Author: gabtorar
•12:11
2 Samuel 12:20 “Entonces David se levantó de la tierra, y se lavó y se ungió, y cambió sus ropas y entró a la casa de Jehová, y adoró. Después vino a su casa, y pidió, y le pusieron pan y comió”

Prosiguiendo con la idea de ayer, es fundamental quemar etapas para poder avanzar en la vida cristiana.

Nuestro mismo Señor vivió etapas que nos son comunes a todos. El fue bebé, luego niño, adolescente, joven y adulto.

Debió atravesar las etapas propias del crecimiento y con toda seguridad en cada una de esas etapas contó con la ayuda del Padre.

Nuestras vidas están siempre marcadas por ciclos. La vida en si es de carácter cíclico. Los ciclos se repiten una y otra vez, pero a pesar de existir patrones, siempre hay novedades que tienen lugar dentro de esos patrones.

La vida sería monótona si todo fuera simplemente plano o igual pero hay etapas que quemar, hay tareas que realizar y en la obra de Dios, en Su plan para nosotros, esto también se aplica.

Jesús anunciaba que desde lo días de Juan hasta AHORA (es decir, el minuto en que Jesús estaba hablando) ciertas etapas estaban cumpliéndose.

Particularmente, el Señor decía que el reino de los cielos estaba sufriendo violencia.

Anteriormente a eso, habían transcurrido unos 400 años en que Dios había guardado silencio.

Esa era una etapa y ahora Jesús anunciaba que estaban en otra diferente, una de violencia.

David vivió un mal ciclo en el que el pecado trajo malos y desastrosos frutos para su vida y los suyos.

Pero aun en medio de esto hubo una virtud en David: él supo reconocer cuando un ciclo debía terminar.

En vez de seguir llorando al niño, se levantó para continuar, para seguir andando en Dios.

Por cierto las consecuencias de sus hechos seguirían, pero ERA INDISPENSABLE seguir adelante, por él, y también por los demás.

No podemos darnos el lujo de quedarnos pegados en ciertos ciclos de nuestra vida.

NO importa si estos son muy buenos o muy malos.

Pablo hablaba de “seguir adelante” al premio del Supremo llamamiento. Y el mismo apóstol decía “olvidando lo que queda atrás, prosigo”.

Es que esa es la voluntad de Dios.

¿Cuántos ciclos de tristeza y dolor, de amargura y temor te están impidiendo ver lo que Dios tiene preparado un poco más adelante tu camino con Él?

Jesús por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz.

¿Te das cuenta? La cruz era una etapa dolorosa y muy real pero Jesús no se quedó pegado en esa etapa, él atravesó todo eso con la mirada puesta en la etapa siguiente.

Nuestra vida indudablemente está en las manos de Dios, pero eso no significa que todo lo que vivimos es por causa de Dios.

Muchas de las cosas que vivimos son parte de nuestra incapacidad para movernos hacia adelante.

Y es así como al igual que Israel, en vez de avanzar, solamente “rodeamos” el propósito de Dios.

Dios en su grandeza y poder es capaz de intervenir en nuestras vidas y cambiar nuestro lamento en alabanza y nuestro lloro en gozo. ¿Te das cuenta? ¡¡ciclos nuevos, nuevas etapas!!

David lo comprendió y se levantó, se lavó, se ungió, adoró a Dios comió y se dispuso a experimentar las cosas que Dios, en esa nueva etapa, tenia para él.
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