Author: gabtorar
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2 Pedro 3:14 “Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por Él, sin mancha e irreprensibles, en paz”

Hay eventos que uno espera con ansias y las vacaciones son uno de ellos, quizás el más esperado de todos.

Después de un año de trabajo surge la necesidad de desconectarse de las responsabilidades laborales. De acostarse no teniendo que pensar en el despertador, o en las tareas para el día siguiente. Es un tiempo muy necesario en verdad para desintoxicarse y tomar un respiro.

Para que esta desconexión sea mas efectiva, muchos(los que pueden hacerlo) estilan salir de la ciudad, buscando reposo en el campo, la playa o algún otro sitio que reuna las condiciones propicias para descansar.

Derechamente las personas estamos “en espera de las vacaciones” y eso produce un cierto estado de ánimo en nosotros.

En mi experiencia particular como docente, no es raro notar una disminución de interés en los alumnos cuando se ha cruzado el umbral del mes de diciembre. Ellos dejan de prestar la misma atención (algunos lo hacen desde el mismo comienzo del año escolar, hay que decirlo) y de mostrar la misma diligencia (prestancia, interés) hacia los contenidos que se presentan. Es que de alguna manera, comienzan el período de vacaciones, incluso antes que este haya iniciado formalmente.

De seguro se dejan mentalizar por la cercanía del fin de año, las calificaciones que ya están definidas. Esto les hace relajarse, y empezar unos días antes las mentadas vacaciones.

Como seguidores de Cristo necesitamos rescatar algo importante de aquí. Si estudiamos todo el capitulo 3 del libro, hallaremos que habla del día del Señor. NO es mi intencion discutir qué interpretamos por el dia del Señor, pero si es mi intención dejar en claro que cualquiera sea esa interpretación, hay 2 cosas inevitables para las cuales mejor nos preparamos.

Lo primero es que “el día del Señor vendrá” (v.10a). Nada detendrá este evento, es una de esas cosas que nos muestran nuestra limitada injerencia porque tu no puedes hacer nada para impedir que sucedan.

Lo segundo es que, lo que sea que suceda en ese día, traerá como resultado “destrucción total” (v.10b)

La naturaleza humana nos hace estar a la espera de las vacaciones. Y si está en nosotros esa naturaleza espiritual deberíamos con mayor diligencia procurar ser hallados por Él sin mancha, irreprensibles, en paz.

Si bien es cierto que no podemos hacer nada por impedir que el dia del Señor venga, es igualmente cierto que Dios nos ha dado la posibilidad (y esta esperando que no la desechamos) de prepararnos para ese día, sin importar cuando venga ese día.

Debemos procurar ser hallados sin mancha. Que yo deba procurarlo es sinónimo de que tengo facultad para hacer algo al respecto. ¿Qué vamos a hacer?

El verso 17 dice: “así que vosotros oh amados, sabiéndolo de antemano…”

¿Puedes ver el gran amor que Dios nos ha concedido para despertar con exhortación nuestro entendimiento? (v.1b)

No pretendo entregar un mensaje apocalíptico en el sentido morboso de la palabra sino recordarnos, que hoy mas que nunca, es necesario tener presente estas verdades del Señor. Los apóstoles tenían esto como una prioridad.

Aun Pedro en su mismo tiempo vivió lo que muchos vivimos hoy día, al hacer referencia a estas cosas.

Se encontró con gente que ocupa el mismo argumento para no prepararse. El verso 4b dice: “porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosa permanecen así desde el principio de la creación”.

Si eres de los pocos que se interesan por este tema, en amor te comparto que la manera de prepararnos es “procurando ser hallados sin mancha, irreprensibles y en paz”.

Hay hermanos piadosos que creen sinceramente que no necesitan prepararse porque Cristo lo hizo todo. El argumento es que ellos no tuvieron que hacer nada para que Cristo los salve, por tanto Cristo se puede hacer cargo de todo el paquete hasta el final.

Pero si así fuera Pedro no hubiera sido inspirado por el Espíritu del Señor ha exhortarnos que procuremos ser hallados sin mancha.

Quizás tú no puedas limpiarte, pero si debes evitar ensuciar lo que Cristo ha limpiado en ti, o sea, ser hallado sin mancha, sin pecados que ensucien nuestras vestiduras.

La práctica del pecado tiene por consecuencia que nuestras ropas espiritualmente hablando se ensucien y que nuestro corazón se contamine.

Dios desea que seamos hallados irreprensibles, es decir, que nadie tenga que reprendernos por una mala forma de vivir, o por algo que sea contrario a la fe que profesamos tener en Cristo.

Nuestra vida en cuanto dependa de nosotros debería ser intachable.

Del mismo modo es importante considerar el tercer aspecto que es la paz. Jesucristo es el príncipe de paz. Él desea que llevemos vidas pacíficas, aunque sinceramente creo que Dios desea que tengamos una fe agresiva. Que en cuanto dependa de nosotros vivamos en paz con quienes nos rodean.

Sabiendo lo que viene necesitamos ahora tener consciencia de estas cosas. El amor de Dios siempre le lleva a recordarnos lo que nos es provechoso.
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