Author: gabtorar
•6:12
Lucas 5:5 “Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red”.

¡¡Qué importante es cuando llegamos a entender que esta es la realidad por la que debemos vivir, hacer las cosas basándonos en la palabra de Dios!!

Pedro tenía gran experiencia en el tema de la pesca porque era un pescador. Él había estado toda la noche intentando obtener peces por medio de los métodos que un pescador conoce. Desafortunadamente para él, la jornada de pesca había sido un rotundo fracaso.

Aunque el registro bíblico no lo menciona, Pedro debió haberse sentido frustrado. Cuando Jesús llegó hasta él, se encontraba lavando las redes.

Francamente todos queremos que nuestro trabajo sea fructífero ¿no?, y Pedro de seguramente no esperaba menos.

Pero en medio de todo esto, Jesús le pidió algo, necesitaba de esa barca para poder hacerla su púlpito temporalmente y compartir sobre el reino de Dios a quienes se agolpaban sobre él.

Qué alegría por Pedro, que estuviera en condiciones de responder a la petición de Jesús. Sólo Dios sabe que hubiera sucedido si la pesca hubiera sido exitosa.

¿A cuántas personas su éxito les impide responder favorablemente a lo que Dios les pide?

Creo que ese día Pedro no debió estar del todo contento porque su trabajo no fue lo esperado, pero Dios estaba a punto de tornar ese mal día de trabajo ¡¡en el mejor día de su vida!!

Dios tiene esa facultad y muy a menudo la usa para bendecirnos.

Hay muchas cosas increíbles que aprender de este relato bíblico pero hay una en particular que yo quisiera enfatizar para nuestra edificación espiritual: Pedro se dejó mover por el Señor.

Jesús no era pescador, él era un rabí, un maestro, un hombre de sabiduría, pero no de mar, ese era el campo de Pedro. Sin embargo, se dejó mover por el Señor.

Y esta es la clave para una vida espiritual victoriosa, dejarnos mover por el Señor antes que por nuestra experiencia o habilidad para hacer.

Que Pedro echara la red en obediencia a la fe y en respuesta a la dirección del Señor, representa un acto de locura para la mente natural, y Pedro lo tenía muy claro.

Quizás por esa razón le dijo “mas en tu palabra echaré la red”. Eso quiere decir: “no en mi conocimiento de pescador, no en mi prudencia de hombre de mar, sino en fe a Ti, confiando en tu sabiduría en lo acertado de tu guía Señor”.

Esta es la clase de disposición que Dios más necesita de nuestra parte: “que nos abandonemos en Sus manos, que sigamos su consejo” ¡¡Cómo lo necesitamos, y cuánto nos cuesta hacerlo!!

Concretamente, la vida cristiana es una vida que debe estar marcada por la fe, es decir, por la obediencia a la palabra del Señor, sólo de ese modo podremos ver la gloria de Dios.
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