Author: gabtorar
•17:20

Romanos 12:1 “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional”.

Hemos establecido en los 2 escritos anteriores a este, que Dios no solo espera de nosotros, sino además que Él espera cosas especificas de nuestra parte.

Establecimos que Su voluntad para nosotros es que presentemos nuestros cuerpos, o sea, nuestras vidas, como sacrificios vivos y santos ante Él.

En esta última) parte de esta reflexión, quiero poner el énfasis en la tercera característica que Pablo menciona a los Romanos: ese sacrifico debe ser “AGRADABLE A ÉL”

Para nadie es secreto que vivimos en la “era de la complacencia”. Todos a nuestro alrededor es creado PARA nuestra personal satisfacción. Más que personas, somos vistos como clientes.

Nuestros nombres ya no significan mucho. Hoy somos un número, de cédula de identidad o de pasaporte, pero un número al fin y al cabo.

La mentalidad de “que todo sea para nuestra entera satisfacción” no ha perdonado a la iglesia.

Mucha de las personas que asisten a las iglesias lo hacen con la misma mentalidad con que van a un spa o a un centro comercial o a un restaurante. Lo hacen esperando que las cosas en esa iglesia sean de su personal gusto y satisfacción.

Esta mentalidad ha llevado a muchísimas personas a escoger malos lugares de congregación. Porque “no ponen la mira en las cosa de Dios”.

Algunos buscan la cercanía de la iglesia, o ciertas comodidades en esta. Otros, que el mensaje sea lo que ellos esperan oír (este el punto más delicado de todos), pero hay más.

Hay una voz popular que dice “Dios está en todas partes”, pero sería muy bueno contextualizar esa frase, para que no terminemos forzándola a decir algo que ella no quiere decir.

Dios nos ha dado un lugar en este mundo y también en Su iglesia, de eso no hay duda, pero hasta donde yo se, Dios no fue creado PARA el hombre, sino al revés.

No fue el hombre quien diseñó a Dios para que éste sea su siervo, y le complazca en todos sus deseos, más bien, el hombre fue creado POR Dios PARA la alabanza de Su gloria, para tener comunión con Él y eventualmente para servirle.

Muchas personas, entonces, buscan agradarse a si mismos, en lugar de agradar a Dios. Y ese es un gravísimo error.

Me sorprende ver que personas que creen tener muy clara la película de Dios y del evangelio NIEGAN esta verdad tan elemental.

Cuando uno asume esta posición que todo debe girar en torno a lo que agrada A Dios, se levantan muchas voces en discrepancia argumentando acerca de la bondad de Dios.

Tratando de decir que como Dios es bueno, Él se conforma con lo que nosotros le demos, siempre que sea de corazón.

¿Cuenta eso con el apoyo de SU palabra? Yo diría que no.

Jesús no aplaudió a ninguna de las personas que intentaron justificar su mediocridad o su falta de verdadera devoción a Dios.

Jesús mismo NO SE CONFORMÓ con tan solo ofrecerle algo bueno al Padre. Él le dió al Padre lo mejor de si, ¡¡SU vida entera!!

¿De qué otra mejor forma se puede definir lo que es ser cristiano sino diciendo que cristiano es uno que sigue los pasos de Jesús?

Jesús sentó el parámetro de lo que es ser un sacrificio agradable A Dios.

Él se constituyó a sí mismo como el ejemplo a seguir. Y dejo la vara BIEN ALTA.

En todo lo que Él hizo, puso PRIMERO al PADRE. En las decisiones que tomaba pensaba EN FUNCIÓN del Padre.

De modo que aquellos que en este tiempo nos identificamos con Cristo, llamándonos o considerándonos cristianos, deberíamos reflexionar profundamente sobre este aspecto y preguntarnos: en lo que hacemos ¿buscamos AGRADAR al Señor?

Pienso que la iglesia de hoy falla principalmente en esto. Vivimos para nosotros mismos ¿Cómo lo sé?

Bueno, SE VE en las decisiones que tomamos.

Un hombre que abandona a su mujer por una amante está diciendo donde está su corazón. No importa cuánto le diga a su esposa que la ama a ella y que esa otra mujer no es más que una aventura.

Su decisión lo dice todo.

Si dejáramos a Dios actuar con libertad en nuestras vidas, si le concediésemos VERDADERAMENTE la oportunidad de SEÑOREAR en nosotros, estoy bien convencido que DESECHARIA muchas cosas que nosotros aprobamos.

Si le dejásemos SER DIOS en nosotros, en nuestros pensamientos, en nuestro vestir, en nuestros planes, en nuestras amistades, en nuestros gastos… nos llevaríamos GRANDES SORPRESAS.

Pero mientras prevalezca en nosotros ESA OTRA MENTALIDAD, la de este mundo, la de vivir haciendo cosas para nuestra entera satisfacción y no para la Suya, Él tendrá que conformarse a seguir siendo relegado a ocupar segundos y terceros lugares en las vidas de aquellos para quienes DEBIERA SER PRIMERO.

Ni decir cuán oportuno es este mensaje, especialmente en el contexto de este mal llamado “tiempo de navidad”, en el que, UNA VEZ MAS, la figura de Jesús (esta vez la del “niño Jesús”) es manipulada para obtener beneficios.

¿Y qué de Él? ¿De Su gloria? ¿De Su adoración?

Bueno, como ya es costumbre, Él tendrá que esperar. Quizá haya algún tiempo para Él DESPUÉS de la fiesta (que se supone es en honor a Él), de los regalos (que debiéramos dar a Él), y de todo lo demás (que también debiera ser para Él).

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