Author: gabtorar
•7:00
1 Tesalonicenses 5:18 "Dando gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús"

Gran parte de nuestra vida cristiana la pasamos intentado averiguar cuál será la voluntad de Dios para nuestra vida. Nos preguntamos si Dios querrá llevarnos a alguna nación extrnjera como misioneros, o si deseará hacer de nosotros instrumentos útiles para Su Reino como profesores de alguna escuela dominical, o si tal vez nos permitirá compartir sus buenas nuevas frente a multitudes en un estadio repleto de personas.

Como sea, en todo cristiano comprometido está el anhelo latente de saber cuál será la voluntad del Señor para su vida.

Y al leer este versículo nos damos cuenta que lo que a veces nos complica tanto la existencia, tiene respuestas simples y sencillas, pero que demandan una verdadera espiritualidad.

Ayer comentaba cómo el pueblo se quejó contra Dios y Moisés a causa de sus circunstancias. ¡Es tan fácil abrir la boca para quejarse, y pensar que requiere el mismo esfuerzo abrirla para agradecer!

Esta es la lección que Dios nos deja hoy: Su voluntad (más allá de cualquier otro propósito, que por cierto existe y en su momento el Señor aclarará) es que demos gracias en todo.

Cuando todo va bien es sencillo dar gracias, especialmente cuando las cosas resultan exactamente como lo deseabamos.

Cuesta bien poco ser cristianos gozosos y agradecidos cuando Dios concede nuestras peticiones. Pero ¿qué ocurre cuando el Señor parece haber tapado sus santos oidos y nuestras plegarias no llegan más arriba del techo? ¿Manifestamos igual gratitud? ¿Nos mostramos igualmente gozosos que cuando todo sale a pedir de boca?

Si existe un fruto de verdadera madurez espiritual es oir a un cristiano gozoso en medio de circunstancias adversas.

He aprendido que habrá ocasiones en que deberemos dar gracias (como Job) aunque lo estemos perdiendo todo. Y al igual que con este verdadero santo de Dios, cuando estamos dispuestos a perderlo todo por amor y fidelidad a ÉL, nos volvemos en candidatos seguros para ganarlo todo también.

A muchos les admira el poder y autoridad que tenía Jesús para ayudar, aconsejar, hacer milagros, sanar y liberar, pero esto no es más que la consecuencia de una vida "completamente rendida al Padre". Cristo lo dió todo y en respuesta el Padre le dice "pideme y te daré por herencia las naciones"

Pablo, fue quien estimo todo como basura, y desestimó todo con tal de ganar a Cristo. No es casualidad el respaldo que este hombre recibió del Señor, no sólo porque Dios lo llamó, sino más bien por causa de su respuesta a ese llamado de Dios.

Hermanos, aprendamos a dar gracias en todo al Señor y a estar gozosos, no por lo que nos pasa sino por quienes somos en Cristo.

Las circunstancias van y vienen, pero el Señor es el mismo ayer, hoy y por los siglos. Que nuestro gozo sea siempre Él.
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