Author: gabtorar
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Salmo 23:2 “En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará”

¡¡Es tan alentador encontrarnos en la escritura con porciones como esta que revelan la buena voluntad y preocupación de Dios para sus ovejas!!

Especialmente en un mundo marcado por la convulsión de ritmos que no dejan lugar al descanso, versículos como este se transforman en un verdadero oasís para el alma cansada.

El hecho de estar comenzando recien el año tiene un efecto psicológico interesante. Por alguna razón uno se siente renovado.

Quizá no haya todavía salido a vacacionar ni gozado del tiempo de descanso legal que los trabajadores tienen como derecho (¡gracias a Dios por esa derecho!), pero estar en un nuevo año nos transporta a un nuevo escenario y juntamente con ello, nacen nuevan fuerzas.

Sin embargo, a contar de marzo (para quienes leen desde el extranjero, Marzo es un mes temido por los chilenos) empieza la avalancha de compromisos y tareas “a toda máquina” y es entonces cuando el descanso se convierte en la posesión más anhelada.

Nuestro buen Dios, que nunca nos abandona, nos ofrece en su palabra esta bendita oportunidad en cualquier época del año.

Este conocido salmo del pastor, deja entrever el plan que Dios tiene para nosotros su ovejas.

Dios ha planeado que podamos descansar.

En medio de todo el ajetreo y afanes que inevitablemente se agolpan en la vida de las personas, nuestro buen pastor nos recuerda que Él ya ha provisto un lugar especial, ya ha hecho los arreglos para que podamos decansar.

¿Qué clase de lugar es ese?

Pues bien, tratándose de ovejas creo que no podría haber un mejor lugar que “delicados pastos”.

Dios siempre conoce tanto lo que nos gusta como lo que nos conviene, y mejor aún ¡¡sabe cómo, dónde y cuándo darnoslo!!

Jesucristo, el buen pastor, el mismo que dió la vida por las ovejas, no sólo nos promete que nada nos faltará, sino también nos nuestra que en su perfecto plan hay espacio suficiente para gozar de delicados pastos, para comer y poder descansar.

Por su parte, el agua tiene un efecto tranquilizador. No sólo es crucial para el hombre por la necesidad que nuestro organismo tiene de este vital elemento, sino que además produce en nosotros un efecto relajador.

Sentir y ver correr el agua, es una excelente terapia para el alma agobiada. Yel Señor posee la mejor agua del universo.

Su voluntad para nosotros incluye que bebamos de su agua viva y además que esa agua viva, así como un rio, fluya constantemente dentro de nosotros.

Cuando los meses de convulsión te estén alcanzando recuérdale a tu alma que el Señor ha provisto delicados pastos para el hambriento y aguas de reposo para los sedientos.

Alguna vez Él alimento las multitudes de manera milagrosa y nos maravillamos, hoy Él sigue deseando dar de comer al hambriento y beber al sediento porque Su corazón compasivo no ha cambiado y todavía tiene el poder de hacer milagros para quienes lo pueden creer. ¿Puedes creerlo?

Todavía al mirar las multitudes las ve como ovejas que no tienen pastor.

Ven al buen pastor de las almas, a Jesucristo el Señor y come y bebe porque largo camino te resta.
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