Author: gabtorar
•12:34
Efesios 4:11-12 "y él mismo constituyó a unos, apóstoles, a otros profetas, a otros, evangelistas, a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo"

El objetivo de la iglesia debería ser edificar en lugar de entretener.

Me temo que hemos llegado al triste (aunque anunciado día) en que las prioridades de la iglesia serían cambiadas, y llamaríamos malo a lo bueno y bueno lo malo.

Desde su mismo origen, las bases de la iglesia y de sus correspondientes ministerios fueron establecidos por la cabeza de esta, que es Cristo.

Con bastante precisión el Señor se refirió a cuál debería ser el rol de los ministerios de las congregaciones cristianas: “edificar al cuerpo de Cristo”.

La idea es llevarlo por medio de cada ministerio, a la estatura de Cristo, a la madurez espiritual.

Pero las cosas han cambiado (para pesar nuestro) y debemos ser capaces de reconocer que muchas iglesias (entiéndase asambleas cristianas) hoy no están sirviendo el propósito de Cristo, y por tanto no están sirviendo al Reino de Dios.

En muchísimos lugares todo está diseñado para el gusto de las personas que asisten.

El programa a seguir, la manera de proceder, la longitud del servicio, aun el mensaje, todo gira en torno al personaje equivocado, esto es el hombre.

La iglesia es la esposa de Cristo. Una esposa debería ser capaz de reflejar a su marido y viceversa. Pero lamentablemente las cosas no son como deberían ser en muchos lugares hoy día.

Con demasiada frecuencia me entero de personas que se quejan porque los lugares a los que asisten no representan para nada la iglesia descrita en la palabra de Dios.

Más bien los templos se han convertido en lugares de entretención para las personas, en vez de casas de oración y puertas al cielo, como era el plan original.

Recuerdo que Cristo mismo entró en el templo en sus días para purificarlo, para poner las cosas en su lugar, y devolver al templo la “dignidad perdida”

Hoy (como entonces) la gran mayoría no veía lo malo que pasaba en el templo. Ellos vivían su vida, seguían adelante con sus cosas.

Se necesitó de uno que mirara con los ojos de Dios para purgar las conciencias y traer de vuelta el orden y el propósito.

Pienso que hoy Dios está buscando corazones que anhelen una realidad en cuanto a lo espiritual.

Los hombres no tenemos problemas con la religión, el problema de los hombres comienza cuando Cristo unetenta establcee sSu reino dentro de ello en sus corazones.

Muchos no tienen el mínimo de discernimiento que se necesita para comprender que sus actos aunque religiosos, no sirven en lo más mínimo a la glorificación de Dios.

De muestra quisiera dar un ejemplo.
¿Cuántas personas se afanan por bautizar a sus hijos pequeños? Me refiero a bebés de meses de vida.

Sabemos que la razón que esgrimen para hacerlo es el pecado original.

Ignoran estas personas que Cristo con mucha claridad dijo (aún mucho después del "pecado original") que el reino de los cielos pertenecía a los niños. Que había que dejarlos venir a Él.

El bautismo para arrepentimiento era una práctica de adultos no de niños. Pero bien podemos pensar que las personas actúan por ignorancia, sin maldad.

No obstante, y aunque debe haber excepciones (personalmente no conozco ninguna, pero debe haberlas) esos tan necesarios bautizos de bebés siempre acaban con personas pasadas de copas.

En la mayoría de ellos lo menos importante termina siendo el bebé bautizado. Lo que se vuelve central es la comida, y posterior fiesta.

¿Qué están celebrando? No lo sé. Pero lo que sea, el celebrado (bebé) no tiene ninguna participación. A esa altura del partido normalmente duerme, y mal, a causa de la música, del ruido, del humo de cigarrillos, y de los gritos de los asistentes.

Ese acto puede ser muy religioso pero no tiene ningún valor espiritual.

¿Podría complacerse el Señor en algo como eso, que empieza con motivos supuestamente espirituales y termina siendo una gran ocasión para el desenfreno la borrachera y otros pecados que Dios condena?

Si lo puedes notar, lo que distorsiona el asunto, es el tema de la entretención, algo supuestamente espiritual termina siendo usado como una ocasión para entretenerse.

ESO ha hecho mucho daño a la obra de Dios.

Este afán por la diversión ha hecho que cosas serias y valiosas se vuelvan vanas y pierdan su real sentido.

No creo que haya nada de malo en el hecho de sentirse bien en la congregación siempre y cuando eso sea el resultado de vivir bien, y no que el programa de la iglesia tenga por objeto entretener a las personas.

Cristo nunca se dedicó a entretener a nadie. El no perdió su tiempo en esto porque sabía muy bien que las personas no necesitaban distracción sino una poderosa verdad, que les pudiera dar liberación.

¡¡Esa es nuestra más grande necesidad!!
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