Author: gabtorar
•11:28
Job 9:5 "Si tú de mañana buscares a Dios, y rogares al Todopoderoso"

Lo anterior está planteado de manera hipotética: "si..."

Lo cierto es que justamente las personas NO buscan de mañana a Dios, ni ruegan al Todopoderoso… hasta que se ven sobrepasados por las circunstancias de la vida.

¡¡Y pensar que Dios nos creó para que estuviéramos en comunión con Él!!

Pero rehuimos Su compañía como lo hicieron Adán y Eva cuando oyeron la voz de Dios que se paseaba por el huerto.

Desde luego eso no fue siempre así. Mientras ellos caminaron en rectitud y obediencia se acercaban libremente al Señor.

Con toda seguridad era para ellos un deleite tener comunión con su Creador.

Esa maravillosa relación se vio obstaculizada cuando ellos desobedecieron a Dios, cuando prefirieron dar lugar al enemigo.

Hoy las personas en su mayoría no buscan a Dios, ni de mañana, ni de tarde… mucho menos de noche, cuando están exhaustos a causa de un largo y agitado día de trabajo o de sus múltiples quehaceres.

Nuestro día comienza usualmente con la mente puesta en los afanes propios de esta convulsionada existencia.

Debemos atender a mil compromisos que el sistema del mundo tiránicamente nos demanda.

Está muy claro que el diablo ha forjado un sistema que no deja tiempo para Dios.

No digo que en verdad no haya tiempo, sino que en ese sistema, Dios no tiene ninguna cabida.

Que distinta sería la vida si buscáramos a Dios antes de comenzar nuestro día. Muchos de nuestros grandes conflictos no lo serían si tan solo le diéramos al Señor la posibilidad de mostrarnos lo que Él tiene a nuestra disposición para ese día en particular

No puedo dejar de mencionar que en los momentos complicados de mi vida, cuando he pensado que ya no tengo salida, ha sido en la comunión con el Señor que he hallado luz.

Por eso se por experiencia que orar en la mañana, dar a Dios tiempo en nuestra mañana, cambia la perspectiva de lo que pueda ser el resto del día.

El enemigo siempre intenta ensimismarnos. Su plan es llevarnos a nosotros mismos, mientras que el de Dios es sacar nuestra mirada de nosotros y ponerla en Él.

Nuestras fuerzas, capacidades y recursos son tan limitados, pero los de Dios no. Y eso es lo que la oración produce, que coloquemos las cosas en perspectiva y que nos enfoquemos en los recursos del Señor.

LA sperosnas glopean tosas las puertas habuadas y poor haber pero no glopean las puertas ed cielo.

Quizas porque creem que Dios está muy ocupadio para responderles, tal vez por que las conciencia les acusa de que nio sondignos de buscar enel Señor. Noobtante muchos de nuestros malos días son una oporunidadque Dios nos concede para qie por fin decodamos golpear la puerta correcta.

Como dice el etxto “si rogre al Tiodpoderoso”. Dios es el Todopoderoso y Él está esperando que decidamos hacerlo parte de nuestro vivir.

Que nuestros ruegos dejen de llegar a los oídos de los hombres y mujeres de esta tierra y que se comiencen a enviar al Dios Omnipotente. Él sí tiene respuestas.

Los hombres a quienes golpeamos las puertas, muchas veces solo tienen calmantes. Tramitan, dilatan las cosas (hasta que todo se vuelve peor) y cuando más lo necesitas te dicen que no hay posibilidad de que puedan hacer nada por ti.

Pero Dios es otra cosa. Él no juega con nuestros sentimientos. Él no nos posterga.

Él tiene una increíble disposición para atender nuestras necesidades, consolarnos y tendernos la mano (siempre nos tiende más que la mano)

Habría respuestas concretas para nosotros si de mañana buscáramos a Dios y si nuestros ruegos subieran a Su Divina Presencia.

Como lo dijera el salmista: “este pobre clamó y Jehová le oyó”
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