Author: gabtorar
•7:05
Hechos 2:40 “y con otra muchas palabras testifica y les exhortaba, diciendo: sed salvos de esta perversa generación”

Hay tantas cosas de la vida que parecen tan inofensivas. No digo que lo sean en realidad, digo que parecen serlo.

Ayer comentaba sobre los dibujos japoneses que hace 15 años fueron hits, los más vistos por los chicos y lolos de entonces y cuan aparentemente sanos eran pero detrás contenían un mensaje “subliminal” que en ese momento muchos no llegamos a captar.

El efecto de ciertas cosas no se deja ver claramente hasta mucho después. He aprendido que el trabajo del enemigo es normalmente muy sutil. Él no presenta de inmediato todo lo que tiene, va de a poco.

Al enemigo le gusta trabajar en base a dosis, porque sabe que el hombre siempre necesita una porción mayor, una dosis más fuerte que le permita experimentar algo mayor que lo que tiene en ese momento.

Así actúan la pornografía, las drogas y demás adicciones.

Al principio un poco de eso basta, pero el alma insaciable pide más y después nada es suficiente.

Los dibujos animados en este tiempo están siendo usados muy poderosamente para plantar en las mentes y corazones de los niños (y no tan niños) semillas de maldad y destrucción que se dejarán ver con mayor claridad en un par de años.

¿Quién puede cuestionar el poder adictivo que tienen estas series? Pueden ser vistas una y otra vez por los pequeños.

Los dibujos animados están cumpliendo eficazmente con la tarea diabólica de mentalizar esta generación para ser rebelde, violenta y perder por completo de vista la existencia de un Dios absoluto y los valores de este Dios.

Mira por ejemplo, como la mayoría (por no decir todos) los dibujos animados tienen algún poder.

Esa enseñanza es tan antigua como la tentación en el huerto de Edén. En buenas cuentas, la serpiente vino a decirle a Eva que ellos podían tener un poder (ser como Dios) si comían de tal fruto.

Hoy día los aparentemente inofensivos dibujos animados están animando a nuestros hijos a creer la misma mentira que llevo a Adán y Eva a ser desterrados de la presencia de Dios. ¿Puedes ver lo satánico del asunto?

No es un ser grotesco, tridente en mano, con cuernos y una gran cola el que les está lavando el cerebro todos los días con esa idea, son los lindos dibujitos con los que nuestros hijos se entretienen diariamente frente al televisor los que están haciendo el trabajo por el diablo.

La búsqueda del poder es el tema que hay detrás de muchos programas infantiles. La hechicería, conjuros (palabras que no entendemos en lo más mínimo) y el usar poderes ocultos, son las grandes armas que estos “diabólicos héroes” tienen para vencer a sus oponentes.

Me preocupa que muchos padres no se dan cuenta de esta verdad y por tanto es difícil que puedan hacer algo al respecto ´para proteger a sus hijos, pero me preocupa mucho más saber que hay padres que se dan cuenta y que por no querer enfrentar la situación prefieren hacer vista gorda y exponer a sus pequeños a esta mugre.

Es tan clara la manera en que estas series afectan el comportamiento de los niños. Se vuelven violentos, se aíran con facilidad, se tornan respondones, rebeldes- Sé que tú los ha visto de cerca. Tal vez hasta estés lidiando con esta clase de problema en casa.

Los dibujos animados para algunos se transforman en un objeto de verdadero culto, y ahí el problema se hace más complejo.

No nos damos cuenta como estos se transforman en verdaderos ídolos de nuestros hijos. Ellos empiezan a actuar como sus personajes animados favoritos, quieren su ropa, todos los accesorios que estos ocupan, hablan como ellos y hasta actúan como ellos.

Algunos pensarán que esto es solo con los más chicos, pero no es raro ver a algunos, no tan chicos, siguiendo el mismo patrón. Estos dibujos animados tienen un verdadero poder para cautivar y enviciar a nuestros hijos.

Y aunque a algunos les pueda sonar a exageración, este aparentemente inofensivo culto, le está costando muy caro a nuestra sociedad. Tomemos cartas en el asunto, salvemos a tus hijos de esta perversa generación.

Jesús dijo: “dejen que los niños vengan a mí, no se los impidan” .

No privemos a nuestros hijos del único que verdaderamente les conviene, estar cerca del Señor. (continuará)
|
This entry was posted on 7:05 and is filed under . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.