Author: gabtorar
•9:20
21:24 “Escarnecedor es el nombre del soberbio y presuntuoso Que obra en la insolencia de su presunción”.

¡¡Qué gran problema es la soberbia!!

¡¡Cuán difícil es para algunas personas llegar a reconocer sus falencias, sus errores o debilidades!! ¡¡Qué gran enemigo es todo esto del avance espiritual!!

Hace tiempo meditaba en la palabra de Dios que dice “quien encubre su pecado no prosperará”.

Lo cual significa en buenas cuentas que la persona que es incapaz de reconocer sus faltas (soberbio), que es incapaz de reconocer que necesita la ayuda del Señor (soberbio) difícilmente recibirá ayuda del Señor. Esto porque Dios es muy respetuoso de nuestras decisiones.

Créeme que este mundo sería muy diferente si Dios impusiera SU voluntad. En cambio, Él respeta nuestras decisiones incluyendo las malas (que suelen ser mayoría) y se reserva el derecho de salir a auxiliarnos cada vez que (por un acto de humildad) reconocemos que le necesitamos.

Desde luego, en muchas ocasiones tendremos que pasar bajo la amorosa vara de la corrección divina. Algo indeseable para muchos pero indispensable para todos.

Nos privamos a nosotros mismos de la ayuda divina cuando en lugar de confesar nuestra condición intentamos aparentar que las cosas van bien.

Tan cercano está el Señor a quienes clamamos a Él y le buscamos y tan reticentes somos para venir a Él, piedra viva y roca de salvación.

Es verdaderamente lamentable que muchas relaciones se deterioren por causa de la soberbia, por esta obstinación en no querer reconocer que francamente nos hemos equivocado, que no hemos hecho lo correcto.

Muchos prefieren perseverar en el error antes que humillarse y reconocer sus malas decisiones y acciones.

Si tan solo le entregásemos al Señor el reconocimiento debido a Su nombre, nuestras vidas, y por consiguiente, el mundo, ¡¡serían tan diferentes de lo que son!!

Pero somos soberbios y esa dureza de nuestro corazón nos aleja de nuestro mayor bien que es disfrutar de paz y comunión con el hacedor de todas las cosas.

No es secreto que Dios a los soberbios los desprecia. La escritura dice que los mira de lejos.

A diario veo personas actuar con tal arrogancia y presunción, como si fueran algo, como si tuvieran algo.

¿Qué hemos traído a esta vida? ¡¡Nada!! ¿Qué nos llevaremos de ella? ¡¡Nada!!

Todo lo que tenemos es la posibilidad de hacer buenas y correctas relaciones con
Dios y el prójimo, y lo único que hacemos es materializar nuestro vivir, olvidando lo que es realmente importante: amar a Dios y al prójimo.

Toda la ley divina se resume en estas dos máximas.

Y aunque queremos conquistar este mundo y exploramos el espacio en busca de la conquista de mundos que no conocemos, hemos fallado al demostrar ser incapaces de conquistar nuestro propio mundo interior.

¡¡Qué arrogancia la nuestra!! ¡¡Qué incongruencia!!

Si a nuestros aires de grandeza, le añadiéramos un poquito de cordura, esta vida sería diferente, muy diferente.
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