Author: gabtorar
•19:00

Santiago 1:12 “Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman”.

Ayer refiriéndome brevemente al tema de la tentación, sentí que quedó algo por terminar.

Mencioné que la obediencia es la herramienta por medio de la cual obtenemos victoria sobre la tentación. Pero aun para obedecer necesitamos una poderosa motivación. Y el mismo texto ofrece la motivación para resistir la tentación.

Por su supuesto, lo más sencillo es dejarnos por las tentaciones que viene a nosotros. Lo complicando es resistir. Una persona no estará dispuesta a resistir sino tiene una fuerte motivación para hacerlo. El verso dice que Dios dará la corona de la vida a los que le aman. ¿Qué está diciendo? Que sólo quienes le aman resistirán la tentación. Ellos tendrán la motivación correcta que lleva a resistir

La razón por la que Jesús resistió las tentación se explica claramente en su amor por el Padre.

Uno piensa las cosas al menos un par de veces cuando sabe que aquellos que ama pueden verse afectados por lo que hace.

Una persona que ama al Señor de todo corazón preferirá cualquier clase de auto negación antes que dañar el corazón de su Dios.

No hay mayor motivación para hacer cualquier cosa que el amor.

Todo lo que Cristo hizo ¿no salió de un corazón lleno de amor por la humanidad?

El hecho que el Padre hubiera permitido que SU hijo muera en la cruz, ¿no evidencia SU gran amor por Su creación?

No me sorprende que Dios haya prometido darles la corona de la vida a quienes le aman, porque el amor ES de Dios. Y Él se complace en aquellos que como Él son movidos por el amor.

El Señor nos dejó ejemplo también en este sentido. El amor se convierte en un elemento disciplinario para el creyente comprometido.

En lugar de vivir buscando para si mismo, el genuino creyente vive para la gloria del Señor y no tiene problemas para decir no aquellas cosas que están fuera del orden de Dios para su vida.

Queridos hermanos, que maravilla es saber que Dios siempre está dispuesto a recompensar nuestro deseo de vivir para Él.

El no tomará en poco que por amor a ÉL estemos dispuestos a decir no a muchas cosas que Él mismo sabe, que son atrayentes para cualquiera que vive sobre esta tierra.

Dios ciertamente honra a aquellos que le honran. Hablo de quienes han hecho de Él su especial tesoro.
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