Author: gabtorar
•10:53

Lucas 14:15-24 (leer)


Uno está continuamente tomando decisiones. Decidimos sobre aspectos cotidianos y digamos no tan relevantes como qué comer, o qué ropa vestir, pero también sobre aspectos muy fundamentales como dónde trabajar, en qué invertir nuestro dinero y con quién casarnos, por citar algunas de otras muchas importantes decisiones que tienen un efecto gravitante en el desarrollo de nuestra vida.

Sirviendo al Señor, me he encontrado con muchísimas personas que sufren por no haber escogido adecuadamente en alguno de estos puntos.

Uno se debiera preguntar ¿y cómo hago para escoger correctamente?

Bien, una elección correcta PARTE involucrando a Dios en el asunto. Consultándole a Él, pidiendo SU opinión. ¿Sabías que Dios es EXPERTO en TODOS LOS TEMAS?

En estos tiempos en que el COACHING está tan de moda, ¿sabías que Dios tiene todos los grados académicos habidos y por haber?

Y lo mejor es que nos ha dejado EN SU PALABRA las indicaciones para tomar buenas decisiones. El problema es que nosotros hemos dejado SU palabra.

¡¡Mira qué ironía!! Dios nos ha dejado Su palabra para que ella nos guíe en nuestras decisiones, y nosotros hemos dejado Su palabra para que no nos estorbe en nuestras decisiones.

Es difícil llegar a buen puerto así ¿Verdad?

Jesús nos enseña, por ejemplo, cómo organizar nuestro dinero, cómo gastarlo. Incluso nos dice en qué gastarlo y a qué dar prioridad. Pero nosotros… ¡¡no hacemos caso!!

Llega a ser tan específico al punto de enseñarnos que no debamos nada a nadie y… ¿cuál es nuestra realidad? ¡¡A todos debemos algo!! ¡¡No le hacemos caso!!

Nos enseña que en nuestra vida debe haber tiempo para Él, para tener intimidad con Él. Para cultivar la oración, para leer Su palabra y para meditar en ella A DIARIO, etc.

¿Qué hacemos nosotros? Primero, aceptamos empleos que no nos dejan tiempo para Dios, y luego ¡¡trabajamos todas las horas extras que podemos!! ¿Le hacemos caso? ¡No!

Desde luego ello tiene efectos negativos y restrictivos para nuestra relación con Dios y los demás

Respecto a las relaciones, hace poco escribía que conozco muchos casos de personas que sufren porque sus cónyuges no comparten la fe.

No hablo de gente que DESPUÉS de estar casados conocieron al Señor y recién descubrieron este principio de no unirse en yugo desigual. Me refiero a personas que SABIÉNDOLO DECIDIERON hacerlo, se involucraron con personas que abiertamente no compartían su fe en Cristo y ahora están sufriendo las penosas consecuencias de haber escogido mal.

Estoy muy consciente que EXISTEN EXCEPCIONES a la regla. Para ellos digo lo siguiente: he aprendido que hacer la voluntad de Dios A VECES nos mete en problemas, pero también he visto que NO HACER la voluntad de Dios SIEMPRE nos mete en problemas”.

Jesús está dando una importante enseñanza por medio de Su palabra a quienes le estaban escuchando.

Él está hablando de gente que ha sido invitada a participar de Él, de Su reino y que se excusa en lo que tiene o ha adquirido (hacienda, yunta de bueyes) o en lo que ha hecho (casarse) para no responder a Dios, para no asistir a esa gran cena.

Lo anterior obedece a decisiones que tomaron de comprometerse en cosas o con personas que estaban fuera del plan de divino y que acaban siendo un tropiezo.

Sé que muchas veces las personas se niegan a responder a la invitación de Dios sólo porque el Señor no significa nada para ellos. Pero en mi experiencia son muchos los que queriendo responder encuentran tropiezo en las decisiones que han tomado equivocadamente al escoger el trabajo o las relaciones que tienen.

Amados hermanos, no podemos menospreciar las consecuencias de las decisiones que tomamos.

La invitación de este escrito es a CONSIDERAR A DIOS y SU PALABRA para decidir correctamente, especialmente en aquellos aspectos tan cruciales para nuestra vida.
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1 comentarios:

On 9 de diciembre de 2011, 3:03 , Anónimo dijo...

ES CIERTO MUCHAS VECES TOMAMOS MALAS DESICIONES POR NO TENER EN CUENTA A DIOS...