida que entregarnos a nuestra necedad.

Por cierto esta no es la primera alternativa que Dios tiene a mano pero realmenytehjay personas qu nodesean cambiar. Sesientan cómodas en su vivir aunque est sea reprobado por el Señir.

La Biblia habla de personas que no tienen en cuenta a Dios (que es el principio de la sabiduría), incluso no de personas que no conozcan a Dios sino precisamente de personas que HABIÉNDOLO CONOCIDO, se deleitan en la maldad y no creen que Dios pueda juzgar la maldad de sus obras.

Me temo que en el tiempo en que vivimos hemos llegado a creer que puede haber cielo sin infierno y salvación sin genuino arrepentimiento, lo cual es tremendamente peligroso.

Jesús y sus apóstoles perdieron SUS PROPIAS VIDAS compartiendo este mensaje radicalmente y Dios no ha cambiado por eso es oportuno preguntarse. ¿Hasta cuando DIOS estará dispuesto a esperar a que tomemos la decisión de abandonar la maldad y abrazar el bien?

Yo espero que con seriedad podamos decidir hacer la elección ya, porque del día de mañana nos sabemos, ese día no nos pertenece y podemos ser engañados por el maligno y llegar a creer que Dios nos esperará indefinidamente.

En los aspectos terrenales sabemos que hay decisiones que requieren estudio y diligencia y le otorgamos a esos asuntos la urgencia que merecen. ¿¡Cuánto más diligentes deberíamos ser cuando lo que está en juego es el destino eterno de nuestra propia alma!?

Dios nos ha dado tiempo para hacer lo que debemos hacer.

A veces nos excusamos con las muchas tareas de la vida, pero DIOS no es injusto. Él no nos exige lo que no podemos.

Tal vez el problema radique en que NO QUERAMOS ARREPENTIRNOS o NO TENGAMOS LA VOLUNTAD de hacer los cambios pertinentes.

Si hubiera algo hoy que te inquieta respecto a tu salvación eterna no lo postergues para mañana. Ese mañana podría nunca llegar. Mañana podría ser demasiado tarde.

El Señor dice en su palabra “Si oyereis HOY SU VOZ, no endurezcáis vuestros corazones”

Dios puede (y quiere) hacer grandes cosas con nosotros mañana, pero para eso es imprescindible arreglar nuestras cuentas con Él hoy.

¿A qué esperar?
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