Author: gabtorar
•14:11
21:24 “Escarnecedor es el nombre del soberbio y presuntuoso Que obra en la insolencia de su presunción”.}

Ayer compartía que gran problema representa para nosotros la soberbia.

Esta clase de actitud (digamos corazón) nos aleja de Dios y nos cierra las puertas con Él porque Él aborrece a las personas soberbias o altivas.

Debe ser porque Él siendo quién es, nos da grandes muestras diarias de humildad.

¿Cuántas veces le cerramos al Señor la puertas en las cara?

¿Cuántas veces tratamos de disimular nuestra falta de interés por las cosas de Dios, argumentando que estamos atareados en alguna otra cosa, siendo que Dios sabe del tiempo que en realidad disponemos, y siendo Él capaz de ver que el problema es apatía por lo espiritual y falta de interés por conocerlo a Él?

Sin embargo, Él nos da tremendas muestras de humildad, porque pudiendo devolvernos mal por mal, en innumerables ocasiones, nos devuelve bien por mal.

Nos ayuda en la angustia, nos levanta cuando nos estamos ahogando en el pozo de la desesperación, y todo esto, a pesar de lo mal que nosotros le pagamos.

Gran humildad es la que muestra el Señor dignándose a escucharnos después que hemos hecho todo lo que sabemos le desagrada a Él.

No puedo afirmar que así sea, pero pienso que la razón por la que Él abomina tanto a los soberbios, es porque Él mismo no es soberbio con quienes mereceríamos ese trato.

La soberbia es la que nos impide pedir perdón a quienes sabemos que hemos ofendido.

Podemos disfrazarlo usando la palabra “vergüenza” pero es la altivez de nuestro corazón la que no está dispuesta a humillarse para pedir perdón, para reconocer que se ha equivocado.

Los matrimonios sufren cuando uno de los cónyuges es un altivo, incapaz de reconocer sus faltas.

¿Quién no las tiene? Dice el soberbio tratando de justificar se mala actitud. Pero cuando otro le pasa a llevar, se levanta cual pavo real demandando y exigiendo su derecho a ser respetado.

Si hiciéramos con los demás la mitad de lo que esperamos que hagan con nosotros, la sociedad sería definitivamente varias veces mejor de lo que es. No estaríamos hundiéndonos más y más en el abismo del egoísmo. Nuestro pasar por esta vida sería sinceramente mucho mejor de lo que es.

No estoy hablando de un paraíso terrenal. Eso no es algo que los hombres podamos establecer.

Se requerirá de la actuación de Cristo mismo y los ejércitos celestiales para que esta tierra tenga mil años de paz, y verdadero progreso en el temor de Dios.

No estoy pensando en cambiar el mundo. Pero si entiendo que la voluntad de Dios es cambiar mi mundo y cambiar el tuyo.

Los grandes avances comienzan con pequeños pasos en una misma dirección y la soberbia es un terrible enemigo que quizá no podrá ser erradicado del mundo, pero que definitivamente, Dios quiere erradicar de nuestro corazón.
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