Author: gabtorar
•8:16
Lucas 18:18 “un hombre principal, le preguntó diciendo: maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?

De acuerdo a algunos estudiosos de las escrituras, nunca el estado espiritual de Jerusalén fue peor que en los días de Jesús.

El Señor debió enfrentar la férrea oposición de aquellos que representaban la cúpula religiosa de su tiempo.

El estado del templo era deplorable considerando que el Señor mismo debió echar a los vendedores que había en el lugar recordando el propósito de este de ser casa de oración y no cueva de ladrones.

Políticamente hablando, sufrían una fuerte opresión financiera por parte de roma. En realidad los días eran malos para los judíos.

Pero con todo ese adverso panorama encima, a la luz de lo que podemos leer, había al menos la inquietud por la vida eterna.

Este hombre principal se acercó a preguntarle al Maestro por este tema. Hay que reconocer que uno siente al menos la curiosidad por preguntar cuando se encuentra con uno que sabe sobre algo.
Jesús hablaba con una autoridad inigualable de las cosas de Dios y su reino. ¿Quién más calificado que Él? ¿Quién mejor que el hijo para hablar del Padre, de lo que Padre es y tiene?

Este hombre tenía inquietud por la vida eterna. ¿Sabes qué me sorprende de la gente de nuestro tiempo? Que no tiene tal inquietud por la vida eterna.

Me temo que, ya sea por el hecho que algunos lo dan por sentado o por mero desinterés, estamos en serio peligro cuando damos esa señal de indiferencia frente a un asunto tan crucial.
¿Cómo no nos va a importar nuestro destino eterno?

Si nos importa el lugar donde vacacionaremos, si nos preocupamos por el colegio en que nuestros hijos van a estudiar. Si nos preocupa la ropa que vamos a usar el siguiente día. Si nos preocupa obtener el permiso de circulación para nuestro vehículo, ¿cómo podemos dejar tan abandonado un asunto que requiere tanta atención?

¡¡Es una increíble e incomprensible negligencia!!

Lamento tanto que las personas en este tiempo sean tan descuidadas con esto. Me apena que las personas tengan interés para todo y no para este asunto tan relevante para sus propias vidas.

La mente del hombre contemporáneo está tan ocupada con lo pasajero, con lo temporal que ni se acuerda que esta vida es apenas una estación en el camino a la eternidad.

Tú y yo sabemos que hay cosas que uno, por más que desee, no puede hacer por otros. La vida eterna no es algo de lo cual yo pueda encargarme por ti. Es un asunto de carácter eminentemente personal.

El hombre de nuestro relato tenía una idea tan equivocada de la vida eterna, pero tener la inquietud le permitió saber qué terreno pisaba.

¿Cuántas personas de tu familia se muestran indiferentes por el asunto? No tienen ni el más mínimo interés por nada que tenga que ver con Dios.

Yo conozco personas que calman sus conciencias haciendo algunas cosas de las que nosotros consideramos como buenas, pero para Dios esas justicias son como trapos de inmundicia.

La justicia de Dios es Cristo. Jesús es el único que puede hacer algo a favor de la eternidad de nuestra alma.

Hoy más que nunca, es menester que pongamos el tema de la vida eterna en el centro de nuestro quehacer y consideremos con cuidado que el cielo, así como el infierno, fueron hechos con propósitos bien específicos.

Quienes no leen la palabra de Dios se privan así mismos de conocer información relevante para la vida eterna.

Yo no sé si todos los perritos van al cielo, pero si se por la palabra de Dios que no todo el que diga al Señor, “Señor”, entrará en ese reino.

Se compunge mi corazón cuando leo en las escrituras, que los injustos no heredarán el reino de Dios, que los abominables no entrarán allí, que los hechiceros tendrán su parte en el lago de fuego (condenación eterna), que los mentirosos no irán al cielo, que los fornicarios (esto es lo que practican el sexo fuera del matrimonio) no podrán entrar en ese reino de santidad y pureza, que los borrachos no podrán ir allí, que los asesinos, violadores, adúlteros, afeminados, estafadores, idólatras, los que se echan con varones (o mujeres), los ladrones los avaros, ni los maldicientes (si, esos que hablan garabatos por doquier) NO HEREDARÁN EL REINO DE DIOS. (ruego ver 1 Corintios 6:9-10)

Alguno dirá ¿entonces nadie va a entrar allí? Por eso es importante que el tema de la vida eterna sea prioritario, para que sepamos lo el Señor ha determinado sobre el asunto.

El único que puede hacer algo al respecto es Cristo, el Señor de la iglesia. ¿Eres parte de Su iglesia? Si no lo eres, deberías. Jesús va a regresar por ella para llevarla a Su Reino.
Piénsalo. El tiempo de su venida es cada día más cercano.

Amado lector de este devocional, con todo mi ser espero esto te haga pensar sobre la vida eterna por amor de tu alma que así sea.

Y un día quizás, me lo vas a agradecer.
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1 comentarios:

On 29 de abril de 2013, 15:59 , Anónimo dijo...

Pastor Gabriel he leido mucho sus devocionales y me han sido inspiración a mi vida. Gracias a Dios por su vida. Quiero decirle que algunas personas están usando para mal esta pagina pero no puedo decirlo públicamente mi correo es drsalev@live.com si ve este mensaje escríbame por favor