Author: gabtorar
•12:54
Juan 11:44 “y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo desatadle y dejadle ir”

Se hacen encuestas de todo tipo en nuestro país. A través de ellas se trata de obtener información que entregue parámetros (aceptación o rechazo) respecto de ciertos productos, servicios, incluso de cuán bien o mal lo están haciendo los gobernantes y cuánta representatividad tienen entre el pueblo.

Me preguntaba, si hiciéramos una encuesta en que la pregunta fuera: ¿“Te gustaría que cosas muertas en tu vida resucitaran”?
¿Cuáles crees tú que serían las respuestas?

De seguro que por amplia mayoría la respuesta sería “si”, y la gama de respuestas posibles sería bastante larga de enumerar.

Derechamente todos tenemos cosas muertas que desearíamos ver resucitadas: sueños, relaciones, amistades, etcétera.

Muchos sufren porque ven que su matrimonio, por ejemplo, está muriendo o derechamente muerto en algunos casos. El amior se murió o al menos eso parece haber sucedido, y vemos que esos sueños de cuandor eci´ne nos casamos se desvnaeceny vuelven casi imposibles de cumplir.

¡Si tan sólo esa pasión fuera resucitada!

Esa amistad que tuvimos por tantos años y que productote alguna mala jugada se quebró. Desearíamos poder volver a confiar en esa persona que nos falló o hirió, tal vez sin la intención de hacerlo.

Ejemplos sobrarían pero ellos no cambian las cosas. Lo que se necesita es más que sólo diagnosticar la realidad necesitamos el poder para “trasformar la realidad” y eso es lo que Dios tiene en mente hacer con nosotros, equiparnos con ese poder, darnos esa autoridad que solo podemos recibir de Él.

Hay cosas que nos atan, tal como Lázaro estaba atado de manos y pies, así nuestras vidas se llegan a maniatar producto de malas experiencias o de dolores que atravesamos y que nos matan, nos insensibilizan o al menos endurecen contra ciertos elementos que son indispensables para que tengamos vida en términos espirituales.

Jesús se acercó a la tumba de Lázaro, y aunque este varón estaba claramente muerto de hace un par de días, la voz de mando del maestro, del Ungido, de Aquel que tenía la venia del Padre, le levantó de los muertos.

Creo firmemente que viene un tiempo espiritual en que Jesús va a traer restauración, incluyendo áreas que en nosotros están tan muertas como Lázaro lo estaba.

Jesús sin lugar a dudas es quien tiene el poder de desatarnos para que nuestras manos se conviertan en instrumentos de Su Justicia y para que nuestros pies puedan ahora correr hacia Él.

Dios sigue deseando que seamos desatados y que se nos deje ir. Como lo hiciera con Lázaro antaño, ahora Él está planeando hacerlo contigo también.

El requisito para participar de dicho milagro es el mismo que Jesús le exigió a María, la hermana del que estaba muerto: “si crees verás la gloria de Dios”.

Así que creer es fundamental porque Dios todavía quiere mostrarnos su Gloria.
|
This entry was posted on 12:54 and is filed under . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.