Author: gabtorar
•12:05
Deuteronomio 6:5 “y amarás a Jehová tu Dios con todo tu corazón y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas”

La vida actual es tremendamente agitada, nos consume con sus muchas presiones. Los continuos problemas de estrés no son más que el resultado de vivir corriendo, atendiendo a mil y una cosas que demandan atención inmediata, y que se nos presentan con carácter de urgente.

Mucho se ha dicho del error que significa atender las cosas urgentes postergando las importantes.

Las urgencias se presentan requiriendo diligencia, y resolución inmediatos, haciéndonos postergar cosas importantes que luego nos terminan pasando la cuenta.

El complejo engranaje de la vida del siglo XXI arremete solicitando que hagamos hoy, cosas que se necesitaban para ayer, y así partimos esta carrera loca por tener todo a tiempo.

No es raro, por ejemplo, que una madre esté estresada teniendo que atender tan variada gama de cosas en su propia vida y en la de su familia.

A eso se suman las incomprensibles tareas escolares (tanta cosa que no tendrá ninguna aplicación práctica) que hacen más pesada la carga de los padres (especialmente la de mamá que es quien más frecuentemente se encuentra en casa).

Por ello en una vida como la actual es muy necesario priorizar, y hacerlo correctamente.

Y reconozcámoslo, no es sencillo saber qué debería estar al tope de nuestra lista.

En esas decisiones que debemos tomar y en las cuales no tenemos claridad, la palabra de Dios se convierte en aliada principal.

Dios es el creador de toda vida, eso le da a Él un entendimiento incomparable de cómo funciona la vida humana y hace que Su Opinión tenga real preponderancia.

¿Qué dice Su palabra respecto a qué debería ser prioritario?
En primer lugar lo prioritario para el Señor son las relaciones.

Dios creó al hombre para tener una relación con él. Asimismo aun en la esfera celestial, el Señor se relaciona con sus ángeles y en la vida que ideó para nosotros todo pasa por relacionarse los unos con los otros.

La idea del matrimonio, la familia, y la mismísima iglesia tiene por fundamento las relaciones interpersonales. ¿Puede haber algo más importante? Creo que no.

Sin duda el punto de partida debe ser una relación con Dios, básicamente porque Él es el creador y como tal sabe lo que nos conviene verdaderamente.

La vida eterna dijimos consistía en conocer al Dios verdadero y a Jesucristo el Hijo, eso habla de relacionarse, y por tanto, deberíamos prestar atención al rol de las relaciones en nuestro diario vivir.

Las muchas responsabilidades de la vida actual, nos han llevado a postergar este aspecto prioritario de la vida, impidiéndonos tener relaciones de buena calidad, siempre por el apremio de lo que necesitamos hacer. Nos relacionamos pero mecánicamente, y eso explica las problemáticas sociales que tanto nos afligen como sociedad.

Dios nos recuerda el valor de relacionarse y sobretodo, la importancia de poner nuestra relación con Él por sobre las demás.

¿Por qué? Porque es Él quien ordena nuestros afectos, y quien nos puede hacer sabios para determinar las cosas y personas por las que vale la pena trabajar.

Amar a Dios habla de cultivar una relación con Él. No es un mero mandato, ni una obligación, es más el llamado a priorizar una relación con Él.

Las relaciones más puras son las que se construyen sobre la base del amor.
Y un buen amor se construye en el contexto de una sana relación.

Amar a Dios es más que un mandamiento, es una prerrogativa que tendrá consecuencias eternas.

Invertimos en muchas cosas pero ¿cuánto invertimos en nuestras relaciones?

Para Dios eso es algo prioritario.
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