Author: gabtorar
•6:41
1Pe 4:8 “Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados”.

Se ha escrito poemas y libros sobre el amor. Se han filmado centenares de películas en las que el tema principal es el amor.

A diario vemos mucha propaganda que nos lleva a la importancia que el amor tiene para la vida de los hombres.

Sin embargo, con todo eso, no hemos llegado a entender cuan importante es el amor para Dios y cuan necesario es para los hombres.

Pablo, el apóstol que se encontró con Jesucristo cuando iba camino a Damasco, fue transformado por el amor de Cristo.

Pablo iba en busca de los que “seguían el camino” (es decir los cristianos). Su intención era encarcelarlos. El veía en los cristianos unos serios enemigos del judaísmo del cual él se sentía orgulloso en formar parte.

Pero tuvo un encuentro sobrenatural que le cambió la vida.

Jesucristo el hijo del Dios, (e Hijo del hombre, como hemos aprendido en estos días con el mensaje de nuestros pastores) se le apareció en el camino.

Las palabras de Jesús fueron claras y precisas: ¿Por qué me persigues?

Pablo no iba en busca de Cristo pero Cristo tomó esta persecución contra Sus seguidores como algo personal. El había dicho que si alguno recibía a sus discípulos, le estaba recibiendo a Él, y agregó que si alguno le recibía a El, también estaba recibiendo a quien le había enviado, esto es, al Padre.

Pablo fue transformado por este encuentro, y debo agregar que este fue un encuentro de amor.
Digo de amor porque antes que todo Cristo salió en defensa de los suyos por amor. Sabía el daño (las bajas) que esta persecución podía producir entre sus filas. Él les guardó por amor.

Fue un encuentro de amor porque Pablo mismo tenía necesidad de la luz que Cristo tenía y que el evangelio ofrece a quienes viven en oscuridad.

Pablo estaba arraigado a una religión que había perdido el sentido, la dirección y por tanto su razón de ser.

Pablo desde afuera se podía ver como un desalmado que se gozaba viendo morir a cristianos piadosos (como Esteban), pero en su fuero interno era un hombre (como muchos que conozco) sinceramente equivocado y a quien sólo Jesús era capaz de ayudar, porque nadie mejor que Él, podía ver esa realidad interior.

Jesús no sólo salió en defensa de sus discípulos sino en amor se reveló a este hombre quien respondió (todos sabemos) con creces a este llamado del Señor.

Fue un encuentro de amor porque gracias a esto, millones a lo largo de la historia han llegado a conocer a Cristo por los escritos Paulinos.

¡¡Cuan maravillosos frutos que produce el amor!!

No en vano el mensaje a los Corintios dice: “todas vuestras cosas sean hechas con amor”

Cristo no vino a Pablo prometiéndole las llamas del infierno como muchos estilan hacer.

Ahora bien, no debemos equivocarnos, el infierno es tan real como el cielo, pero Jesús sabe que la gente no va a reaccionar por el miedo al infierno, sino mas bien por conocer a un Dios que les ama y lo demuestra poniéndose en su lugar, identificándose con su humanidad y todas la limitantes que ello trae consigo.
Cristo vino a Saulo de Tarso (Pablo) en amor y Pablo respondió en amor.

El fruto de esa relación de amor fue VIDA para él, para los discípulos y para nosotros también.

El conocido versículo dice “de tal manera AMÓ Dios al mundo”.

Notemos que no dice “de tal manera ODIÓ al mundo” sino todo lo contrario.

Fue el amor de Dios el que trajo a Cristo al mundo. Es el amor de Dios que traerá de vuelta a Cristo para reinar por mil años en ESTE mundo.

No debemos confundirnos. El amor hace bien al prójimo y yo reconozco al igual que tú que todo lo que nos rodea se esfuerza por producir en nosotros un corazón duro e insensible, pero la prerrogativa de Dios sigue siendo el amor.

Creo no estar muy equivocado al decir que necesitamos prácticamente las misma fuerzas para amar que para odiar y, lo triste es que mientras el odio destruye, el amor construye y edifica la vida de las personas.

Amar es una decisión que debemos tomar. Dios respeta que decidamos o no hacerlo, pero nunca podremos negar que sabemos que el amarnos los unos a los otros, es lo que Dios nos reveló como Su perfecta voluntad.
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