Author: gabtorar
•10:39
Marcos 2:27 “También les dijo: el día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo”

Nuestro último tema fue el trabajo y las finanzas. ¡¡Vaya que tema!!
Por supuesto que no es posible alcanzar todas las dimensiones que estos abarcan, pero mi intención ha sido al menos traer a colación la problemática y dejar que el Señor pueda llevarnos a profundizar en ella.

Existe otro tema al que nosotros no atendemos con suficiente cuidado y que por supuesto debe ser una prioridad si queremos mantener un estado de vida y salud aceptables. Me refiero al esparcimiento.

Los seres humanos somos muy susceptibles de estructurarnos, y al cabo de algún tiempo ni siquiera nos damos cuenta que estamos envueltos en ellas.

El trabajo, por ejemplo, tiene ese poder envolvente. Mas allá del hecho de ser una necesidad, es fácil volverse un autómata, es decir, una persona que cumple con sus deberes, sin cuestionarse mayormente sobre lo que hace o por qué lo hace.

¿Cuántas personas se estructuran en una rutina sin fin que está marcada por los deberes, y que no deja tiempo para alguna forma de esparcimiento?

No es posible ser sanamente productivos sin tener el descanso apropiado, y el esparcimiento otorga esta posibilidad.

Jesús tuvo muchos problemas con la gente de su tiempo porque a los ojos de los religiosos, Él transgredía algo santo como el día de reposo.

Pero Jesús jamás hubiera osado transgredir algún mandato del Padre.

Es que el día de reposo es un principio que bien deberíamos aplicar en nuestro tiempo sin volvernos dogmáticos, por supuesto.

Habiendo terminado su obra creadora, dice el Señor que reposó.

Indudablemente no podemos tomar esta afirmación de modo literal porque el Dios Omnipotente ¡¡NO PUEDE CANSARSE!!

Pero Dios nos estaba dando un principio que nos haría mucho bien aplicar.

Las personas trabajamos y trabajamos y la mayor parte de la vida nos la pasamos en eso, cumpliendo con obligaciones, alcanzando metas y olvidamos que el descanso (esparcimiento) es parte fundamental de la vida.
Al haber creado semejante belleza natural, Dios seguramente tenía en mente que pudiéramos disfrutar sanamente de tal bendición.

¡¡Que triste es consumirnos la existencia cumpliendo con tareas y perdernos la hermosa posibilidad de disfrutar tiempos de comunión junto a nuestros seres queridos, momentos de alegría que en muchos casos quedan guardados por el resto de nuestra vida!!

Para esparcirnos no siempre precisamos de muchos recursos, pero si de una voluntad dispuesta.

Esos minutos quedan guardados en la retina y el corazón, y son de mucha ayuda porque fortalecen de gran manera las relaciones familiares.

Un tiempo de juego de pelota con los hijos, un rato en un parque con las hijas, una caminata de la mano con el cónyuge, sin duda traen alegría al corazón y son un tremendo aliciente para enfrentar con una mejor disposición las incesantes responsabilidades que la vida nos demanda.
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