Hebreos 4:2: “Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero NO les aprovechó el oír la palabra, por NO ir acompañada de FE en los que la oyeron”.

Cualquier persona que haya tomado en serio el asunto de la fe y se haya propuesto seguir a Dios como Él manda, concordará conmigo en que el asunto de la fe enfrenta una dura crisis en este tiempo.

Muchos alrededor del mundo están preocupadísimos por lo que ocurre con las bolsas en los principales centros bursátiles.

Si suben o bajan las acciones. Pero a mí me preocupa el tema de la fe. Y créanme, no soy el único. A Jesús también le preocupaba.

El Señor veía venir lo que a nosotros nos toca encarar a diario: “la tremenda desidia y falta de interés por el Señor, acompañado de una crisis en lo concerniente a la fe”.

Jesús hacia la pregunta (sabiendo la respuesta): “cuando el Hijo del Hombre regrese ¿hallará fe en la tierra?

Puedo ver los intentos de humanistas, científicos, agnósticos, ateos e ilustrados, por destruir los fundamentos de la fe, por poner en tela de juicio la veracidad de la toda la biblia, o de alguno de los libros que la componen.

Veo el intento de escritores y autores diversos por destruir el testimonio de Jesús, por sembrar dudas en las mentes de sus seguidores, respecto a su vida personal, su origen y vida sexual.

Tal como lo intentaron hace 2 mil años quienes buscaban una razón para matarlo, y pagaron a testigos falsos que hablaran mal del Señor, hoy, también buscan razones para aniquilar la fe, y la confianza en la palabra de Dios y en el rol de Jesús como Único Salvador y Camino para la la redención y salvación de la humanidad.

He oído (tú también lo habrás escuchado) tantos disparates e insensateces respecto a Dios y a Su palabra.

Interpretaciones torcidas y antojadizas confabulando con el único propósito de destruir la fe, de aniquilarla. Con el objetivo de erradicar la fe del corazón de las personas y RAER PARA SIEMPRE la palabra “DIOS” de la faz de tierra.

La palabra de Dios está en entredicho. Esa SANTA palabra ha sido escarnecida, burlada y torcida por quienes tienen menos moral para hablar contra ella.

Las personas que discuten CONTRA la biblia y desmienten su veracidad se ponen por jueces injustos de aquella verdad que los juzgará a ellos y conforme a la verdadera justicia.

Muchas personas ven la biblia como un libro inspiracional, como un libro en el cual pueden encontrar aliento (por cierto, es así) pero es mucho más que esto.

La biblia ES la palabra, la voz, el consejo, la sabiduría de Dios.

Ella es un registro textual de lo que Dios dice, piensa, siente, quiere, ama, aborrece, aprueba, desaprueba, etcétera.

ES MUCHO MÄS que un libro con bonitas historias.

Muchos que estarían dispuestos a dar lo que no tienen por hablar cara a cara con Dios, por recibir un mensaje Suyo, por escucharlo, NO SE DAN CUENTA que la biblia ES EL MEDIO que Dios ha dejado para satisfacer tales necesidades.

EN la biblia encontramos los fundamentos que nos permiten configurar lo que podríamos denominar “una vida sólida”.

Ella habla prácticamente de todos los temas y ofrece también dirección para todos los temas.

Ella es un gran aliciente para la fe y seguro que esa es la misma razón por la que han intentado tantas veces de arrebatarle su carácter inalterable.

Todas aquellas personas que ven la palabra de Dios como un libro en el cual pueden encontrar palabras de aliento solamente, pierden la mayor riqueza que esta ofrece, y que es, ser la gran fuente en la cual el Dios Eterno e Invisible ha depositado PARTE de Su incomparable sabiduría y voluntad.

En Su palabra Él nos ofrece más que aliento. Nos entrega reglas de vida por las cuales regirnos y en las cuales apoyarnos.

Nos entrega, como Cristo mismo dijera, VIDA.

La verdad es que Dios, por medio de Su Palabra, nos quiere ofrecer más que aliento. A través de ella Dios nos ofrece la posibilidad de una vida plena en conformidad con Sus planes y propósitos, pero esa vida no es posible SIN FE en lo que Dios dice por medio de Su Palabra.

¿Encuentra el Señor fe en tu vida para creer lo que Su palabra dice?

Eso es lo único que hará una diferencia.