Author: gabtorar
•4:51
Lucas 10:27 “Aquel respondiendo dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente, y a tu prójimo como a ti mismo”

Hablamos de lo rápida y agitada que es la vida en este siglo y cómo nos subimos al carril de alta velocidad para no quedarnos rezagados del resto de la sociedad en el cumplimiento de las responsabilidades diarias.

En una vida así, en la que hay mucho por hacer y en la que a muchos les llega a faltar tiempo y fuerzas para hacerlo, necesitamos priorizar.

Priorizar es determinar anticipadamente a qué daremos precedencia o colocaremos al tope de nuestra lista.

Personalmente creo que existen 6 grandes puntos prioritarios para la vida. Intentaré referirme a ellos de manera parcelada esperando otorgar alguna dirección para quienes no tengan claridad sobre cómo o qué priorizar.

Las tres primeras se refieren solamente a relaciones. Las relaciones so fundamentales.

Para tener buenas relaciones es preciso invertir tiempo, dedicación y por qué no decirlo también algo de dinero.

Lo primero es relacionarse con Dios. De Él procede todo lo que hay. Todo lo que existe por Él fue creado. Él conoce el funcionamiento de todo.

Es sabio ponerlo a Él primero y querer compenetrarse con lo Suyo porque Él es el Principio de todo y también el Fin.

Dios debe ser una prioridad. Los problemas sociales tiene su raíz en la “falta de Dios” en las decisiones que las personas hacemos.

Llegamos a sentir que podemos manejar nuestra vida hasta que está se rompiendo en pedacitos y ¿a quién acudimos entonces? Al Señor.

Acudimos muchas veces a pedir Su milagrosa intervención, Su ayuda o simplemente Su consuelo después que lo hemos arruinado todo.

El enemigo de Dios ha hecho (digámoslo) un buen trabajo en varios aspectos para alejar al hombre de Su Creador: sembrando en el corazón del hombre un mal entendido sentido de independencia; desdibujando el concepto “libertad”; poniendo sobre la figura del Señor un manto de religiosidad que aleja a las personas del buen Creador.

Dios es por sobretodo “vida”. Esa es Su Esencia y propósito para los hombres y aun para Su Creación.

Fue Él quien de Su Esencia creó por medio de Su Divino poder todo lo que vemos. Antes que Él crease, no había nada, todo provino de Él y Su plan sigue siendo vivificar una humanidad que agoniza porque lo ha sacado a ÉL de su lista de prioridades.

Permíteme amado lector, hacerte una sencilla pregunta: ¿Qué lugar ocupa Dios en tus planes y decisiones? Cuando quieres hacer algo, ¿le consultas a Él qué piensa al respecto, o si estará contigo en ese proyecto, o si cuentas con su apoyo?
En definitiva, ¿le preguntas si lo que vas a hacer está en Su Voluntad para ti?


El enemigo de Dios intentará hacer que esto parece algo fuera de foco. Probablemente en este minuto el diablo podría venir con el pensamiento: ¡¡pero si tú eres libre de hacer lo que quieras!! ¿Por qué deberías preguntarle a Dios que hacer?

El siguiente ataque del maligno podría venir más o menos de esta forma: “Lo que pasa es que Dios es malo, porque no te deja hacer lo que quieres. Es un egoísta que quiere mantenerte esclavizado(a)”

Tuyo y yo sabemos (especialmente si tenemos hijos pequeños) que nuestros hijos harían muchas cosas que no les conviene hacer, sino fuera porque nosotros intervenimos para guardarles.

Nuestro accionar no es motivado por el egoísmo, sino por el amor que les tenemos, pero eso es algo que a una edad ellos no son capaces de entender.

¿Les gusta a ellos que les digamos: hijo, no hagas eso? ¡¡Por supuesto que no!! Pero muchas veces es necesario hacerlo por su propio bienestar.

Para cuando los hijos crecen esto cambia, porque ya no les podemos privar, sino más bien orientar, y rogar que ellos no tomen nuestros consejos ligeramente. (demás está decir que muchas veces hemos llorado con ellos porque ellos sintieron que si podían y los hechos demostraron lo contrario).

Tal vez lo anterior te permita sentir un poco más identificado con Dios. Dios es muy malentendido por las personas.

Su idea es que tengamos con Él una relación de amor, de confianza, es decir, que consultemos a Él nuestros planes y decisiones, sabiendo que Él desea lo mejor para nosotros.

Como ves una relación con Dios debería ser prioridad, no porque Él lo necesite, sino porque nosotros lo necesitamos.
|
This entry was posted on 4:51 and is filed under . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.