Author: gabtorar
•8:30
Marcos 5:30 "Luego Jesús, conociendo en si mismo el poder que había salido de Él, volviéndose a la multitud, dijo: ¿Quién ha tocado mis vestidos?"

El contexto nos habla de una mujer que había intentado todo lo humanamente posible para sanarse y no había encontrado la cura que necesitaba. "Le iba peor", dice la escritura. El buscar respuesta en el lugar equivocado muchas veces solo empeorará nuestra condición.

Así llega a sus oídos las poderosas obras que Jesús realizaba y esto abrió en su mente y corazón una puerta a la fe, una oportunidad que ella simplemente no habia considerado jamás. Del mismo modo, el Señor viene a nuestras vidas siempre ofreciéndonos la oportunidad que muchas veces hubiéramos deseado tener pero que nadie mas que Él está en condiciones de ofrecernos.

En su corazón el pensamiento fue: si Jesús hace estas obras tan poderosas, si tiene tanto poder, bastará con que tan sólo toque sus vestidos, tal vez ni se de cuenta que alguien lo tocó.

Pero Dios esta siempre deseoso de ser tocado por nuestra fe. EL quiere que lo busquemos, que esté en nosotros el deseo de acercarnos a ÉL. No necesitamos una gran fe. Muchos creen que el problema está en el tamaño de nuestra fe, cuando Jesus mismo dijo si tuvieras fe como un grano de mostaza (la cual es la más pequeña de todas las hortalizas y crece hasta convertirse en algo muy grande). Asi que no es cuán grande es mi fe, sino cuán consistente es mi fe, cuán decididos estamos a tocar al Señor cueste lo que cueste. Ella dió el paso y recibió su milagro, no sólo su sanidad, la escritura dice "seré salva" (v.28), lo cual habla de una obra mucho más profunda en vida de esa mujer.

Nuestro buen deseo es que el mundo conozca a Cristo, Su Amor, Poder y Salvación pero la misma iglesia esta remolona, tibia en su mayoría respecto a las cosas del Señor.

Por ello, en este dia Dios quiere que sepas que para Él no pasa inadvertido un hombre o mujer que busca tocarle. Aunque sean sus vestidos, aunque esté rodeado de una multitud que lo empuja, ÉL notará si tu, decididamente, das un paso hacia Él y determinas tocar Su Corazón.

Para esta mujer alcanzar los vestidos de Jesús no fue tarea sencilla. Ella estaba débil a causa de su anemia, sin embargo, la determinación de su corazón le posibilitó llegar hasta el manto del Maestro.

¿Qué cosas te impiden tocar la Señor? ¿Será una multitud de compromisos, de personas, de excusas?

Dios está esperando poder decir otra vez: "Alguien tocó mis vestidos, lo sé, porque de mi ha salido poder"
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