Author: gabtorar
•14:43
Efesios 1:18 “alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos…”

Siguiendo con el tema de la mentalidad, no se puede dejar de enfatizar la relevancia que esta tiene en la vida de las personas. De hecho la mentalidad es tremendamente determinante.

Como educador he aprendido que contribuimos u obstaculizamos el proceso de enseñanza-aprendizaje de nuestros alumnos, básicamente en función de la mentalidad con que nosotros les tratamos.

Algunos educadores en vez de estimular a sus alumnos para hacerles sentir que pueden lograrlo, tienen un enfoque negativo y con antelacíón a los desafíos propios de la tarea de educar, les “anulan o apocan”, con una mentalidad negativa que suele decir “no creo que lo logres” o “es que no tienes lo que se necesita para tener éxito en esto” y frases de ese estilo.

Los alumnos al igual que los hijos requieren de padres que les alienten a tener una mentalidad que les diga que se puede.

La vida presenta en ocasiones desafíos inesperados para nosotros situaciones que aparentemente van más allá de nuestras posibilidades y es crucial tener una mentalidad que enfrenta desafíos con la idea de vencer en esos desafíos para avanzar a la siguiente etapa.

Muchos jóvenes que se sienten “incapaces de”, no tienen esa mentalidad gratuitamente sino como algo adquirido muy presumiblemente de sus padres, de su entono más inmediato.

Hacer tropezar a las personas no cuesta nada, edificarles para que alcancen su máximo en Dios, es tarea de toda una vida, por ello no podemos darnos el lujo de hacer caer a alguno deliberadamente.

La mentalidad juega un rol fundamental en todo lo que hacemos. El fútbol chileno ha mejorado en función de que la mentalidad de los futbolistas ha ido cambiando.

Debemos esperar mejores resultados a futuro, la idea de perfeccionar es parte integral del propósito de Dios para el hombre, llevarlo a la estatura de Cristo. ¡Vaya, que desafío!

Pero la mentalidad de Dios nos dice que Él cree que se puede y eso nos da la posibilidad de lograrlo.

Frente a cualquier plan de acción siempre se debe considerar los aspectos positivos y negativos pero por alguna mala tradición terminamos enfocándonos en los negativos.

Muchas veces, nuestro temor a fracasar en algo nos limita a “no intentarlo siquiera”.

¿Cuántos proyectos de Dios se habrán abortado en la historia de la iglesia por una mentalidad derrotista o negativa?

Para romper estructuras hay que atreverse a hacer cosas que van más allá de esas estructuras y en ese ámbito Jesús es el Maestro por excelencia. La razón de que fuera tan perseguido radicaba en lo revolucionario de su vida, de su obra y ministerio.

Es imprescindible que haya una renovación de entendimiento, un cambio de mentalidad que nos permita ver las cosas desde Su perspectiva. Y en Dios las cosas son: “Si” y “Amén”.

Las grandes obras comienzan con pequeños pasos y para dar ciertos pasos se requiere un cambio de mentalidad.

Deja de lado los miedos y atrévete a hacer lo que Dios te está mandando hacer. Serás bendecido, y conocerás a Dios en una faceta que el diablo te había estado tratando de ocultar hasta hoy.
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