Author: gabtorar
•7:16
Hebreos 11:1 “es pues la fe la certeza de lo que espera, la convicción de lo que no se ve”

Escuchamos muchas cosas sobre el tema de la fe. Es que la fe es medular en lo que a Dios concierne.

La palabra de Dios dice que es imposible agradar a Dios sin fe, de modo que es importante saber qué es la fe y si tengo en mi vida esa fe que agrada a Dios.

La definición bíblica es dada en Hebreos 11 y dice que la fe es la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que NO se ve”.

Particularmente nunca me quedó muy claro lo que esto quería decir. Sonaba muy bien pero no lo entendía tan bien.

Frecuentemente necesitamos interpretar lo que Dios nos dice por medio de Su Palabra y he llegado a comprender leyendo, estudiando, escuchando a otros, que esa definición se acota a la siguiente idea: tener fe es simplemente “creerle a Dios”.

Muchas personas sinceramente “creen EN Dios” pero llegado el momento de la verdad “no creen A Dios”.

La fe es precisamente creerle a Dios, creer a lo que Él dice y actuar en consecuencia con tal convicción.

Una gran cantidad de personas que creen en Dios no hacen lo que Dios les pide en Su palabra porque no le creen a Dios, no tienen ESA fe de la que hablo aquí.

Creer en Dios es muy importante pero debo decir que el solo hecho de creer en Su existencia no garantiza que podamos recibir lo mejor que Él tiene preparado para nosotros.

Al mirar las escrituras encontramos que siempre Dios nos llama a dar pasos en fe.
Me refiero a esos momentos en que no tenemos todas las variables bajo control y sin embargo, percibimos (por decirlo de alguna forma) una voz interior que nos mueve a hacer determinadas cosas que entendemos como la voluntad de Dios para nosotros.

En esas ocasiones Dios nos llama a abandonar lo que representa seguridad para nosotros y aventurarnos hacia cosas que desconocemos. ¿Cómo llegamos a obedecer? ¡¡Sólo por medio de la fe!!

No te extrañes: la fe desafía a la razón.

Desafortunadamente muchas de esas cosas a las que Dios nos llama, quedan sin hacer porque nos falta la fe, es decir, la confianza en Él, para entender que aunque no tengamos todo bajo nuestro control, Él tiene todo preparado ya.

Nuestra mentalidad es “Señor haz esto y yo haré esto otro”, pero la del Señor es “muévete en fe y verás lo que Yo hago”.

La vida del cristiano es una vida de fe. La fe no es algo que debamos tener para enfrentar “ciertas circunstancias puntuales” sino algo que debe estar “siempre presente”, porque la fe es medular en nuestra relación con Dios.

Especialmente si queremos agradarle, no será posible sino por medio de una vida que anda en fe, que cree a lo que Él dice.

Dios se agrada de los que tienen fe porque al actuar en fe estamos demostrando que confiamos en Él, estamos diciendo con nuestros actos que Dios es confiable. ¡¡Y por supuesto que lo es!!

La fe en Dios está directamente ligada con unos de sus inigualables atributos: la fidelidad.

Yo puedo creer a lo que Él dice por que Su carácter es fiel. Su carácter (naturaleza) me garantiza que no seré defraudado, que Él no fallará.

Debemos reconocer que la tentación diabólica consiste en hacernos dudar de la fidelidad del Señor, pero Él no puede fallar porque Su carácter se lo impide.

No que Dios tenga algunos rasgos de fidelidad, ¡¡Él es la fidelidad en su máxima expresión!!

Vayamos a la siguiente etapa pasemos del mero “creer EN Dios” al “creer A Dios”.
La vida cristiana victoriosa se encuentra en ese lado del camino. Piénsalo.
|
This entry was posted on 7:16 and is filed under . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.