Author: gabtorar
•8:19
Lucas 1:20 “Y ahora quedarás mudo y no podrás hablar, hasta el día en que esto se haga, por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo”

La incredulidad, ¡¡que terrible enemiga de la fe y de la obra Dios!!

Desde el principio se mostró como uno de los grandes problemas del hombre, así como la desobediencia y el egoísmo.

En este relato del capítulo 1 de Lucas hay mucha riqueza para el espíritu. En efecto lo acontecido a Zacarías debe sentar un referente para que no nos ocurra lo mismo.

Zacarías y su mujer Elisabet no podían tener hijos. Agradeceré lean desde el verso 5 al 14 para una mejor comprensión del asunto)

En los tiempos bíblicos era considerado una afrenta que la mujer no pudiera concebir y para el varón era muy lamentable no tener quien le heredase.

Estos dos eran ya mayores y las posibilidades matemáticas ya no permitían que pudiera llegar el tan ansiado retoño.

Sin embargo, todo cambia cuando Dios entra en la escena de los hombres. El factor “Dios” es el menos considerado siempre, y a la vez, el más relevante de todos.

Una de las lecciones que debemos rescatar aquí es que el ángel de Dios vino a Zacarías para hablar de algo que era valioso para él mientras este estaba “sirviendo a Dios”.

A menudo las personas desean que Dios actúe mientras ellos esperan descansadamente en algún lugar, pero este verso nos recuerda un principio importante de la escritura: “cuando yo me ocupo de las cosas del Señor, el Señor se ocupa de las mías”.

Zacarías estaba sirviendo a Dios cuando vino el ángel con la maravillosa noticia.

Estoy seguro que tú debes tener imposibles en tu vida en relación con temas espirituales y otros terrenales y en el fondo de tu corazón deseas que Dios haga ese milagro, pero necesito preguntarte: ¿Estás sirviendo a Dios?

La palabra del Señor enseña que todo lo que uno siembra, eso cosecha. Si yo no estoy sembrando en servicio a Dios ¿por qué Dios tendría que servirme en MIS necesidades? Piénsalo.

¿De qué manera colaboramos con los planes de Dios?

Dios tiene planes que no serán llevados a cabo hasta que nosotros decidamos comprometernos con Él.

Del mismo modo, nosotros tenemos necesidades con las que Dios no se comprometerá, hasta que vea nuestro compromiso.

Conozco personas en las congregaciones donde comparto la palabra de Dios, que están esperando que Dios salve o sane a algún ser querido pero, veo que eso no ocurrirá, no porque Dios no pueda o no quiera hacerlo, sino porque Dios también espera de nosotros (ellos) y el compromiso que ellos que tienen con Dios es mínimo: escasamente se congregan, escasamente apoyan financieramente, escasamente se puede contar con ellos para las necesidades de la obra (enseñar, asear, etc) porque están demasiado ocupados en sus asuntos personales. ¿Por qué Dios tendría que tener tiempo para ellos? Por qué Dios tendría que correr a contestar sus oraciones?

He aprendido caminando con Dios que un milagro nunca viene sobre la nada, siempre Dios realiza un milagro sobre la base de algo que nosotros hacemos primero.

Fíjate en los evangelios que siempre Jesús respondía a la iniciativa de los hombres que venían a Él. Ellos no se quedaban sentados esperando que Dios los sanara, ellos se movían en fe HACIA Dios.

La incredulidad nos hace perdernos una de las mejores cosas que Dios tiene para nosotros: conocerle en Su grandeza y Majestad de Dios Omnipotente, capaz de hacer esas cosas que para nosotros son imposibles.

Hay una mentalidad (doctrina) simplista que pone al Señor en lugar de un “benefactor” que nunca se cansa de hacer el bien, no importa lo que nosotros hagamos, pero Dios no es así. Si bien el Señor es bueno y paciente, la idea de Su bondad y paciencia es darnos la oportunidad de cambiar. Por ello es importante conocer a Dios en verdad.

Muchas personas quieren ver a Dios actuar y lo curioso es que Dios está esperando lo mismo de nosotros.

Te aseguro que Dios quiere que le mostremos nuestra fe por medio de nuestro actuar, de nuestro seguirle, de nuestra obediencia a Su Palabra.

Si la Palabra de Dios dice: “congrégate”, hazlo; si dice “ora sin cesar”, hazlo; si dice “perdona al que te ofendió”, hazlo; si dice “trae tu diezmo”, hazlo.

Si has entendido que Dios te ha dado algo (talento, habilidad, recursos) con lo que le puedes servir: ¡sírvele! ¿Qué esperas?

¡¡Muchos de esos milagros que necesitamos del Señor los tenemos estancados nosotros mismos!!

Dios no nos dejó Su Palabra para que discutiéramos con ella o sobre ella, eso no trae provecho.

Los que ponen en tela de juicio la biblia, por su incredulidad, seguramente van a ir al infierno, pero los que la aceptamos veremos sus beneficios si la practicamos, porque Él la dejó para que la vivamos.

Zacarías recibió la noticia de ese hijo imposible de tener cuando servía a Dios. ¿Cuál es tú imposible?

Comienza a servir al Señor que todo lo puede.
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1 comentarios:

On 28 de abril de 2010, 22:11 , Anónimo dijo...

bueno en realidad no tengo un imposible. pero si quiero servirle al señor y a veces no se como, gracias a dios me congrego cada vez que puedo.