Author: gabtorar
•11:59

Efesios 6:15 “y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz”.

Otra importante pieza de la armadura del cristiano es el calzado.

El calzado cubre un área delicada de nuestro cuerpo como son los pies. ¡¿Quien puede negar la bendición que representa poder caminar?

Los pies son nuestros aliados a la hora de trasladarnos. Nuestros pies recorren grandes distancias que a veces no notamos hasta que estos acusan algún grado de dolor o molestia.

Y aunque caminar descalzos es muy agradable, representa un problema porque la mayoría de las superficies no son muy amigables con nuestros pies.

En períodos de descanso, muchos visitan algún balneario y sucumben ante la tentación de quitarse el calzado para pisar y sentir la arena. Esto resulta agradable hasta que la alta temperatura del suelo quema la planta y uno se ve en la necesidad de volver a usar el calzado o buscar alivio para los pies en alguna parte.

Los pies son una bendición, pero son delicados.

Dios lo sabe y por eso incluye el calzado para los pies como parte importante de su armadura.

En la época de Cristo los soldados romanos (de quienes es tomada esta figura del soldado y la armadura) usaban calzado con trabas para sujetar el calzado a sus pies los que les daba firmeza y seguridad al caminar.

¡¡Que importante es caminar con la seguridad que nuestros pies están bien resguardados!!

El caminar del cristiano debe ser firme y seguro porque Dios se ha comprometido a caminar con nosotros. Eso, si nos mantenemos por Su senda, por supuesto. Ninguna condenación hay para los que ESTÁN en Cristo.

Jesús dijo que Él es el camino. Para nosotros es seguro caminar por la senda de Cristo porque esa senda, aunque angosta, es la más estable, la más segura.

Nuestros pies pueden ser tentados a desviarse, por lo que se requiere de disciplina para mantenerse dentro de los parámetros aceptos a Dios.

Él ha prometido que “quien habita a Su abrigo morará bajo Su sombra”. Eso debiera llenarnos de seguridad en el día a día. Saber que contamos una firme promesa de parte de Aquel que no falla en cumplir.

Pero nuestro caminar es algo que debemos atender cuidadosamente.

Es importante que prestemos atención hacia dónde nos llevan nuestros pies, por una parte, y qué llevan nuestros pies por otra.

“Hay camino que al hombre le parece recto”, es lo que advierte la palabra de Dios.

Muchos piensan que su andar por la vida es sano e inofensivo pero al mirarse en el espejo de la palabra del Señor se logra todo ver con la claridad debida. Muchos de esos caminos que nos parecen rectos terminan en destrucción, pérdida y hasta muerte. Por eso debemos atender a nuestros caminos.

Los pies no deben llevarnos donde ellos quieran sino donde nosotros les indiquemos.

Luego debemos estar atentos a qué llevan nuestros pies. Donde vamos, ¿cuál es la estela o fruto que dejamos?

Dios dice que en cuanto dependa de nosotros, deberíamos estar en paz con todos los hombres. Obviamente tener paz con la gente alrededor NO depende exclusivamente de nosotros. Habrá quienes te aborrecerán con o sin razón, pero “en cuanto dependa de mi”, quiere decir que yo cuide el fruto que voy dejando, lo que añade una responsabilidad personal al asunto.

Hay personas alborotadoras y rencillosas que donde quiera, van siembran veneno y discordia.

Dado que hay odio o resentimiento en sus vidas, es lo que esparcen cuando abren sus bocas. Es igual con la envidia.

Pero Dios dice que hay bienaventuranza para los pies que anuncian buenas nuevas de paz.

El evangelio es la buena nueva que anuncia paz y buena voluntad de parte de Dios para los hombres.

Cristo trajo y dejó en nuestras manos el ministerio de la reconciliación.

Dios desea que al caminar por esta vida, vamos compartiendo las buenas nuevas de paz y reconciliación por medio de Jesús.

Nuestros pies están seguros cuando somos gente de paz.

Nuestro Dios es un Dios de paz. Jesús es el Príncipe de Paz, por ello puede darnos calma en medio de las tormentas de la vida. Uno de los fruto del Espíritu Santo es justamente la paz.

Como podemos ver, el tema de la paz está intrínsecamente ligado al Señor y a todo lo que tiene que ver con Él.

NO es de extrañar entonces, que Él desee que nuestros pies estén calzados (cubiertos y asegurados) con el evangelio de la paz.

|
This entry was posted on 11:59 and is filed under . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.