Author: gabtorar
•9:30
Gálatas 2:18-20 “Porque si las cosas que destruí, las mismas vuelvo a edificar, transgresor me hago”

En el devocional de ayer determinábamos que la verdadera conversión se trataba de comenzar a vivir para Dios

Es delicado no tomar a Dios en serio. Las personas usan el nombre de Dios en vano, hacen chistes, comerciales, propagandas, afiches, y otros, pero no obedecen a Dios.

Aun entre los cristianos, veo que Dios no es prioritario en muchas vidas.

Pablo habla de vivir para Dios. Vivir para Dios es hacerlo tu primera prioridad.

¿Qué lugar ocupa Dios en nuestra escala de prioridades?

La vida egoísta de la carne espera que Dios gire en torno a mí.
La vida del Espíritu en cambio, es determinar que mi vida girará en torno a Dios.

Una vez tomada esta decisión necesitaremos determinación para mantenernos firmes en esa decisión.

El diablo y el mundo vendrán con fuerza contra nosotros tratando de intimidarnos y detenernos con la idea que el propósito original (de vivir para Dios) no se llegue a cumplir.

¿Vivimos para el Señor o esperamos que el Señor viva para nosotros?

Comúnmente la oración es un buen indicador para responder esta pregunta.

Las oraciones de algunas personas solo giran en torno a sus necesidades o deseos: "Señor necesito esto, dame esto otro". Pero cuando nuestra vida gira en torno al Señor nuestras oraciones lo demuestran también: "Señor ¿de qué manera te soy útil? ¿Qué quieres que haga? o “Santifícame para que puedas usarme”, etcétera.

¿Sabes qué hacía tan poderosa a la iglesia del primer siglo?
¡¡Ellos decidieron vivir para Dios!!

¿Has tenido ya suficiente de esa vida en que eres esclavo de los deseos desordenados y de las bajas pasiones?

¿Llegaste al punto en que ya no quieres seguir siendo ese hombre (o mujer) que siente que no va a ningún lado y que solamente “sobrevive”?

Es fundamental tener esta crisis para de veras tomarnos de Cristo y no querer mirar atrás.

Vivir para Dios es hacerlo nuestro norte, nuestra mayor aspiración. ¿Quién tiene que decidir esto? Nosotros mismos. Y tenemos que determinar que nadie nos lo impedirá.

Destruir lo que alguna vez construimos no es grato, pero a veces es necesario si queremos tener lugar para volver a edificar, especialmente si nos damos cuenta que lo que habíamos edificado no tenía ninguna solidez o fundamento.

Dios no quiere que suframos perdida de nuestro trabajo, porque Él nos ama y valora nuestros esfuerzos.

Si edificamos en la roca tú sabes bien que nada lo derribará.
|
This entry was posted on 9:30 and is filed under . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.

1 comentarios:

On 5 de mayo de 2010, 5:44 , Erick Rojo dijo...

Pastor por favor tiene que hacer esto mas extenso por que uno queda con gusto a poco jiijijijijiji

Dios lo Bendiga