Author: gabtorar
•19:30
1 Samuel 26:23: “Y Jehová pague a cada uno su justicia y su LEALTAD; pues Jehová te había entregado hoy en mi mano, mas yo no quise extender mi mano contra el ungido de Jehová”.

Sin duda alguna Jesús vino a cambiar radicalmente la manera de vivir de las personas. Hay muchos líderes y entidades hoy en día, que persiguen el mismo objetivo.

Los métodos que usan para conseguirlo son igualmente múltiples.

Mientras que a nosotros nos acomoda la idea de “hacer un par de ajustes a la vida que tenemos”, la idea de Cristo es, EN ESENCIA, radical: “cambiar de plano una vida por otra”.

En este caso, entiéndase, cambiar la nuestra por la Suya.

Y aunque esa vida de Jesús viene a nosotros por un acto de fe, el MANTENERNOS en esa vida requiere de CONTINUOS actos de obediencia.

Desligarse de la naturaleza desleal e infiel, que nos lleva a traicionar a las personas que apreciamos, es una tarea ardua que requiere de mucha perseverancia y aplicación.

Uno se pregunta ¿cómo es que las personas que adhieren al cristianismo, pueden resultar ser tan desleales?

Cuando observas el compromiso que personas de otras religiones tienen con sus dogmas, te das cuenta que contra el cristianismo se hace una gran injusticia y es injusticia viene principalmente de sus mismos adherentes.

Cuando uno piensa más detenidamente cómo es que la fe cristiana permanece a través de las edades, se da cuenta que es por una obra básicamente sobrenatural.

La fe cristiana es en verdad admirable.

Mientras que otros cultos y dogmas IMPONEN, (algunos incluso por la fuerza, tanto psicológica como física), el mandato del Señor es sencillamente A EVANGELIZAR. Es decir, a COMPARTIR las buenas nuevas de SU palabra.

Queda a total discreción de cada individuo acoger tal invitación de abrazar la fe de Cristo o hacer caso omiso de ella.

Lo mismo ocurre con los mandatos del Señor.

Él nos los da y nosotros tenemos la opción de aceptar vivir por ellos o ignorarlos.

Está absolutamente claro que en su momento tendremos que asumir los costos o beneficios de estas decisiones, pero lo que me maravilla, es que estos mandatos no tienen un carácter impositivo.

No son: “lo haces o lo haces” sino más bien “si lo haces, te irá bien” o “te conviene hacerlo”.

Precisamente por no tener este carácter de obligatoriedad, muchos escogen pasarlos por encima.

¿Cuántos creyentes viven como incrédulos?

¿Cuantas personas que dicen abrazar la fe cristiana viven más bien apegados a costumbres y prácticas ANTI cristianas?

Realmente Dios nos concede una libertad que nadie más ofrece ¡¡Y muchos abusan de esa libertad!!

Personalmente me siento muy privilegiado, no solo de tener la oportunidad de oír la palabra de Dios sino de tener la disposición de responder afirmativamente a lo que Dios me enseña.

Es una doble bendición, porque después de todo ¿quién necesita a quién?

Dios es, fue y será Dios aún mucho después que nosotros hayamos acabado de descomponernos bajo tierra.

Aun si yo me negase a adorarlo, hay legiones de ángeles que le adoran y sirven INCONDICIONALMENTE.

Está muy claro, ¡¡yo le necesito!! Aquí en esta vida y para la vida eterna también.

Sería muy provechoso, por tanto, que aprendiéramos a ser leales con quien debemos, comenzando por ser leales con Dios y con todo lo que Él ha estipulado en Su palabra.

La lealtad es un asunto de mucha importancia en el reino de Dios.

Jesús lo demostró. Ahora nos toca a nosotros.
|
This entry was posted on 19:30 and is filed under . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.