Author: gabtorar
•5:57
1 Juan 2:17 “Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre”

¡¡Hay tantas cosas que giran en la cabeza de las personas!!

En esta misma fecha para muchos el pensamiento predominante es en relación con el inicio de la etapa escolar y su mayor preocupación es tener lo suficiente para comprar todo lo necesario (me refiero a útiles, uniformes, colegiatura y ese tipo de cosas).

¿Es esa la vida que Dios desea que llevemos? ¿Nos creó Dios para que nos afanemos al punto de la angustia por poder cumplir con todo lo que el mundo nos exige?

La palabra del Señor nos hablaba ayer (domingo) de lo que sucedió en el huerto del Edén.

Dice que Dios expulsó de ese idílico lugar a Adán y Eva, y en esto mis amigos, es donde radica el mayor problema del hombre.

Dios lo echó de su presencia porque desobedeció y esa desobediencia le llevó a convertirse en algo que Él no creó.

La vida del hombre hoy está convertida en algo de veras muy distinto a lo que Dios planeó.

Dios nos hizo para la alabanza de su gloria y paradójicamente lo menos que Dios recibe de nosotros es alabanza o gloria.

El propósito original ha sido desvirtuado y con ello la vida entera del hombre.

Mientras que nuestra mayor preocupación es cumplir con las demandas del mundo en que vivimos, ella debería ser cumplir con las demandas de un Dios que además de ser Santo es perfecto en todos sus caminos (incluyendo sus demandas)

Deberíamos estar preocupados de hallar el modo de recuperar lo perdido en ese Huerto.

Dios, sabiendo que por nuestra cuenta era imposible lograrlo, nos abrió la puerta de regreso. Esa puerta se encarnó en la persona de Cristo, y en esta era, está representada por el ministerio de la iglesia, la casa espiritual de Dios en la tierra.

El Señor dijo que Su casa era puerta del cielo. ¡¡Piensa en lo que eso significa!! La iglesia del Señor, que es la morada de Cristo, se ha vuelto para nosotros en la oportunidad de recuperar lo que los padres perdieron por su desobediencia. ¿Y en que estamos nosotros? ¡¡En los afanes de la vida!!

Mi intención es hacernos reflexionar sobre la pertinencia de nuestras prioridades.
Jesús no espera que dejemos las cosas a la deriva, de hecho eso sería muy incorrecto, pero por supuesto que tampoco espera que por atender las cosas, lo dejemos a Él a la deriva. Te aseguro que eso es lo que ocurre principalmente.

Después que acabe el colegio, después de haber conseguido todos los honores académicos, después de haber logrado todo lo que uno puede lograr, te recuerdo que tendremos que dar cuenta a Aquel que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos.

El problema del hombre entones no será si logró riquezas o si fue pobre, si fue un distinguido académico o si fue un ignorante.

Lo único que va a contar ese día será si Cristo fue o no preeminente. Si Cristo fue o no el Señor en esa vida, si Cristo fue o no lo primero en esa vida, porque sólo Cristo es el camino al Reino de Dios.

El problema para Adán y Eva (y por con siguiente para sus descendientes) no era su sustento o su futuro académico. Ellos fueron expulsados de la presencia de Dios, fueron privados de esa relación privilegiada que tenían con Él y no había nada que pudieran hacer para que las cosas regresaran al punto de partida.

Dios mandó que una espada custodiara el acceso al árbol de la vida,, porque esa degeneración de la creación no podía vivir para siempre.

Cristo vino a trazar un camino de vuelta a ese reino vedado para los hijos de Adán y en la cruz pagó el precio de la deuda que nuestro pecado generaba.

Él hizo lo que ninguno de nosotros podría haber hecho, pero hay algo que Él no puede hacer por nosotros, esto es, decidir apartarnos del mal, y escoger hacer Su voluntad.

Nosotros hoy día estamos muy preocupados por hacer muchas cosas, pero no por hacer la voluntad del Señor.

Derechamente necesitamos revisar nuestras prioridades.

El colegio, el trabajo, las cuentas, la casa, todo eso es importante, pero si nos preocupan tanto las cosa temporales ¿cómo no preocuparnos por aquello que durará eternamente?

Si todo esto que ven nuestros ojos pasa, deberíamos estar enfocándonos en hacer la voluntad de Dios. Es lo único que tiene valor más allá de esta vida.
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